Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Ocho minutos de los cuarenta y cinco primeros necesitó Alemania para meter tres goles a Kazajistán. Ocho minutos intensos en los que tres jugadores del Borussia Dortmund hicieron estallar en euforia el Frankenstadion. La Mannschaft tenía muy claro lo que debía de hacer y desde el primer minuto fue a por todas. Capitaneados por Lahm; Neuer, Schmelzer, Khedira, Özil, Müller, Gündogan, Mertesacker, Götze, Boateng y Reus tenían una responsabilidad: Ir reservando una plaza para Alemania en Brasil. Lo han conseguido, y de qué manera.
El primero fue obra de Reus, el segundo de Götze y el tercero de Gündogan. Como si de los tres mosqueteros a las órdenes de D’Artagnan-Löw se tratase y al grito de “uno para todos y todos para uno” la Mannschaft demostró ese espíritu de equipo del que hablaba Schweisteiger en el partido de ida.
La primera mitad del encuentro fue dominada por los germanos sin ningún problema, aunque a los siete minutos de comenzar Kazajistán hizo su primer acercamiento. Fue simplemente eso, una aproximación. Los de Löw eran muy superiores y eclipsaron a los de Beranék.
Tras el cuarto de hora de descanso y nada más comenzar la segunda mitad, un fallo de Neuer al no controlar una cesión provocó que Schmidtgal subiera al marcador kazajo el primer gol. Este centrocampista que se quedó con las ganas de marcar en la ida no ha perdonado en la vuelta. Es más, juega en la Bundesliga, concretamente en el Greuther Fürth, el colista en la clasificación.
Pero el partido no iba a terminar así. Porque si Alemania ya había marcado tres goles, también dio tres veces en el poste. La emoción estaba asegurada y la Mannschaft se merecía otro tanto. Un tanto que llegó en el minuto noventa. Reus anotó el cuarto.
Se pudieron ver más goles, de hecho, mi amigo Jorge pronosticó seis. Y mal encaminado no iba si contamos las veces que el larguero impidió anotar a los de Löw. Pero bueno, el cuatro a uno es un argumento excelente para demostrar por qué Alemania lidera el Grupo C con dieciséis puntos.
Tendremos que esperar hasta septiembre para volver a pensar en el mundial de Brasil. El día seis jugará contra Austria y el diez contra las Islas Feroe. Hasta entonces, disfrutemos de cada jugador alemán en su equipo de la Bundesliga. El que no se consuela es porque no quiere.