Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
No todo es alegría en el Bayern de Múnich. El pasado sábado recibieron el título que acredita a los de Heynckes como campeones de la Bundesliga y la fiesta no acabó muy bien para Ribéry.
El ambiente en el Allianz Arena fue increíble y el equipo bávaro quería cosechar otra victoria más para seguir invicto y celebrarlo por todo lo alto. El Augsburgo quería tres puntos pero se fue de vacío. Tres goles de los de Heynckes dispararon aún más la euforia local.
Es una tradición celebrar los títulos bebiendo y regándose con cerveza pero no todos los jugadores lo querían festejar así. Ribéry había advertido a sus compañeros de equipo que él, por su condición de musulmán, no quería ser bañado de cerveza. No era mucho pedir, pero siempre hay un gracioso de turno. En este caso, Boateng después de perseguir a su compañero y no respetar su voluntad hizo lo que no tenía que haber hecho. La reacción de Ribéry, la normal: “No voy a volver a hablar a Boateng, sabe que soy musulmán. Estoy cabreado.”
Tensión innecesaria entre dos jugadores a once días de la final de la Champions y a diecisiete de la final de la Copa de Alemania. Seguro que Heynckes sabe poner remedio ante lo sucedido.
Por lo demás, si una imagen vale más que mil palabras. Ésta es la de la celebración: