
Simon Gerrans se impuso en la edición del año pasado, por delante de Valverde y Kwiatkowski
Echando la vista hacia atrás en el tiempo, podemos ver que el Tríptico de las Árdenas no es tan imprevisible como nos lo vendían. Hay un factor común, alguien que siempre está luchando por la victoria. Uno de los mejores ciclistas españoles de todos los tiempos, e indudablemente, está entre los 5 mejores corredores de su generación. No hay absolutamente nadie con sus características, con su talento, y que disfrute tanto de la bicicleta. Bien es cierto que no todo es un cuento utópico, que ha tenido sus momentos tenebrosos (OP y posterior sanción del CONI), pero Alejandro Valverde (Movistar) no es un corredor que pase desapercibido vaya donde vaya; solo él es capaz de luchar por vencer en una clásica así, luchar por la general en una vuelta de 3 semanas y estar siempre en la pomada del arcoiris (es el hombre con más medallas en la historia de los Mundiales, si bien es cierto que se le resiste la medalla de oro).
En estos dos últimos años, dos triunfos en el Muro de Huy en la Flecha Valona (aquí tienes los últimos kilómetros de la clásica valona, en la que dio una auténtica exhibición, digna de un superclase como es él) y dos podios consecutivos en Ans (3º en 2013, 2º en 2014, ¿? en 2015, acabe usted la ecuación). Además, suma ya dos Monumentos, en 2006 y 2008, lo que demuestra que el murciano tiene tanto la experiencia como la fuerza necesaria para imponerse en su tercera Doyenne este domingo.

Valverde venciendo sobrado en Huy: el mejor corredor en la historia de la Flecha Valona
Sin embargo, y visto lo visto en Valkenburg en la Amstel Gold Race y en Huy en la Flecha Valona, aparte del esperado ataque de Philippe Gilbert (BMC) en el Cauberg, la rueda de Valverde es la más popular y la más fiable para seguir en los últimos kilómetros de esta Lieja-Bastogne-Lieja; el estar tan vigilado puede ser sin duda una rémora.
Las múltiples ascensiones del Monumento de las Árdenas y su formato más impredecible harán que este favoritismo del Bala disminuya considerablemente; no es una carrera tan dependiente de un uphill finish como las predecesoras de las Árdenas, sino que es una carrera mucho más dura y selectiva. Bajo condiciones normales, el ídolo local, Gilbert (BMC) sería sin duda un rival de entidad para el veterano corredor de la escuadra telefónica; pero su caída en la Flecha del miércoles hará que sus opciones disminuyan, e incluso hasta el día anterior su equipo no había confirmado su participación en la Decana del ciclismo mundial. Estas dudas también atañen a otro vencedor en Ans, el irlandés Dan Martin (Cannondale-Garmin), que tuvo una violenta caída de camino al Muro de Huy.

Dan Martin se impuso en Ans en 2013 por delante de Purito
Bien es cierto que hay un gran abanico de ‘outsiders’ al triunfo. Con la confirmación de que Astana conserva su licencia World Tour a pesar de los múltiples casos de dopaje, Vincenzo Nibali (un hombre que anhela esta Monumento, como ya ha declarado en múltiples ocasiones, fue 2º en 2012 por detrás de Iglinsky, uno de los dopados del conjunto kazajo) se sentirá más motivado. Ya lo ha intentado con múltiples ataques en las clásicas precedentes, probando su estado de forma. El tiburón de Messina busca una gran victoria en una prueba de un día que le haga entrar en la historia del ciclismo. También debemos tener en cuenta al actual campeón del mundo, el polaco Michal Kwiatkowski (Etixx-Quick Step), vencedor hace una semana en Valkenburg, y que no se le vio fino en la dura ascensión a Huy. Aún así, la LBL es una prueba que se adapta mucho mejor a sus características, y ya hizo podio el año pasado por detrás de Simon Gerrans (Orica) y Valverde. Otro corredor que siempre ha declarado que sueña con levantar los brazos tras más de 250 km de recorrido es el Purito Rodríguez (Katusha), que no ha destacado ni en Amstel ni en Flecha, pero que ha estado siempre arriba, faltándole ese push final. Además, este año será la primera vez en tres años que Joaquim dispute la prueba sin estar lesionado, y ya ha finalizado dos veces en el podium.

Nibali e Iglinsky en la Cote de Saint-Nicolas en la edición de 2012. Venció el kazajo por delante del ‘Squalo’
Aún así, cualquier predicción que realicemos ahora no tiene por qué cumplirse. Pocos deportes hay tan imprevisibles como el ciclismo. Y una prueba tan dura como la Lieja-Bastoña-Lieja aún lo es más. Desde mitos del ciclismo (Jacques Anquetil, Bernard Hinault, Eddy Merckx; vencedores en 5 Tours de Francia con triunfos en Lieja, de hecho el propio Merckx alzó sus brazos ¡cinco! veces, récord de la prueba), a grandes especialistas (Moreno Argentin, Sean Kelly o Valverde), pasando por corredores como Di Luca o Andy Schleck. Aún así, todo debería decidirse con movimientos a pocos km de meta. Lejos quedan aquellos tiempos en los que Hinault atacaba desde lejísimos, con una fuga épica a través de las inclemencias meteorólogicas, para acabar imponiéndose en la línea de meta.

A Hinault no le gustaban las clásicas belgas. En 1980 bajo la nieve, nos regaló una exhibición inolvidable
Cada una de las diez ascensiones (o cotas reconocidas por la prueba; hay muchos repechos muy duros que no tienen tal consideración) harán que el grupo principal vaya perdiendo unidades antes de afrontar los ataques importantes a partir de los 220 km disputados. En este punto de la carrera, muchos grandes nombres se encontraran sin gregarios, mientras que otros tendrán segundas unidades que pueden romper la carrera o simplemente apoyar a su líder. De ahí la importancia de contar con un buen equipo en una prueba de este estilo. A pesar del buen tiempo que se dio en la zona esta semana, lluvias fuertes pueden aparecer mañana domingo, y los más de 4000 metros de desnivel total acumulado (más que en una etapa de montaña en una Gran Vuelta) pueden hacerse infernales.
La Lieja-Bastoña-Lieja es también inusual en cuanto a su estructura. Mientras algunas Grandes Vueltas son frecuentemente comparadas con 21 días de clásicas repartidos a lo largo de tres semanas, con la LBL ocurre justo lo contrario. Podemos considerar 5 puntos claves, 5 cotas en las que se van a mover los grandes nombres, separadas por 10-20 km entre ellas, que hacen que la prueba sea como una prueba de una semana dentro de una clásica. Cada ascensión hace que se reduzca el número de potenciales vencedores y genera oportunidades para las emboscadas en los kilómetros de transición entre las 10 cotas clasificadas.
En el recorrido de este año ha habido cambios sustanciales. Los más importantes se producen en el tradicionalmente considerado el primer punto clave de la LBL. El trío de ascensiones de la Wanne-Stockeu-Haut Levee, y la segunda ascensión crucial, la Cote de La Redoute. Es entre estos dos puntos donde las cosas han cambiado. A continuación del primer tríptico de ascensiones, la larga y tendida ascensión de la Vecquée ha sido sustituída por una combinación mucho más desafiante: Col du Rosier (4.4 km al 6%) y una escalada más corta al Col du Maquisard (2.5 km al 5%). La consecuencia será que el grupo en la Redoute sea mucho más pequeño, haciendo que los líderes estén más expuestos y aumentando la probabilidad de los ataques. A continuación, viene la Roche aux Façons, escenario de grandísimos ataques, como el de Andy Schleck en 2009. La distancia entre la Redoute y la Roche ha sido considerablemente disminuída, siendo separadas por solamente 16 kilómetros (en comparación a los 25 km de la edición de 2014).

El menor de los Schleck atacó en la Roche-aux-Façons en 2009. Su primer y único Monumento
Tras estos tres puntos claves, un rápido descenso hacia el polígono industrial de Lieja, pasando por delante del campo de fútbol, y llega la Cote de Saint-Nicolas, siendo esta la última de las cotas que deberán ascender los corredores. Serán 1.2 km al 8.8%, la última de las diez escaladas duras del día y a donde los corredores llegarán bien maduros. Descanso breve y comienza la larga y tendida ascensión final a Ans, que permanece inalterable. Es una subida que en ningún momento presenta desniveles duros, y en la que los corredores se ven en todo momento pues se trata de una larga recta; es una lástima que este final se produzca en una de las zonas más mugrientas y feas de la ciudad, caracterizada por su falta de esteticidad. Aún así, en los últimos años el vencedor se ha decidido en esta ascensión, previo giro a la izquierda para encarar la línea de meta, y quien sabe, si la gloria eterna. El Monumento de las Árdenas espera vencedor.
PERFIL DE LA PRUEBA