En primer lugar es necesario aclarar que este post no trata de poner en cuarentena la decisión que ha tomado, quizás las formas. Pero sobre todo trata de poner en contexto la situación que se está viviendo y explicar por qué su renuncia se entiende de esa forma tan negativa.
Mucha gente no entiende a que viene tanto revuelo en relación a su “renuncia” a la selección brasileña, y ello se debe a que realmente no hay conciencia de lo que el fútbol (y en especial la Seleção) significa para Brasil.
“El fútbol es la mayor religión de Brasil”. Esta frase, que puede parecer una exageración para muchos, es la pura realidad de algo que ocurre desde siempre. Si caminas por el país verás a personas de todas las edades relacionarse con el balón en calles, pistas, parques, playas etc. Es una relación de amor difícilmente visible en otros lugares del Mundo. Y la selección, y la Copa del Mundo, son temas diferentes.
Quizás, por edad, el Mundial de 1994 sea el primero que recuerdes. Quizás no llegues a visualizar bien el famoso partido contra Uruguay de Maracanã en 1993, cuando Brasil estuvo a punto de quedarse fuera de un Mundial por primera vez en la historia; puede que no tengas en la mente la sensación de silencio que se produjo durante 90 minutos en el inmenso país. O puede que sí. Nos encontrábamos en la peor época del fútbol nacional tras el Maracanazo, la tumba de 1982 y 1986 era mucho más profunda de lo que pensábamos y para colmo Diego Armando Maradona vivía haciendo malabares y alegrando a nuestros vecinos y enemigos. Puede que hayas visto el gol de Caniggia en vídeo, seguro que alguna vez has gritado alguna palabra malsonante por ello. Era una época dura (también en lo económico y socio político – el primer impeachment de la historia de la democracia -), pero cuando jugaba Brasil el pueblo seguía conteniendo la respiración. Y en 1994 volvimos a respirar, y dedicamos aquel título al difunto Ayrton Senna, y el pueblo volvió a sentir que era querido por la vida.
Argentina 1-0 Brazil (WC 1990)
Brasil 2-0 Uruguay (Septiembre 1993)
Sin embargo, estoy seguro que debes recordar el color de las calles durante el Mundial (cualquiera de ellos, por edad el 94 o el 98), siempre un poco después de las “festas juninas”. En esas semanas, las ciudades se llenan de banderitas verde y amarillas, y la nuestra bonita bandera se ve reflejada en cada hueco libre en las calles, muros y hasta escaleras. Es curioso ver como los artistas urbanos reflejan toda su técnica en diferentes lugares de las ciudades, representando a nuestros héroes y a otras estrellas de dicho campeonato. Es algo sagrado, es el Mundial de fútbol, y nuestro pueblo está tratando de “dar toda a força” a nuestros jugadores.
La contextualización hecha antes se debe a un intento de explicar a los no brasileños lo que significa para nosotros nuestra selección. Sé que es difícil de entender, aún es más explicarlo, pero el sentimiento que genera en cada uno de nosotros ver a nuestro equipo en un campo de fútbol es algo inigualable. Imaginad, por tanto, lo que implica para un jugador. No creo que esté muy equivocado si aseguro que cada chico que juega con una pelota en el país sueña con oír el himno rodeado de otros diez “moleques” que van a representar al país en un partido de fútbol.
Dejando a un lado esta explicación, que pocos entenderán, vayamos a tu caso concreto. Un caso que no tiene nada de especial, excepto el modo en el que se ha gestionado. El 5 de Marzo de 2013 fuiste convocado por Brasil para jugar dos amistosos – dado que Brasil no dispone de partidos oficiales de cara al Mundial – ante Italia y Rusia. En ese momento pensaste como cualquier otro brasileño que es llamada por la canarinha y fuiste a jugar, llegando a debutar con la camiseta verdeamarela. Sin duda, aquí viene el error.
Reacción Diego Costa a su convocatoria con Brasil
Convocatoria de Diego Costa con Brasil, reportaje
Lo único que te diferencia de los otros 78 jugadores que han jugado con otra selección distinta a Brasil, quitando a Mazzola que pertenecía a la época en la que el fútbol era un puterío minado (años 30,40 y 50), es el hecho de haber debutado con la selección absoluta de Brasil. Nadie te obligó, y podías haber dicho que no y haber evitado toda esta situación tan horrible.
Tu situación con Brasil no ha variado mucho en los últimos meses, por lo que quizás deberías haber pensado antes de actuar. Es entendible tu ilusión por ir a un Mundial, y nadie duda de que tienes todo el derecho del mundo en acudir con la selección española, pero deberías haber pensado eso antes de acudir a la llamada de Felipão en Marzo. Y no se trata de algo muy difícil, dado que otros jugadores han conseguido evitar ser convocados para no llegar a esta situación. Ocurrió recientemente con Gonzalo Higuaín y la selección francesa, y tenemos el caso cercano de Rafa Alcántara (hijo de Mazinho) que ha afirmado muchas veces que no quiere ser convocado con España – al contrario que su hermano Thiago – porque ha elegido jugar con Brasil (sin haber sido nunca convocado para la absoluta).
Nadie te niega el derecho a decidir, ni siquiera de juzgar algo que es personal, pero tú sabes al igual que cualquier brasileño, que has cometido un error que te va a perseguir toda la vida. Porque a diferencia de Pepe o Deco (casos que se usan para atacar a Scolari) tú sí has sido convocado por Brasil, cosa que no ocurrió a ellos ni a otros muchos como Eduardo da Silva, Donato, Marcos Senna y un largo etcétera. De hecho, Deco fue convocado por primera vez en Portugal en el año 2003 – ya llevaba 6 años en el país luso y había sido varias veces campeón con el Porto -, Pepe fue convocado en 2007 (tras otros 6 años en Portugal) y ambos nunca fueron llamados con la canarinha.
Leo por todas partes que tienes todo el derecho a ser convocado por España, y elegir jugar con ellos, cosa que es totalmente cierta debido a la normativa FIFA. Como argumento de peso se usa que Scolari no te convocó para la Copa de las Confederaciones, hecho que tampoco ocurrió con la selección española. En mi opinión no se trata de jugar para Brasil o España, sino hacerlo en la forma adecuada. Y ahí es donde te has equivocado. Y no ocurre porque yo, o Scolari, o Marín lo diga, sino porque las fotos, los vídeos y los audios de tu alegría por jugar con Brasil lo demuestran y tienen un peso importante.
Lo que parece que va a ocurrir de ahora en adelante es bastante agrio: por un lado, la CBF va a tratar de dejarte sin Mundial por medio de mecanismos jurídicos ante la FIFA (cosa con la que no estoy nada de acuerdo), por otro el pueblo va a estar en tu contra – y de España – por lo que has hecho (de hecho apuesto a que España va a ser más odiada que Argentina, cosa que los españoles piensan que se debe a su gran juego y favoritismo para ganar, pero no tiene nada que ver), y por último parece que se va a iniciar un proceso legal para retirarte la nacionalidad brasileña. Legalmente es viable, y la CBF tiene el mismo derecho a ejercer esta acción que tú a “renunciar” a representar a Brasil, el daño está hecho y pueden actuar de esa forma.
Para el que dude que se puede realizar este acto de retirada de la nacionalidad le recomiendo que compruebe que no existe ningún acuerdo de doble nacionalidad entre España y Brasil, por lo que en el momento en el que un brasileño se acoge a la nacionalidad española (o cualquier otra que no tenga un tratado de doble nacionalidad con Brasil) está, de hecho, renunciando a la nacionalidad brasileña. Es algo que no se persigue por defecto, pero que puede ser ejecutado bajo denuncia, y la CBF va a denunciarlo. Por ello, lo normal es que dejes de ser brasileño, algo que imagino que no te gustará.
Para terminar, creo que necesario resumir lo que se ha tratado de exponer en este post: tu decisión es totalmente respetable, pero la forma en la que se ha producido no es entendible por un país como Brasil, en el que el fútbol es algo que no se abarca con esa palabra de 6 letras, similar a una sangre ficticia que corre por las venas de un país. Tienes todo el derecho a jugar con España, o cualquier otro país que recurra a esa magia que tienes con el balón, esa que empezaste practicando descalzo, y que has jugado en cemento, arena o césped, pero sabes que has renunciado a algo muy importante para millones de personas. No se trata de jugar con los actuales campeones del Mundo en Brasil, no se trata de una pataleta por ti (que sabes que difícilmente serías titular por gustos del entrenador), se trata de respetar algo que todos respetan desde el momento en el que son conscientes de como se vive el fútbol en un país – recordad a Garrincha enfadado porque el Mundial de 58 había terminado y él quería jugar más partidos – cuyo día a día está regado de “bola, bola e bola”.
Porque como bien dice un viejo refrán: “No Brasil, tudo acaba em samba, churrasco e futebol”.
PD: Aclarar que este post es de carácter personal y no pretende en ningún momento atacar la decisión del jugador, sino la falta de diligencia a la hora de tomarla, pese al amparo legal por parte de la FIFA. En ese sentido, ciertas medidas de carácter negativo hacia el jugador cuentan con el mismo amparo de las leyes.
PD2: en este vídeo, grabado hace 4 meses en Lagarto, en un reportaje cercano, se puede saber lo que pasó y cómo fue convocado Diego Costa por Scolari la primera vez (y como podía haber dicho que no): Diego Costa habla de la convocatoria con Brasil en Marzo
@Kriok