Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
La combinación perfecta: Liga, Copa y Champions. Al Bayern de Múnich solo le falta la copa. Conseguirla supondría poner el broche final a una temporada histórica, de ensueño. Su rival será el Stuttgart que aspira a levantar dicha copa dando la sorpresa a todos. Se avecinan noventa minutos de buen fútbol en los que nada está asegurado. ¿Alguien se lo quiere perder?
De Múnich a Berlín
Llegar a una final no es fácil pero esta temporada el Bayern de Múnich ha llegado a tres. No ha sido un camino de rosas pero los de Heynckes han sabido imponerse a sus rivales en el torneo del k.o. Primero eliminaron al Jahn Regensburgo y al Kaiserslautern, dos equipos de segunda que no les plantearon muchos problemas. En octavos, se enfrentaron al Ausburgo. Fue un gran duelo bávaro pero los de Múnich sentenciaron el partido con dos goles. En cuartos se deshicieron del Borussia Dortmund. Sin duda, el rival más fuerte de toda la competición. No hay que olvidar que han sido segundos en la Bundesliga y finalistas de la Champions. Y por último, en semifinales, derrotaron al Wolfburgo, otro equipo de primera pero los seis goles que anotaron los de Heynckes dejaron bien clara la superioridad bávara.
Ya están en Berlín, es más que una final para el Bayern. Tienen un cita con la historia. Si consiguen la DFB-Pokal, y con ella el triplete. El Bayern de Múnich se convertirá en el primer equipo alemán que al igual que el Inter de Milán, el Barcelona, el Manchester, el PSV Eindhoven, el Ajax y el Celtic ya han consiguido el triplete.
Será el último partido de Jupp Heynckes al frente del Bayern de Múnich. Se va por todo lo alto y con títulos debajo del brazo.
De Stuttgart a Berlín
Ha terminado la Bundesliga en la duodécima posición. A cuarenta y tres puntos del Bayern de Múnich. Ahora bien, llegan a Berlín con las mismas opciones de ganar que su rival. En un partido, solo el mejor levantará la copa. Para llegar al Olympianstadion ha superado a rivales como el SV Falkensee-Finkenkurg de sexta división y al Fc St Pauli de segunda. En octavos se midieron al Colonia, otro segunda. En cuartos, se impusieron, de nuevo, al VFL Bochum de segunda división. Y sólo en semifinales se enfrentaron a un equipo de primera. El Friburgo fue su último rival en la copa antes de vérsela mañana con el Bayern de Múnich. Está claro que los de Labbadia han tenido, a priori, un camino más llevadero hasta la final.
No es la primera vez que el Bayern de Múnich y el Stuttgart se enfrentan en la final. Hay que remontarse a 1986. En aquella ocasión los de Múnich se impusieron con un contundente cinco a dos a los suabos. Lo que ocurrirá mañana no se puede asegurar. Son ya setenta las ediciones de la DFB Pokal y ha habido muchas sorpresas. Lo que está claro es que una noche más el fútbol reinará en Alemania. Eso si, solo habrá un rey para la copa.