Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
En las pasarelas de moda se muestran las tendencias para primavera, verano, otoño e invierno. Está claro que la tendencia de invierno en esta Champions League son las remontadas. Pueden sentar bien o mal pero, el único aspecto a tener en cuenta es que no están hechas para cardiacos.
El encuentro entre el Bayern de Múnich y el Arsenal se presentaba muy emocionante. En el estadio había sesenta y ocho mil almas entregadas a una única causa: darlo todo por ver a su equipo en cuartos. Es verdad que los de Heynckes afrontaban el partido con una amplia ventaja pero también tenían bajas muy importantes en sus filas. Boateng y Schweisteiger por sanción y Ribèry por lesión. Contento estaba el técnico alemán de haber recuperado a Robben.
Tras veintitrés victorias consecutivas los bávaros han sido derrotados por un Arsenal que podía haber dado la sorpresa en el último momento. El primer gol de los de Wenger llegó al tercer minuto de encuentro. Giroud remata un centro de Walcott. El técnico visitante quería marcar pronto y lo consiguió. Los ingleses ponían así rumbo a los cuartos pero los muniqueses no se rendían, oportunidades tuvieron muchas pero ni Robben ni Kroos encontraban la portería. De excelente se puede calificar la actuación meta visitante. Al descanso se llegó con esta ligera ventaja para los visitantes.
Tras volver al terreno de juego, los cosas seguían más o menos como en la primera mitad. El Bayern continuaba presionando pero no lograba anotar y el Arsenal, en torno al minuto cincuenta y dos, daba la sensación de que se conformaba con el resultado aunque cayeran eliminados. Lo que es de admirar es que los jugadores bávaros no parecían alterados, seguían dominando sin problemas. Anoche la suerte no estaba de su lado.
No obstante, querían emociones fuertes y las tuvieron. En el ochenta y seis hacía el segundo gol del encuentro el Arsenal. Koscienlny se convirtió en el responsable de más de una taquicardia. El central anotó a la salida de un córner. Momentos de máxima tensión porque el conjunto inglés estaba a un gol de eliminar al todopoderoso Bayern. La remontada era posible. Quedaban todavía minutos.
En esos momentos, las gélidas temperaturas de Múnich no se sentían. Todos pendientes del cronómetro, sufriendo por lo que pudiera suceder pero que no sucedió. El árbitro pitaba el final, los alemanes suspiraban y el Arsenal se despedía de la Champions.
Casi remonta el conjunto inglés, pero la gran remontada de la noche la protagonizó el Málaga que entra junto con el Bayern en el selecto club de los ocho mejores de Europa. En el sorteo del día quince no habrá ningún representante de Inglaterra. Hasta 1996 hay que remontarse para recordar una situación así. Al menos, este país acogerá la final aunque está claro que la copa viajará a Francia, Alemania, Turquía, Italia o España.