Por Carlos Rodríguez (@carlosrsp87)
Volvía la Copa del Rey a Santander. Otra noche de copas en El Sardinero. Otra noche que se presentaba llena de ilusión y de protestas que el racinguismo no iba a desaprovechar puesto que el Racing-Almería fue televisado. Los focos de las cámaras de dos canales de pago servirían para denunciar con nitidez lo que lleva aguantando la afición de este centenario equipo durante los últimos cuatro años por culpa de una directiva corrupta que roba y se ríe sin misericordia de la afición y de los jugadores. Se pueden enumerar muchas fechorías de estos «chorizos»; por ejemplo, se quieren autoimponer un sueldo a pesar de que llevan 3 meses sin cobrar los jugadores y el cuerpo técnico. Insólito. También pretenden cerrar por la mano mayor una de las zonas del campo. Y así podríamos estar hasta el día del juicio final, que a estos personajes que están hundiendo al Real Racing Club de Santander les debería llegar más pronto que tarde. Pero antes conviene volver a lo deportivo para recordar un resultado (1-1), que fue lo de menos porque lo principal es que hubo una invasión de la afición en la Tribuna Principal y desde allí hasta el palco para protestar delante de las narices de Ángel Lavín «Harry», el todavía presidente del Racing para desgracia del racinguismo.
En los aledaños del campo, antes de empezar el partido, se notaba el ambiente tenso de la afición al conocer que la grada de Preferencia Norte seguía cerrada para el sector joven, la llamada «Gradona de los Malditos», así como para el resto de los abonados de esa misma zona por decisión del club tras la invasión pacífica que se produjo al término del partido de Liga contra el Coruxo. Esos aficionados pasaron a estar reubicados en la Tribuna Norte y a los primeros que accedieron al campo incluso les tomaron los datos, lo que provocó la lógica indignación de estos seguidores que llevaron su protesta ante la Policía, que se defendió argumentando que lo que habían hecho no se podía hacer. Una vez que la gente accedió por esas puertas invadieron la grada de Preferencia Norte desde sus posiciones, como sucedió en el último partido de Liga, al tiempo que coreaban cánticos contra la directiva.
Desde la primera jugada del choque se apreció el ambiente reivindicativo. Hasta hubo una protesta de los jugadores por los impagos que les adeudan, duró unos 30 segundos y se quedaron como estatuas en el campo ante la complicidad de los futbolistas del Almería, que se solidarizaron mandando el balón fuera. La primera parte fue igualada entre los dos equipos, con ocasiones para ambos. Pero una jugada culminada con un certero tiro de Corona acabó adelantando al conjunto almeriense, que con esa renta se fue al descanso.
Al inicio de la segunda parte se calentaron los ánimos en la grada porque la Policía Nacional acudió hacia la posición de un aficionado que increpaba al palco para identificarle. Esto suscitó otra protesta de la afición al grito de «¡Fuera chorizos del Sardinero!», dirigidos al palco. La indignación estaba desatada y el partido pasó a un segundo plano.
Llegado el minuto 13 de la segunda parte, la Grada Joven intentó desplegar una pancarta en contra de la directiva que rezaba «Fuera Chorizos»; ante eso, la seguridad del club trató de retirarla y ello propició un intento de invasión de campo que consiguieron abortar los agentes.
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Pero el ambiente se acabó de caldear con la toma de datos al espectador que estaba al lado del palco y el impedimento de desplegar la pancarta. Esas fueron las gotas que colmaron el vaso de la paciencia de un sector amplio del racinguismo reunido ayer en El Sardinero. Entonces, la gente que estaba en la zona de Preferencia Norte decidió invadir la Tribuna Principal, mientras eran aplaudidos y jaleados por el resto del estadio. Una vez invadida la Tribuna Principal, un centenar de aficionados se dirigieron hacia el palco y decidieron ir directamente a por el presidente y la directiva. Esto derivó en lanzamientos de asientos, ceniceros y escupitajos hacia el palco, con tan mala fortuna de que uno de esos asientos impactó en la cabeza de un agente de seguridad. Fueron momentos muy tensos que duraron unos cinco minutos hasta que se intensificó el despliegue policial y eso calmó las aguas en los aledaños del palco; eso sí, todo ello ante las protestas del presidente del Almería por la tardanza en desplegarse los agentes del orden.
Ni así se acabaron los cánticos en contra de la directiva procedentes fundamentalmente desde la Preferencia Norte, que también mostró su apoyo al equipo y al cuerpo técnico. El juego continuó y se produjo la entrada de Koné y del joven David Concha, quien en su primera acción se internó en el área, superando con un toque suave a Ustari y estableció la igualada dejando la eliminatoria abierta para la vuelta en el estadio de los Juegos Mediterráneos.
Al finalizar el partido se volvió a apreciar la fuerte unión de afición y jugadores. No se merecen menos después de 3 meses sin cobrar y con los racinguistas sufriendo desde hace cuatro años la corrupción de una directiva que está robando y destruyendo un club centenario. Ni el Racing ni el fútbol español se merecen que un club histórico de nuestro fútbol esté en manos de chorizos.