La crónica de Víctor Almaraz (@vicalma)
Gran partido el que se ha visto en La Rosaleda, con dos conjuntos muy activos. El Málaga tuvo sus mejores minutos al final de las dos mitades y puede igualar en el partido de vuelta al mejor equipo debutante en una Champions: el Villarreal del que también fuera entrenador Pellegrini.
Emotiva noche la vivida en Málaga, que pone punto y aparte al sueño de Champions de la ciudad. Ambos equipos pusieron mucha intensidad en un partido en el que se enfrentaron las ganas y ocasiones de los locales con la iniciativa y las contras de los alemanes. La eliminatoria queda abierta, donde a los blanquiazules les sirve cualquier empate (salvo el 0-0) y ganar.
El encuentro brilló por el buen juego y las numerosas oportunidades. La primera llegaría en el minuto 6 de las botas de Saviola, quién tras un gran recorte colocó el balón en el lateral de la portería de Weidenfeller. Por parte de los alemanes, no sería hasta el minuto 14 cuando tuvieron su primera oportunidad por medio de Götze, que tuvo un mano a mano perfectamente resuelto por Willy Caballero. Él mismo sería el protagonista de nuevo y del mismo modo Caballero atajaría para evitar el gol.
Con idas y venidas durante los 90 minutos, Lewandoski se llevó las manos a la cabeza tras fallar una acción imperdonable en el área rival. El polaco ha acabado con una racha de nueve partidos consecutivos marcando, pero hoy no fue su día.
La segunda parte fue de los locales. Tras un gran pase de Jesús Gámez desde el lateral, Isco estuvo a punto de abrir la lata al enchufar una volea que despejaría de puños magistralmente el cancerbero alemán.
Las amonestaciones las vieron Wellington, Iturra (que no estará en el partido de vuelta por sanción) y Antunes. Por parte del Borussia Dortmund, sólo Grosskreutz en el minuto 17 recibió tarjeta amarilla.
La vuelta, dentro de una semana en Dortmund, se presenta muy abierta. Al Málaga le vale ganar o empatar con cualquier resultado, menos con 0 goles.
Víctor Almaraz
@Vicalma