El Sporting cosecha en Cornellá su sexta derrota a domicilio en lo que va de temporada tras un partido marcado por el error garrafal de Cuéllar en el primer gol, el paradón de Diego López que dio origen al segundo tanto del Espanyol y otro golazo de falta de Duje Čop.
Tras la victoria frente a Osasuna, que solo el tiempo dirimirá si fue engañosa o no, el Sporting volvió a su triste rutina a domicilio y cosechó en Cornellá El Prat su sexta derrota fuera de casa en lo que va de Liga. Una nueva decepción que deja retratados al portero, a la defensa, a los mediocentros y a los delanteros del equipo. En resumen, a todos los que se vistieron de corto y dieron la cara como buenamente pudieron en territorio perico.
No, aquí no haremos como el conocido presentador de un chiringuito de la televisión para retratar a los supuestos culpables, simplemente consignamos a las víctimas directas (porque les va la paga en ello) de una negligente gestión, de la que el entrenador es copartícipe al entrenar de manera deficiente al equipo (resultados cantan) después de rememorar en la pretemporada las míticas partidas al PC Fútbol al elaborar la lista de altas y bajas con Nico Rodriguez. «Este sí, este no, este sí, este no…». Y así se pasaron el verano el entrenador y el director deportivo del Sporting. Una divertida faena que dejó lejos de Gijón a chavales tan queridos como Jony, Guerrero, Pablo Pérez, Luis Hernández o Bernardo (como antes a Juan Muñiz), héroes de un ascenso y una permanencia a los que nunca se dejará de añorar y adorar en tierras gijonesas porque dieron demasiado a esta entidad. Y a cambio de tan poco. Conviene no olvidar que la plantilla se pasó la temporada del ascenso cobrando entre poco y nada, siendo la misma en la pasada campaña, salvo por la llegada de tres cedidos, en la que no se pudo fichar por 500.000 euros que no se pagaron a su debido momento. Y todo para acabar disfrutando de un ascenso milagroso y una permanencia angustiosa después de un derroche de garra, coraje y orgullo rojiblanco, dignificando el escudo y los colores de una entidad centenaria, aunque se empeñen en disimularlo.
Soltado el sermón de rigor (perspectiva histórica obliga), volvemos a la rutina de esta temporada en la que el Sporting de Abelardo ha sido capaz de sumar apenas 2 puntos de 24 posibles fuera de casa gracias a los sendos empates a nada contra Alavés y Granada, un recién ascendido y un eterno aspirante al descenso. Ante este panorama, puntuar en Cornellá casi se antojaba una quimera ante un Espanyol que venía de encadenar ocho partidos sin conocer la derrota, manteniendo la portería a cero en siete de ellos, con Diego López erigido en un obstáculo casi insuperable. Rompió esta imbatibilidad el Sporting con otro golazo de falta de Duje Čop, el especialista rojiblanco, empeñado en tirar de un carro desbocado que camina hacia el abismo. El peor visitante de la categoría sigue empeñado en demostrar por qué lo es.
Asi pasa luego en el terreno de juego, donde se ven acciones tan pintorescas como la salida de Cuéllar a por uvas en medio de un desierto defensivo donde incluso se oía cantar a los grillos y donde se hizo fuerte Caicedo para marcar el primero de la tarde. Douglas ni estaba, ni se le esperaba. Terrible. O como el despeje digno de un portero de fútbol de empresas que hizo el mismo Pichu propiciando un gol de risa del mismo Caicedo, pero que el árbitro tuvo la bondad de anular por mano clara del ecuatoriano. La reacción dependió de la inspiración de Douglas, al que a este paso terminarán dedicando una calle en Gijón, y la profesionalidad de los artistas.
No señalaremos a nadie en concreto, ni siquiera al portero, que antes de encajar el impresentable primer gol hizo dos paradones a Javi Fuego y David López, dos más que se suman a la amplia nómina de intervenciones providenciales que el guardameta extremeño ha hecho desde que defiende la portería del Sporting. Él no tiene la culpa de que el equipo no se sepa ni posicionar para defender las acciones a balón parado y dejen rematar solo en el área chica al delantero rival tras un centro lateral. Ni de que se fallen goles cantados a bocajarro gracias a los reflejos y la seguridad de un porterazo que hace un par de temporadas se merecía la internacionalidad por su trabajo en el Real Madrid.
Es un sinsentido colectivo que refleja en el campo la casa de locos que es la entidad que sigue teniendo su sede en la Escuela de Fútbol de Mareo y no, a Dios gracias, en Singapur. Pero no mentemos mucho la desdicha valenciana, pues las ilustres señorías de la casina de cristal son capaces de algo así e incluso peor, como ha quedado suficientemente acreditado en las últimas décadas desde aquel inefable 1992. ¿Cuál es la solución? ¿Seguir fichando? ¿No bastó con las 13 incorporaciones del pasado verano y hay que recurrir al mercado de invierno para mantener la categoría? Ni siquiera sabemos cómo son los guantes de Whalley, las botas de Afif o el peinado de Xavi Torres, pero si el señor entrenador y el resto del consejo de sabios rojiblancos deciden romper la hucha para seguir trayendo foriatos, pues habrá que ir acostumbrándose a incorporar nuevos nombres propios a nuestros relatos. Será por espacio. El problema es que el tiempo y la paciencia tienen un límite. Y a muchos sportinguistas se les está acabando fruto de tanta negligencia.
Pero aquí no pasa nada, estamos terceros por la cola, empatados a puntos con un club histórico como el Valencia y quién sabe si la semana que viene sonará la campana contra el Villarreal en El Molinón, y quizás hasta se pueda abandonar la zona crítica de la categoría. Eso sí, no lo pondrá nada fácil el Submarino Amarillo, que ya no navega a las órdenes de Marcelino García Toral y los chavales ahora dirigidos por Fran Escribá no están para concesiones si quieren jugar la Champions la próxima temporada. No, evidentemente no pretendemos que el Sporting luche por los mismos objetivos, aunque no fue en la prehistoria cuando lo hacía; pretendemos que el equipo no sea el hazmerreir de la categoría, no trascienda más por líos extradeportivos que por factores deportivos, y se haya empeorado el balance con respecto a la pasada campaña. Oh sorpresa, en la Liga 2015-16, el Sporting de los guajes ganó en Cornellá (1-2) a un Espanyol que ahora parece inalcanzable con goles de Halilovic y Alex Menéndez, dos neños que curiosamente ya no están en Gijón. Veremos si con los paisanos de este año da, al menos, para volver a celebrar una permanencia contra el Betis allá por el mes de junio en El Molinón. A ver…
Del récord de Diego López…
Si los buenos equipos se empiezan a construir desde atrás, exactamente desde la portería, el Espanyol de Quique Sánchez Flores cimenta su solidez a partir de su propio marco, defendido por Diego López. El ex portero del Real Madrid demostró ante el Sporting por qué no ha encajado un gol en los últimos cinco partidos. No tuvo mucho protagonismo en el primer tiempo, pero respondió con plenas garantías cuando fue exigido. A los tres minutos detuvo sin problemas un disparo de Douglas desde la frontal y, ya sobrepasada la media hora de partido, desvió con una excelente intervención a dos manos un chutazo de Čop desde fuera del área que se colaba como un misil por su palo derecho. Fueron las dos mejores ocasiones del Sporting en una primera parte muy intensa, de claro dominio local, con un par de buenas ocasiones de Gerard Moreno que se marcharon fuera.
Once minutos del segundo tiempo le bastaron a Diego López para batir el récord de imbatibilidad de Kameni (551 minutos), lo consiguió a los 60 minutos para pasar a la historia del club perico y así se hizo saber en los videomarcadores del estadio de Cornellá-El Prat. No se merece menos este grandísimo portero, uno de los más infravalorados de la historia del fútbol español, al que utilizaron inmisericordemente para atacar a Mourinho y defender a Casillas, que no se merecía ser titular con la selección española en el Mundial de Brasil de hace dos años y Diego sí. Como las buenas noticias nunca vienen solas, para desesperación del Sporting, poco antes se había adelantado el Espanyol en el marcador.
… a un nuevo cante de Cuéllar y la zaga del Sporting
A la salida de una falta, Felipe Caicedo se aprovechó de la falta de vigilancia de los zagueros del Sporting y cabeceó a gol, entrando solo desde atrás, beneficiándose a su vez de una salida a por uvas de Pichu Cuéllar, que antes había sido providencial sacando una mano providencial a un remate de Javi Fuego que buscaba escuadra y deteniendo en la misma línea de gol un cabezazo de David López cargado de veneno. Pero así de retorcido es el fútbol y así de injusto es el oficio de portero, siempre exigidos y señalados cuando vienen mal dadas.
El gol de Caicedo desconcertó al Sporting, sobre todo a Cuéllar, hasta tal punto que regaló el segundo al propio Caicedo en un mal despeje tras cesión de Meré, el balón rebotó en el delantero del Espanyol y entró. Suerte para los sportinguistas de que el ecuatoriano se había ayudado con las manos para marcar y el árbitro anuló el tanto. Tras este susto, con más corazón que cabeza se fue al ataque el Sporting, intentando sacar petróleo de la entrada de Borja Viguera y Burgui para aportar la frescura y las ideas que habían escaseado hasta entonces. Y así ocurre luego, las prisas son malas consejeras y las ocasiones no llegan hasta los últimos minutos.
Todo ocurrió a partir del minuto 86. Primero se paseó el balón por el área del Espanyol tras una falta lanzada por Douglas a pierna cambiada desde el costado izquierdo. Después, otra falta botada en esta ocasión por Burgui, acabó en un cabezazo de Čop al que respondió Diego López con un paradón marca de la casa, yéndose al piso y sacándola de allí donde dice el argot futbolístico que hay cristales; la jugada no desembocó aquí, Jurado la prolongó en largo buscando la carrera de Leo Baptistao y el brasileño no desaprovechó tan suculento contraataque para culminarla con un disparo cruzado con la derecha que se coló por el palo largo de Cuéllar. El catecismo del fútbol: paradón del portero y gol a la contra.

El Espanyol de Quique lleva 16 partidos sin perder y es su mejor racha como entrenador desde la que tuvo en el Valencia en 2005-06.
Cuando los sportinguistas se estaban lamiendo las heridas por sufrir un nuevo castigo a domicilio, Duje Čop maquilló el resultado con un gran lanzamiento de falta, el segundo que anota de libre directo en la presente Liga, dejando fijado en 586 minutos el récord de imbatibilidad de Diego López. No dio tiempo para más, la suerte ya estaba echada y así llegó una nueva derrota del Sporting fuera de casa (6 en 8 partidos).
LA FICHA TÉCNICA
ESPANYOL: Diego López; Víctor, Gerard, Caicedo (Marc Roca, minuto. 79), Leo Baptistao, Jurado, David López, Hernán Pérez (Álvaro Vázquez, minuto. 18.) (Diop, minuto. 62), Javi Fuego, Diego Reyes y Aaron.
SPORTING: Cuéllar; Douglas, Babin (Burgui, minuto. 66.), Jorge Meré, Amorebieta, Isma López; Carmona (Víctor Rodriguez, minuto. 76), Sergio Álvarez, Rachid, Moi Gómez (Viguera, minuto. 66); y Čop.
GOLES
1-0. Caicedo, minuto. 53. 2-0. Leo Baptistao, minuto. 89. 2-1. Duje Čop, minuto. 91.
ÁRBITRO
Carlos del Cerro Grande, del Comité Madrileño. Amonestó a Diop en el Espanyol, y a Rachid y Burgui por parte del Sporting.
INCIDENCIAS
Partido disputado en Cornellá-El Prat ante 19.353 espectadores.