El alemán se estrena en el presente Tour tras ganar al francés Coquard en un apretado sprint que también se resolvió por la foto-finish. Sagan disputó la victoria y lució el amarillo en los últimos metros.

El alemán Kittel se impuso por escasos milímetros al francés Coquard en otro sprint resuelto por la foto finish.
Si algún día viajan a Limoges y no saben qué hacer, pregúntenle a un alemán. Ellos siempre lo tienen todo muy claro y así de bien les va. Si es posible, contacten con Marcel Kittel; él les puede explicar mejor que nadie cómo disfrutar al máximo de las bondades que ofrece la capital de la porcelana. Existen pocos atractivos mayores que ganar allí una etapa del Tour de Francia, si es que los hay. Ganar allí al sprint, teniendo que hacer uso incluso de la foto-finish, es un placer indescriptible, solo comparable a los besos y las caricias de las azafatas en el podio. Solo una mente fría típicamente alemana lo puede describir con precisión. Los españoles somos muy españoles, ya lo dice nuestro sabio presidente en funciones, y no estamos tan bien dotados para el arte de la descripción de las emociones. Cuestión de etnografía, qué le vamos a hacer.
La etnografía francesa también es digna de análisis y se podrían escribir cientos y cientos de páginas sobre su estudio. Quedémonos con que la población de Francia está compuesta por varios grupos étnicos que invadieron la región de La Galia a lo largo de la historia. No sabemos si será el caso del joven Bryan Coquard, nacido un 25 de abril de 1992 en Saint-Nazaire, en la región del Loira Atlántico. A sus 24 años, este ciclista del equipo Direct Énergie rozó la victoria con el tubular de su bicicleta y no sabemos cómo se sentirá ahora tras perderla en la foto-finish. Seguro que dispone de una segunda oportunidad, aunque a algún francés quizás se le haya pasado por la cabeza la inminente semifinal de la Eurocopa. Fútbol aparte, en el Tour, Alemania gana de momento 0-1 a Francia. Se resiste el primer triunfo local en la ronda gala. Pero el absoluto mandamás de la prueba está siendo un eslovaco, Peter Sagan, que sacó a relucir su maillot amarillo peleando por el triunfo en el sprint para acabar tercero.
Si en el capítulo de ayer, el héroe había sido el francés Armindo Fonseca, en el de hoy lo fue Markel Irizar, corredor vasco del equipo Trek-Segafredo, que se dio a la fuga en el kilómetro 22 junto a otros seis corredores: Maciej Bodnar (Tinkoff), Natnael Berhane (Dimension Data), Andreas Schillinger (Bora-Argon18), Thomas De Gendt (Lotto-Soudal), Julien Vermote (Etixx-Quick Step) y Daryl Impey (Orica-BikeExchange). Tiene especial mérito emprender una escapada de manera tan temprana tratándose de la etapa más larga de la presente edición (237 kilómetros), aunque acompañasen las condiciones meteorológicas. Como no todos los héroes llevan capa también pueden ir a dos ruedas, apoyados en un sillín y agarrados a un manillar. De esos sobran en el pelotón.
Los escapados llegaron a estar 6 minutos por delante del pelotón hasta que los gallos se pusieron a tirar para reducir la ventaja y los pillaron a 8 kilómetros de la meta. Todos los caminos, todas las curvas y todo el asfalto llevaban al sprint, aunque había que tener en cuenta un repecho del 5% en los metros finales. Allí lució Sagan sus superpoderes de amarillo, aunque finalmente sucumbió ante la potencia del dúo Kittel-Coquard que se acabaron disputando la victoria en la foto-finish. Con más tranquilidad, porque están llamados a batallas más importantes, Contador, Froome, Nibali y Quintana atravesaron la línea final en Limoges. Queda un día menos para que exploten los petardos.