Sí, después de muchos años, por fin un portugués ha subido a lo más alto del podio en el campeonato más competitivo del planeta. Y ha tenido que ser Miguel Oliveira, probablemente el mejor piloto luso. Por lo menos quien más lo ha peleado, quien ha luchado codo con codo con grandes campeones mientras desarrollaba la Mahindra.
Este año, sobre la KTM del Team Ajo, rozó la victoria en varios Grandes Premios. Y a la sexta fue la vencida. En Mugello, cuna de la velocidad hoy en día en el motociclismo.
La carrera tuvo todo lo que se esperaba. Y con una recta tan larga cada paso por meta era todo un espectáculo. Los pilotos en cabeza exprimían los rebufos y los frenos a final de recta. Así llegamos a ver hasta cinco motos en paralelo entrando en la primera curva. Puro Moto3.
Al final, después de la guerra que siempre da Fenati, del poder emergente de Bastianini y de Bagnaia o de la frescura de Antonelli; después de todo eso se impuso un «veterano» como Oliveira. El portugués había probado en la penúltima vuelta con unos metros de ventaja en recta de meta y le valía para cruzar la bandera a cuadros en primer lugar. Y así lo hizo en el giro definitivo. Detrás, pegado, entró Danny Kent, afianzando así su liderato en la general. El podio lo completó Fenati.