El flamante Balón de Oro, convocado para el partido contra el Córdoba a pesar del 0-2 de la ida
Por Alejandro Rozada (@alexrozada)
El día está dispuesto para una previa lustrosa. El Barcelona recibe hoy al Córdoba, un equipo de Segunda División al que acompaña una aureola de arte e historia. Es el equipo califa. Juegue donde juegue, desprende esplendor entre los románticos del fútbol. Lástima que este sistema copero diabólico nos castigue con eliminatorias a doble partido. A pesar de ello, en jornadas así, el protagonismo se cede primero a los entusiastas visitantes y ya después a los suplentes de los reyes. Pero es tal el sabor añejo de este enfrentamiento que hasta se apuntan a jugarlo las estrellas de oro. Ni un tal Messi se quiere perder una cita de postín, que le servirá para estrenar su flamante condición de mejor jugador del planeta por cuarta vez consecutiva. Quiere jugar y, como a los reyes se les suele obedecer, jugará. Sus dos goles en el partido de ida son una pesada advertencia.
En vísperas de un partido diseñado para aprovechar a los suplentes, Messi reclama su sitio. El argentino no entiende de rivales grandes y pequeños. No quiere lacayos. Lo mismo le da combatir contra un poderoso dragón que contra un castrati. Los súperpoderes no hacen distinciones. Y la reputación de Córdoba y su equipo de fútbol asemejan más a este conjunto con los colosales rivales a los que siempre se enfrentan los superhéroes. Pero el rey argentino contará con la ayuda de su fiel ejército.
La estrategia suele blindar a los grandes ante cualquier error. Lo hemos visto otras veces. Si los canteranos brillan, se les reconocerá como dignos aspirantes a sentarse en el trono de sus superiores cuando la ocasión lo requiere. Si sucede lo contrario, siempre se podrá recurrir a los héroes tradicionales. Faltan Piqué, Xavi, Iniesta y Pedro, un lujo impensable si la Federación antepusiera la competición a la recaudación televisiva. Jordi Roura, en consenso con Tito Vilanova, que no estará en el Camp Nou al encontrarse en Estados Unidos por motivos de salud, no ha querido tirar del filial y rodeará al rey Messi de su cortejo habitual. Del filial solo se colará en la foto el joven Sergi Roberto, que ayer participó en el entrenamiento de los grandes. Alves, Puyol, Mascherano, Alba, Mascherano, Adriano, Busquets, Cesc, Alexis y Villa, entre otros, completan una lista que da apariencia de partido de Primera a esta cita con red.
El Córdoba no hará cálculos, ni cábalas, ni nada que se le parezca. El único cálculo es intentar dar la vuelta a la eliminatoria y remontar el 0-2 del Arcángel. Para ello se encomiendan a la imaginación de Fede Vico, las entradas por la banda de Pedro y el olfato de gol de Rennella. Se trata, cumpliendo con la premisa que ha querido inculcar Rafa Berges, de «competir de tú a tú, como se hizo aquí para hacer un buen partido y que la gente disfrute». Nada más y nada menos. Palabra de un campeón olímpico. El Camp Nou es un escenario que trae muy buenos recuerdos al míster del equipo cordobés porque allí se colgó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Bendita memoria futbolística.