El portero navarro del Athletic se suma con dos cantadas por alto al desporpósito arbitral de Muñíz Fernández, que dejó a los leones con uno menos a los 9 minutos de juego expulsando a Aduriz y el empate a 2 final no colmó las remotas aspiraciones europeas administrativas de los de Vallecas
Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
Dos villanos totales plasmaron su mejor actuación esta noche en Vallecas, enmarcados en el binomio Iraizoz-Muñíz Fernández. Primero el árbitro no sabiendo templar su gatillo rápido para punir con dos amarillas en un lapso breve de minutos a Aduriz que en teoria si pudieran ser pitables pero la templanza de un trencilla también le tiene que hacer comprender que no se puede ni debe dejar a un equipo profesional con un jugador menos a los 9 minutos de juego. Y después, el cancerbero de los leones, que puso la guinda final a una temporada nefasta cargada de fallos incomprensibles con dos cantadas que ni Rigoletto y que desembocaron en um empate final a 2 tantos que desquició a los vallecanos, ya que las pocas opciones de llegar a Europa se desvanecían en el campo cuando en los despachos también habían sido cercenadas por la Federación en una postura ciertamente vengativa para con un club humilde.
Los de Paco Jémez, que entre semana había visto recompensada su excelente campaña con la renovación por dos años más al frente de los rayistas, pronto se vieron en superioridad y nadando a favor de corriente gracias a que Muñíz solo veía faltas en entradas rojiblancas en un claro doble rasero. Si a un penoso colegiado se le suma un portero rival que midió más penosamente aún una falta sacada a pie cambiado y se comía la curva perfecta para que Vázquez adelantase a los locales en el minuto 19, todo parecía abocado a un recital rayista. Pero los de Bielsa ya no se jugaban nada trascendente esta temporada y adelantaron la línea de presión, cosa que aprovecharon los jugones del mediocampo local para gustarse, porque Trashorras y Piti lanzaban contras con bastante asiduidad. Pero en el momento en que mejor se lo pasaban los Bukaneros en el único fondo poblado del campo rayista, una combinación entre Ibai Gómez y De Marcos por el centro del área local suponía el empate de Susaeta en el minuto 31 y paraba en seco todo el ímpetu del Rayito.
La segunda parte se inciaba acelerado con un gol al contragolpe de Aurtenetxe en el 47 de juego que no se le creyó ni el propio lateral vizcaíno, pero la respuesta de los de Jémez no se hizo esperar. En un córner donde un balón sencillísimo por alto no la hubiera fallado ni un portero del típico ‘solteros contra casados’, no lo blocó Iraizoz y Piti astutamente aprovechaba el ‘que pasaba por allí’ para subir el empate a dos en el marcador para dar otra dimensión al partido. El Athletic se gustaba jugando a la contra mientras que el paso de los minutos cargaba de razones a los rayistas para embotellar a su rival, aunque las opciones de lograr la victoria se quedaron en escaramuzas esporádicas. Sin el macarra de Aduriz en el rectángulo de juego, Bielsa mantuvo a Llorente calentando en la banda toda la segunda parte e incluso se decantó por Toquero para refrescar la punta de ataque en detrimento del riojano, dando así al culebrón del 9 de rojiblanco un epílogo no-futbolístico. Por su parte, Vallecas despedía una temporada magnífica de su equipo sin el premio final por mucho que en el campo lo rozaron, aunque casi nunca tuvo opciones de alcanzar al Betis en la clasificación final.