El Barcelona aplaca con una goleada (4-1) el fervor inicial de la Real Sociedad, que se pudo adelantar en el marcador gracias a un disparo de Seferovic a la escuadra
Alejandro Rozada (@alexrozada)
En pleno viaje hacia una nueva identidad futbolística, que no se sabe si será un regreso al glorioso pasado o un salto sin red a un futuro imprevisible, el Barcelona se ha encontrado por el camino con la pegada tradicional del Real Madrid. Y parece decidido a hacer uso de ella. Atrás ha quedado ese fútbol de salón, cuidadosamente hilado y tan elegantemente sutil que consistía en alcanzar la portería tocando el balón, aunque se sigan viendo retazos de vez en cuando. Lo consagró Guardiola y lo aprovechó Vilanova; ahora, Martino está tratando de modernizarlo y adaptarlo a los nuevos tiempos. A falta de la ayuda de un nueve al uso tradicional, al estilo de los Ronaldo o Van Nistelrooy de antaño, el juego ofensivo del equipo pivota en torno a Messi y Neymar, indiscutibles referentes en ataque del Barça, siempre con permiso de Pedro e incluso del indescifrable Alexis. En ocasiones, hombres de la segunda e incluso de la tercera línea, casos de Busquets y Bartra, también lucen su pegada. Y eso terminó de tumbar a la Real Sociedad en su visita al Camp Nou.
Fue un partido extrañamente sencillo para el Barcelona. Se pudo encontrar a remolque en el marcador a las primeras de cambio por un misil tierra-aire de Seferovic desde fuera del área justo en la misma jugada en la que se lesionó Mascherano por un choque con su compañero Busquets, pero el larguero salvó a los blaugrana. Casi sin tiempo para quitarse el susto del cuerpo, Neymar se encontró con su primer gol en la Liga al aprovecharse de una escandalosa falta de entendimiento entre Cadamuro y Bravo. Listo, generoso y oportuno, el brasileño crece en cada partido y va engordando su importancia en el sistema de juego barcelonista. Sabe moverse y asociarse, no hay más que preguntar al propio Messi, que se aprovechó de una precisa asistencia del brasileño tras uno de sus endiablados desbordes por la izquierda. Cuando todos hacíamos cábalas sobre cuál de los miembros de la pareja de oro del fútbol español marcaría más goles, porque ambos protagonizaban casi todos los escarceos ofensivos, apareció Busquets en la frontal del área para asombrar a todos con un ajustado latigazo tras varios rechaces en el área donostiarra.
Se le da mal el Camp Nou a la Real Sociedad. El año pasado empezó el campeonato recibiendo una manita en el coliseo blaugrana y esta temporada se marchó al descanso con un tres a cero en su contra. Suerte para ellos que el Barcelona se quiso gustar en la segunda parte y bajó varias revoluciones su bagaje ofensivo. El caso es que los jugadores de la Real se estiraron y lograron el del honor. De la Bella marcó en boca de gol después de una milimétrica asistencia de Agirretxe que se había aprovechado a su vez de un monumental error de Piqué. Como Gerard no estaba dispuesto a correr riesgos, el joven Bartra, que sustituyó al lesionado Mascherano, no quiso desaprovechar la oportunidad de dejar su sello goleador y marcó el cuarto culminando una endiablada arrancada de Messi, que en esta ocasión prefirió apostar por un pase y no por un disparo. Goleada blaugrana en el día de la Mercè, la sexta consecutiva en un campeonato que lidera junto al irreductible Atlético. El Barça no bailó una sardana, pero ya ha igualado su mejor inicio en Liga.