Por Carlos Rodríguez (@carlosrsp87)
Un amistoso con sabor a Mundial. Solo hay que recordar cómo acabó. En un arrebato de furia y profesionalidad propio de una selección campeona del mundo, España se fue con todo al ataque para buscar el empate. Lo habían merodeado con cierta equidistancia en el segundo tiempo y finalmente lo consiguieron. Negredo inició en la izquierda un pase perfecto al área, donde apareció Pedro para tocar lo justo hacia el centro de la portería y allí estaba Navas para marcar. La celebración española propia de una fase final mundialista. Ningún final mejor para un partido entre dos selecciones de élite.
Desde que empezó el partido se vio que Chile salía a ganar el partido. Salió a presionar ferozmente con Vidal, Pizarro y Díaz sobre Xavi y Cesc, para dejarnos sin poder mover la pelota, y con Alexis de apoyo y aliado defensivo ocasional. Poco tardaron los chilenos en encontrar recompensa en forma de gol. Isla puso un buen pase ante la pasividad de la defensa estática española, más pendiente de si había fuera de juego que del desarrollo de la jugada, se durmió Sergio Ramos en última instancia y Vargas resolvió sin oposición ante la impotencia de un Valdés que no pudo hacer nada para evitar el gol. A España le costó nadar a contracorriente, quitarse una presión agobiante y fabricar buen fútbol. Empató por vez primera en su mejor combinación. Xavi abrió para Pedro y un magnífico centro del tinerfeño lo cabeceó Soldado a la red. El guardameta de la Real, Bravo, llegó a tocar el balón pero no lo suficiente para desbaratar el magnífico testarazo del nuevo delantero del Tottenham. Pero a un suspiro del descanso volvieron a marcar los chilenos. Otra vez Vargas, aprovechando un error monumental de Albiol y la tardía ayuda de Arbeloa.
Arrancó la segunda parte y España mejoró con los cambios, entre ellos, cómo no, la salida de Iniesta, fundamental una vez más. Empezaron a llegar las aproximaciones y ocasiones españolas por mediación, por ejemplo, de Cazorla. Pero Del Bosque no se conformaba y también metió a Navas y Negredo. Se empezó a ver otra selección, una selección que se vino arriba con energía. Se vio combinar el tradicional juego en corto y en largo. Navas y Pedro avisaron antes de que el sevillano acertase en el descuento e hiciera que la selección no perdiera un amistoso que parecía un partido de la fase final de un Mundial. Pero la cita resultó especialmente inolvidable para Nacho, que debutó sustituyendo a Sergio Ramos, su ídolo.