Paco Cavaller (@pcavaller)
Es el Mundial de las Américas y eso ya nadie puede discutirlo. Hasta 10 eran los equipos americanos que formaban parte de esta Fase de Grupos. Sólo dos de ellos han caído (Honduras y Ecuador). Precisamente, han sido dos combinados que incluso me han sorprendido gratamente. Y, uno de ellos, el dirigido por Reinaldo Rueda, incluso nos ha presentado a una de las revoluciones de la Copa, pese a haber caído: Enner Valencia.
Era esperable que selecciones como Brasil, Colombia, Uruguay o Argentina pasaran, pero los mandatarios de CONMEBOL y CONCACAF todavía deben de estar alucinando con el rendimiento y éxito de México ante Croacia y Camerún, de Chile ante España, de EE.UU. sobre Portugal y Ghana y, por encima de todo, el de Costa Rica sobre Inglaterra e Italia (incluso por encima de Uruguay). Asombroso.
La tercera jornada de esta Fase de Grupos no ha hecho más que confirmarnos que estamos ante uno de los mejores mundiales de la historia. Desconozco el motivo, pero ha sido patente, especialmente en esta última jornada, cuando muchos estaban contra las cuerdas, que muchos han priorizado su pasión a su táctica. El desorden, causado por la emotividad y la casta, ha llevado a los distintos combinados a revolucionar el ritmo habitual de un partido de fútbol y, por haberse ello repetido, conducirnos a un constante estado de excitación, incrementado este por aquello de estar jugándose dos partidos de manera simultánea.
Grupo A. Brasil ha pisado fuerte su territorio, sí, pero, por lo antes comentado, se ha visto obligado a compartirlo con el ‘Tri’. Los mexicanos lograron empatar a los locales y apear a Croacia y Camerún del torneo. El rendimiento de Brasil ha sido bueno, sí, pero creo que no exagero si aseguro que era el rendimiento esperado. La gran incógnita era Neymar, pero el ‘crack’ ha disipado ya todas las dudas. Ha sido el líder, el máximo goleador, ha tirado del carro y aparecido en los momentos claves y ha enloquecido a las gradas brasileñas. De momento, sí está siendo su Mundial. Su crecimiento estos días está siendo gigantesco.
La labor de Miguel el ‘Piojo’ Herrera al frente del ‘Tricolor’ ha sido soberbia. A este hombre le dieron una selección hundida en la miseria, echada de la vía directa al Mundial por Costa Rica, EE.UU. y Honduras y enviada a un repechaje intercontinental ante Nueva Zelanda. Herrera optó por llevarse a sus hombres de confianza, mayoría del Club América, donde estuvo trabajando previamente. Clasificó a los suyos como prioridad y, una vez dentro, ya se dedicó a armar un cuadro altísimamente competitivo. Salvó los muebles y ahora, comandados por Herrera y Vázquez, con un Aguilar y un Layún excelsos por los costados y una pareja de centrales contundentes junto al eterno Rafa Márquez, esta México tira de la pegada de Gio y Oribe para apear a una selección croata que tenía todos los números para hacer cosas importantes.
Y es que Croacia ha sido una de las decepciones de esta Copa (y no son pocas). Modric dejó enormes destellos en el inaugural, pero fue diluyéndose, al igual que Rakitic. Mandzukic anduvo desorientado y, sin estos tres hombres, los de Kovac se quedan sin gasolina. Junto a ellos, queda fuera Camerún, un conjunto marcado por sus tremendos problemas internos y que no ha logrado la catalogación de ‘equipo’ en 270 minutos. De hecho, cada vez estuvo más lejos. Drama absoluto.
Grupo B. Ya dejé hace unos días en este portal mis claves sobre por qué fue derrotada la Selección. Como es lógico, no voy a recrearme. Algunos dijeron que España lavó mínimamente su imagen ante Australia. Total desacuerdo. España evitó hacer un ridículo histórico. Y ya.
Hay que extenderse en elogios por Chile y Holanda. A unos, por su continuismo tras el buen papel en Sudáfrica y por su crecimiento como cuadro. A otros, por su alto rendimiento tras haber sido un equipo marcado por las bajas (especialmente la de Strootman, de quien esperaba mucho en Brasil). Estoy bastante seguro de que con otro DT al mando, esta Holanda no habría logrado tanto, sobre todo ante los nuestros. Y, a partir de ahí, todo habría sido distinto. Hasta hoy no ha acusado en exceso sus problemas; se convierte en crucial e interesante ver si lo hará en los cruces. México se frota las manos ante un duelo apasionante.
Chile también llegaba tocado, con su máximo estandarte en la fase de creación, Arturo Vidal, entre algodones. Sin embargo, Sampaoli, otro entrenador al que no podemos vulnerar, logró merendarse tácticamente a España. El DT ha sabido sacar lo mejor de Alexis y Vargas y tiene bajo palos a un arquero, Bravo, que si acaba de fichar por el Barcelona, será por algo. A los tres les conocemos bien en España.
Junto a España cae Australia, cuya propuesta es valiente, pero su arsenal, carente. Y eso que Tim Cahill ha hecho el que, para mí, es uno de los mejores goles de esta fase. Está claro que no es un descubrimiento, sino una consagración, pues los goles que lleva Cahill en los mundiales no son pocos. Donde sufren los ‘socceroos’ es atrás y, afortunadamente para la dignidad de nuestro fútbol, pudimos comprobarlo.
Grupo C. Colombia se plantaba en Brasil encuadrado en un grupo sencillo hasta cierto punto, pero, lejos de clasificarse sin hacer mucho ruido, los de Pékerman han dado un golpe sobre la mesa. El técnico se ha convertido en héroe nacional y el país entero está volcado con su equipo nacional. Y todo ello sin Falcao. Ni se le recuerda. James Rodríguez está ofreciendo un recital cada día que le toca salir a escena y Teófilo Gutiérrez, apuesta clara de Pékerman, está redondeando un año exquisito con River. Para colmo, Jackson Martínez sale en la tercera fecha para dar descanso y llama con fuerza a las puertas de la titularidad. Para que se hagan a la idea, decirles que Carlos Bacca es ahora mismo el tercer punta del equipo colombiano. No se sorprendan si no le ven jugar más. Y está claro que no podemos olvidar a Cuadrado, incisivo por la derecha siempre y sumamente atrevido. Los grandes de Europa se pelean por él y el hombre, lejos de esconderse, se crece. Que en la Fiorentina juegue de lateral me parece un pecado absoluto. A Pékerman, también.
Samaras hizo historia clasificando a Grecia en el último suspiro gracias a un penalti claro. Fernando Santos tiró de defensa y poquísimo fútbol. Todo indicaba a que se quedaría fuera, pero logró eliminar ‘in extremis’ a una buena Costa de Marfil. Y todo ello con gente como Karagounis, Salpingidis o Christodoulopoulos en su once. Maravilloso. Propuesta pobre, tal vez incluso poco efectiva, pero, al final, dio resultado.
La mejor generación en la historia de Costa de Marfil ha vivido un episodio negro. No dejaban mala impresión como equipo, pero la desgraciada muerte de Ibrahim Touré, hermano menor de Kolo y Yaya, pareció afectar a todo el equipo. Los Touré se marcharon al entierro y volvieron a jugar ante Grecia, pero no estuvieron centrados. Tal vez el error fuera de Lamouchi por alinearles, pero nadie se espera una situación así. En general, el Mundial de Gervinho ha dejado que desear. Vimos destellos espectaculares, pero totalmente espontáneos. Insuficiente, al igual que la comparecencia de Japón. Increíble es que un equipo con Hasebe, Yamaguchi, Uchida y Nagatomo en las bandas y Honda, Kagawa, Okazaki y Okubo arriba, juegue a tan poco fútbol. Y Kakitani, por el cual debo reconocer total devoción, no estuvo al nivel cuando tuvo la oportunidad. El central Konno ha sido uno de los descubrimientos, pero esta Japón ha defraudado por completo. Probablemente les haya pesado el alto listón que dejaron en la Confederaciones.
Grupo D. La mayor sorpresa del campeonato. Inglaterra e Italia protagonizaron el mejor partido de esta Fase de Grupos con diferencia y los dos están ya en sus casas. This is football. Costa Rica ha sorprendido al planeta entero. Comandada por futbolistas de calibre excepcional como Gamboa, Bryan Ruiz, Borges, Bolaños, Ureña o el gran Joel Campbell arriba, el equipo resguardado por el cerrojo Keylor Navas ha sido el claro vencedor de esta fase. Ha convertido una supuesta pelea por ser primero, en una pelea por ser segundo. Arrolló ante Uruguay e Italia y le hizo un enorme partido al empate a Inglaterra. Suficiente para dar la campanada. Sus jugadores, revalorizadísimos.
De todos modos, Uruguay ha estado un punto por encima de Costa Rica en las últimas fechas. Tirando, como comentaba al inicio, de casta y pundonor, los celestes levantaron partidos y situaciones críticas. No creo que sea necesario destacar a Cavani, el ‘Cebolla’ Rodríguez, Egidio Arévalo Ríos (me encanta pronunciar este nombre al completo) o Luís Suárez (cuyo mordisco ya ha traído cola y a quien no veremos más en esta Copa), pero sí hay que comentar la actuación de Nico Lodeiro y la decisión (acertadísima) de Óscar Tabárez de colocarle por detrás de los dos puntas. Lodeiro ha logrado hacer llegar el balón a los hombres con dinamita y ha llevado también de manera ordenada la primera línea de presión uruguaya. Ha conseguido imprimir mucho ritmo en esa zona de tres cuartos y ha aportado ese último pase que a veces le faltaba a los charrúas. Clave del éxito de Uruguay, sin duda. Si a él le sumas un central acostumbrado a marcar goles decisivos como Godín y un juvenil como Gutiérrez, acostumbrado a entrenarse junto a él, obtienes la fórmula que coloca a Uruguay en octavos.
Me defraudó Italia. No tanto Inglaterra. En el equipo de Hodgson, probablemente Sterling fuera de lo poco salvable junto Sturridge, que lo intentó de todos modos, sin encontrar éxito. El DT inglés trató de colocar a Sterling en la media punta y a Rooney en banda en la primera jornada y se topó con la cruda realidad. Inglaterra acabó jugando con estas dos posiciones permutadas y la mejoría fue notoria, si bien insuficiente. Inglaterra cayó y Gerrard y Lampard, a quienes pudimos ver jugar juntos en el último partido, se despiden ‘por lo bajini’ de su selección. Tampoco esperaba la clasificación de los ingleses.
Sí confiaba en Italia, pero no ha tenido claro su sistema Prandelli. Empezó con cuatro atrás y acabó con cinco. Darmian tuvo que jugar por ambas bandas y la ‘Azurri’ acabó con un equipo juventino casi al 100%. Y todo ello con un Pirlo que volvió a deslumbrar a todos. Otro grande que se va a las primeras de cambio. Habrá que ver si los italianos logran recomponer su combinado sin el ‘21’. No será tarea fácil. Tal vez su camino deba seguirlo Cassano. Prandelli optó por él en momentos cruciales y obtuvo nula respuesta. No sé qué otra cosa podía esperarse.
Grupo E. Este fue el único grupo en el que combinados americanos fueron eliminados. Probablemente coincidieran los dos más débiles de todo el continente, y eso que los rivales europeos no eran favoritos a nada. Y digo “eran” porque, aunque Suiza sigue sin serlo, Francia ya ha presentado durante sus tres partidos su real candidatura. Todo ha mejorado muchísimo alrededor de la selección ‘bleu’. El ambiente es genial y eso se nota sobre el césped. Todo son buenos gestos, compañerismo y sonrisas. Y salen las cosas. Sin Ribéry, las dudas eran todavía mayores, pero Benzema ha sido capaz de tomar las riendas del equipo. Es otro que está también creciendo a pasos agigantados. Aun así, y tras haber visto en la tercera jornada a gente como Griezmann o Schneiderlin, creo y veo claro que Deschamps ya tiene su once. Algunas conclusiones muy rápidas (tres en concreto): Benzema necesita a Giroud en la asociación arriba, Remy es el único revulsivo fiable y el rendimiento en defensa de Cabaye es imprescindible si Francia quiere triunfar en este Mundial.
Junto a ellos, pasó una Suiza de la que muchos dudaban. Hitzfeld logró que sus cambios surgieran efecto en el inaugural y fue modificando su once a medida que avanzaban los días. Creo que debería tener claro ya que Shaqiri, Mehmedi, Xhaka y Drmic son sus hombres, a pesar de que quede fuera gente como Seferovic. La asociación Drmic-Shaqiri reinó. El plan B cuando el equipo no carbura arriba es Seferovic, sí, para recibir balones largos de Inler. Y todos esperamos aún a Behrami. Aun así, ya no es tiempo para usar planes B.
Ecuador es un equipo en crecimiento y, pese a estar eliminada, ha competido bien. Se ha levantado mucha expectación en el país (incluso se declaró día festivo para que todo el mundo apoyara al combinado en su último partido). Enner Valencia es la gran sensación de este Mundial en cuanto a delanteros y, por otro lado, su tocayo Antonio Valencia, una de las grandes decepciones junto a Jefferson Montero y Felipe Caicedo.
En cambio, y pese a su dimisión, considero muy bueno el trabajo de Luís Fernando Suárez en Honduras. El doble pivote Claros-Wilson Palacios es un gran descubrimiento y el cuadrado formado por Boniek García, Bengtson, Costly y Espinoza ha sido preciso para la vista. Y Najar siempre está ahí para dar un relevo en esa zona sin que baje el nivel. Me apenó mucho que no dieran para más, pues era un equipo interesantísimo, pero habrá que seguir de cerca a esta Honduras. México no se fue al repechaje intercontinental sólo por su demérito.
Grupo F. Argentina ha cumplido con las expectativas y ha pasado como primera, pero las dudas rodean todavía a todo el equipo. Poco fútbol y victorias agónicas ante rivales muy inferiores gracias a destellos magníficos pero individuales lo explican. Sí, Messi ha logrado salvar los muebles, pero el carro argentino es pesado y no cualquiera puede tirar de él. Leo lo ha conseguido hasta ahora, pero se le viene encima una cuesta todavía más pronunciada. Di María ayuda algo. Higuaín está a un nivel más bien bajo, el Kun parece que se perderá todo el Mundial y el centro del campo (Gago y Mascherano) frenan más que empujan. Si Argentina está donde está ahora mismo es gracias a Messi… y a los dos destapados en la zaga: Fede Fernández y Marcos Rojo. Junto a Garay, poderosos por alto, marcan diferencias.
La otra clasificada es Nigeria, que ha tirado de Onazi y Obi Mikel para contener (la defensa ha estado más bien flojita, con Yobo y Oshaniwa muy distraídos) y Musa, Odemwingie y Emenike para inventarse goles. Especialmente Musa y Emenike parecieron haberse puesto de acuerdo para aparecer uno cada día y salvar a los africanos. Nigeria parece que no está, parece que sufre, parece que no genera, hasta que uno de ellos aparece y se inventa una ocasión… o un gol. Enormes jugadores que crecieron en Rusia, lo que demuestra que no es una mala liga para progresar desde un nivel intermedio.
Y es que Nigeria dejó fuera a Bosnia, un equipo que debutaba en un Mundial con la máxima ilusión y dejó sensaciones de cierta irregularidad. Safet Susic ha logrado tener un equipo muy ordenado en defensa, pero tanto orden parece haber evitado que los hombres creativos se desmelenen en ataque y quizá sea eso lo que le faltó a gente como Ibisevic, Visca, Pjanic, Vranjes o Salihovic. Casi se atrevieron más los laterales que ellos. Vrsajevic por la derecha y Kolasinac por la izquierda fueron exageradamente verticales, pero Dzeko, rematador por excelencia, quedó relegado a una segunda fila, por lo que Bosnia erró considerablemente en la ocupación del área rival. La mala fortuna en el arranque les condenó y, pese a que lo intentaron, no lograron remontar el vuelo. Serán mundialistas habituales, seguro. Y la experiencia es un grado. Confío en su progresión.
¡Y llega el turno de Irán! Lo reconozco: me he enamorado de este equipo. Ya me gustó en el inaugural, pero tras su partido ante Argentina no pude evitar caer en su red. Que espectáculo táctico. Qué lección de deporte de equipo, de sacrificio, de espíritu de grupo. Suele haber talento en los países asiáticos, pero este pocas veces llega lejos sin orden ni espíritu, algo que Queiroz ha aportado. Sólo el mejor, sólo Messi tiró por los suelos 93 minutos de desgaste digno de ser visionado en las mejores escuelas. Me pondría a analizar al equipo entero y me pasaría horas. Difícil quedarse con sólo algunos nombres. El desgaste de Teymourian y sus lágrimas, la calidad de Nekounam, la lucha de Hajsafi, Shojaei y Dejagah, la mordiente de Reza (por aquello de evitarnos escribir Ghoochannejhad), el atrevimiento de los laterales Pooladi y Hosseini y lo tajantes que fueron Montazeri y Sadeghi. Y como ya sólo queda el portero, pues lo nombro también: un saludo, Haghighi. Me voy a tragar muchos partidos de Irán a partir de ahora. Lo tengo decidido. Que se haya ido con un solo punto es injusto.
Grupo G. No tengo del todo claro si hemos visto ya la mejor versión de Alemania. Ante Portugal, se regaló, pero fue contra 10. Ante Ghana, su vulnerabilidad atrás (es sin duda su línea más débil) nos sorprendió a todos. Y, ante EE.UU., no hubo pacto (ya que ganó Alemania), pero la inactividad en la presión de ambos conjuntos dejó al espectador con ganas de duelo. Lahm-Kroos en el medio, con Schweinsteiger, Götze y Özil por delante y Müller en el ‘falso 9’ es la ‘guardiolista’ apuesta de Joachim Löw, aunque en los relevos de la Jornada 3 entró Podolski por Götze. Alemania suele saber históricamente cuando mostrar su máximo nivel y estoy convencido de que lo veremos a partir de ahora, pero no parece terminar de encontrarse cómoda en Brasil. Y, como digo, esa defensa intocable (porque no hay más gente básicamente) formada por Boateng, Hummels, Mertesacker y Höwedes es lo que más debe proteger Löw si quiere ser Campeón del Mundo.
Portugal fue un desastre, pero porque EE.UU. hizo un trabajo excepcional. Johnson por la derecha fue un cohete durante esta Fase de Grupos, Jermaine Jones lanzó unos misiles lejanos que recordaban casi hasta a Roberto Carlos, Zusi fue la pesadilla de las zagas rivales y Dempsey dio un recital de desmarques y movimientos al espacio. El ‘soccer’ cada vez está más cerca del mejor del fútbol del mundo. Que, a su edad, se vaya hacia allí gente como Villa lo ejemplifica.
Que Portugal está sobrevalorado es algo que se ha comentado bastante durante el Mundial. Yo también lo creo. Cristiano alza la media de nivel del equipo, pero sin Cristiano al 100% (y no lo ha estado, en parte por motivos físicos), los lusos sufren muchísimo. La idiotez de Pepe ante Alemania en el inaugural y la consiguiente goleada les ha acabado condenando, pues se quedan fuera por el ‘average’. La lesión de Almeida y los infortunios de Postiga han terminado por poner a Eder de titular y no exagero si digo que ha sido de lo peor del Mundial. Nani es el único que ha tratado de desbordar, pero le falta físico. Vieirinha necesita más recursos y Moutinho, pese a su calidad, necesita hombres de combinación a su alrededor y no los ha tenido. Portugal se derrumba, una vez más.
Y qué decir de Ghana, rodeada por la polémica del dinero en metálico y la expulsión de la concentración de dos de sus supuestos cracks como KP Boateng y Muntari. Algunos incluso aseguran que el ambiente mejoró sin ellos en el vestuario. Probablemente los Ayew fueran otra buena sensación de esta fase, especialmente André en la izquierda del ataque. Y Gyan arriba, por supuesto, siempre creó peligro. El drama lo vivió Essien, relegado a una suplencia eterna. Appiah no contó con él ni siquiera cuando Muntari y Boateng estaban en casita (tiró de Agyemang-Badu). Increíble.
Grupo H. Un poco al estilo de Alemania, Bélgica ha cumplido también con su papel de favorito ganando el grupo, pero le ha pesado mucho esa condición. Es un equipo joven y con poca experiencia en ocasiones tan grandes. Fellaini no ha estado al nivel. Januzaj sólo fue titular en la última fecha y no apareció. Lukaku está completando un Mundial desastroso y Origi le está pintando la cara. Los mejores, eso sí, Mertens por la derecha y Hazard, que se encargó él solito, por ejemplo, de ganar a Rusia. Cuando él quiso, revolucionó el partido. Aun así, lo bueno en Bélgica es que, exceptuando lo de Lukaku, los cambios no se notan en exceso. Es un equipo con muchísimo fondo de armario y cuando entran hombres como Chadli en el extremo izquierdo, Mirallas en punta o Vanden Borre en el lateral derecho, el nivel no disminuye. Ahora les llega la hora de demostrar su valentía. Ahora se verá hasta dónde son capaces de hacer historia los de Wilmots.
Merecidísimo pase de Argelia como segunda, empatando ayer a una paupérrima Rusia a pesar de no tener a un hombre que mantiene entero al equipo: Bougherra. Halilhodzic probó con Brahimi en la jornada 2 para dar verticalidad al ataque argelino y salió tan bien que lo mantuvo en la tercera fecha ante Rusia. El cambio es radical. Con Brahimi asociándose con Feghouli y Slimani, Argelia adopta un ritmo vertiginoso en la subida de balón. Y la contención de Medjani por delante de los centrales termina resultando efectiva; permite que los de arriba ataquen a lo loco con las espaldas cubiertas.
Decía que Rusia ha sido la gran decepción. No es aceptable que un viejo lobo como Kerzhakov sea quien tiene que salvar los muebles en ciertos encuentros. Kokorin sólo rindió el pasado jueves cuando jugó con él en punta. Y es que Kokorin necesita poder combinar arriba. Si no, queda solo en punta demasiado aislado. Samedov y Shatov no han cumplido con sus expectativas y Capello siempre ha necesitado a Dzagoev para lograr ese punto de calidad en el último pase. No le funcionó y Rusia se marcha para casa con la mente puesta en su Mundial de casa. De ahí que Capello se presentara con un equipo tan joven e incluso en construcción.
Akinfeev es uno de los grandes señalados; erró en el empate ante Argelia, como lo hiciera ya en el debut ante la República de Corea. Intuyo que sus jugadores son más bien desconocidos para el lector de Cronómetro Deportivo, pero ya comenté durante el partido de Ki, Koo y Kim han sido tres futbolistas que me han sorprendido. Todo lo contrario que Son, colocado por la izquierda del ataque surcoreano y desaparecido en un sistema que carece de creación ofensiva, en parte por la ausencia de calidad. La irregularidad de Hong y Kim (los dos centrales) condenó a Corea del Sur ante Bélgica cuando estaba mejor que los ‘Red Lions’. Pero el combinado asiático ha dejado buenas sensaciones y, teniendo en cuenta su juventud, podrá dar guerra en una tierra más cercana como es Rusia, siempre y cuando Hong pueda seguir trabajando en esta misma dirección con estos jugadores.
Se difuminan las fronteras. Tras haber visto estos 48 partidos en 15 días, mi más fiable conclusión es sencilla: las fronteras se diluyen. A nivel de clubes, el fútbol europeo domina porque es donde está el dinero y, por consiguiente, donde vienen los mejores. Pero la globalización ha permitido que, por ese mismo motivo, Europa se llene de americanos, africanos e incluso asiáticos. Al volver con sus selecciones, se comprueba que el dominio europeo ya no es tan claro. El fútbol a nivel de países está mucho más equilibrado y cualquiera está capacitado de ganar a cualquiera. No está siendo el mejor Mundial de la historia por casualidad, sino por la globalización. Y no saben lo que nos espera… Esto cada vez irá a más. Nos esperan duelos apasionantes. Y es que el fútbol de selecciones es mejor que el de clubes a mi modo de ver. Mucho más auténtico. Y esa mezcla exótica entre cracks internacionales y domésticos, apasionante. Y se vienen los octavos de final. Disfruten señores, que en nada termina. Viva el fútbol.