El Barcelona no tiene piedad del Elche y le endosa media docena en el Martínez Valero con dobletes de Messi y Neymar. También marcaron Piqué y Pedro. El balance global de los cuatro enfrentamientos de esta temporada entre ambos equipos muestra un aplastante 18-0 favorable a los de Luis Enrique.
El Barcelona está ganando muchos partidos esta temporada gracias a los destellos de sus brillantes estrellas. No es la orquesta perfecta de la época de Guardiola, pero tampoco es la banda de pueblo del curso pasado. Lo demuestra la interpretación de la partitura contra el Elche, un rival contra el que no fueron capaces de pasar del empate a cero en la penúltima jornada del pasado campeonato dejándose media Liga, y al que este año le metieron media docena en el Martínez Valero (un global de 18-0 si tenemos en cuenta el doble enfrentamiento copero y el duelo liguero de la primera vuelta). Los datos hacen justicia con el inmenso bagaje goleador que atesora este Barça. Ese potencial ofensivo termina sonando como la más afinada melodía de antaño. Porque, al fin y al cabo, el fútbol se trata de ganar. Y este Barça sigue ganando para mantener el pulso con el Madrid por el liderato.
Fue una orgía goleadora sin Luis Suárez. En el Martínez Valero volvieron las rotaciones y Luis Enrique presentó seis cambios respecto al once que venció al Atlético de Madrid el pasado jueves. Dio descanso a Alves, Busquets, Rakitic, Iniesta y al punta uruguayo, más el habitual cambio en la portería (Bravo por Ter Stegen).Con Pedro de invitado especial en la coproducción goleadora que ruedan Messi y Neymar en cada partido, nos encontramos con un Barça más efervescente y menos previsible, más letal. Suárez es el 9 que llevaba ansiando tanto tiempo el barcelonismo, pero arrinconado en un costado como le ocurría a Villa, pierde gas como un refresco después de agitarlo. Lo sustituyó el canario, un espectador de lujo del festín de goles que se dio el Barça, hasta que añadió su firma en la prolongación.
El resumen del partido deja en buen lugar el primer tiempo del Elche. Solo encajó un gol, el de Piqué, y vino precedido de una pillería de Xavi que sorprendió a la zaga ilicitana. No pidió barrera, sacó rápido la falta desde el pico derecho del área y la colgó al segundo palo, por donde andaba Piqué para fusilar con la derecha después de bajar el balón con el pecho. El defensa celebró a lo grande su partido 200 en Primera y castigó de manera inmisericorde a un rival que hasta entonces había mantenido el tipo, creando incluso alguna ocasión de peligro manifiesto como la que salvó Bravo ante Fayçal. Otra vez se puso de manifiesto la diferencia entre el pez chico y el grande: uno perdona y el otro no. Pero lo peor todavía estaba por llegar para Fran Escribá y los suyos.
Las protestas locales después del gol de Piqué se convirtieron en resignación espartana en el segundo tiempo. Fue una bacanal goleadora del Barcelona, que necesitó apenas diez minutos para marcar el segundo. Messi engañó perfectamente a Tyton y transformó el penalti cometido por Pelegrín sobre Neymar. El partido ya estaba visto para sentencia y la expulsión de Fayçal terminó de desarbolar al Elche. Se marchaba el autor de su mejor ocasión y los ilicitanos se preparaban para lo peor. Cumpliendo con la ley de Murphy, lo que estaba saliendo mal, acabó siendo peor. Encajaron otros cuatro goles que se repartieron entre Messi y Neymar, con el cameo final de Pedro. El brasileño culminó estupendamente otro par de asistencias geniales del argentino, que ha superado a Cristiano en el capítulo de los pases de gol y ya lleva 10 en la presente Liga. El propio Messi rubricó la manita reentabilizando al máximo un magnífico pase interior de Bartra y el rosarino ya es el futbolista que anota más dobletes en Primera (77), superando también a Zarra en esta faceta.
El sexto y definitivo gol corrió a cargo de Pedro y supuso el mayor correctivo de la historia del Elche en su campo después de un 2-7 que le endosó el Zaragoza en 1961. A excepción del citado empate a cero del año pasado, la historia penaliza de un modo singular al equipo blanquiverde cada vez que se enfrenta al Fútbol Club Barcelona, al que no le mete un gol desde 1978, ahí es nada. El Barça, a su vez, rezará para que se pueda dar una orgía goleadora como la de este sábado en el Martínez Valero antes de afrontar partidos tan decisivos como el del próximo miércoles en el Vicente Calderón.