«Mañana se espera una carrera divertida». Eso decía Marc Márquez en su cuenta de una red social tras terminar la clasificación, sabedor de que varios pilotos iban a poner difícil su estreno en 2015 con victoria, como hiciera el año pasado. La duda estaba en el rendimiento de las Ducati en las tandas largas, toda vez que a una vuelta se mostraron al nivel de las Honda oficiales. En el Warm Up de la mañana se rodó bastante más lento que en la Q2 y eso lo aprovechó Rossi para colarse segundo en la tabla de tiempos, muy cerca de Márquez. Si había dado con la tecla para la carrera lo veríamos horas después.
Nada más apagarse el semáforo Márquez salió como un cohete. Tanto, que se fue largo en la primera curva y se incorporó a la carrera en la cola del grupo. Comenzaría para él una cuenta atrás, vuelta a vuelta, por ganar la mayor cantidad de puntos posibles. Delante, Dovizioso comenzó a tirar y junto a él se escaparon un renacido Lorenzo y otra Ducati, la de Andrea Iannone.
A la par que Márquez remontaba posiciones, en ocasiones de dos en dos en una sola curva, Rossi daba cuenta de Pedrosa y de Yonni Hernández y se ponía cuarto, dispuesto a apretar al límite su Yamaha y su neumático duro que le daba cierta ventaja a final de carrera. Lorenzo lideraba la carrera cortando cualquier intentona de Dovizioso de marcar el ritmo. El mallorquín se encuentra cómodo sin motos por delante, dispuesto siempre a dar un acelerón, mejor preparado físicamente, listo para la guerra.
Mientras las miradas se centraban en los adelantamientos increíbles de Márquez, Rossi marcaba vuelta rápida y alcanzaba por fin a Iannone. El grupo de cuatro se había formado y, de nuevo, el italiano había acertado el domingo por la mañana en el Warm Up, como tantas otras veces después de un sábado discreto.
Hubo un pequeño impás antes de los fuegos artificiales. Los cuatro tomaron aire y Márquez, quinto, no bajaba de los dos segundos y medio de diferencia con Iannone. Era el momento de guardar la ropa, asegurar el botín. No era el comienzo que él deseaba, pero a final de año los puntos son puntos, y todos valen.
A tres vueltas del final Dovizioso y Rossi rebasaron a Lorenzo y ahí se acabó la carrera del mallorquín. Iannone le ganó la batalla por la tercera plaza demostrando que las Ducati van. Y vaya que si van. Se las tuvo tiesas Rossi para llevarse la victoria. Sabía que tenía que sacarle unos metros de ventaja a Dovi para que la potencia de la Ducati no fuera suficiente en la recta de meta. Esas son cosas de perro viejo. De gallina vieja. Y vaya caldo salió hoy en Losail. En un podio enteramente italiano en MotoGP, Rossi era aclamado por todos.
Incansable. 36 años tiene la criatura, y todavía se divierte peleando con dos generaciones de pilotos más jóvenes (o tres, si contamos a Jack Miller) .
Disfrutemos de cada momento de Rossi, es único.