Se apagó el semáforo y los dos pilotos más en forma del campeonato salieron disparados a por la victoria. Dos vueltas después Rossi, que salía octavo, estaba tercero a poco más de un segundo de Jorge Lorenzo y la prueba ya se había roto. Márquez quería igualar el récord de victorias en una temporada de Doohan y escaparse de Lorenzo era la única manera práctica de asegurarlo.
La ventaja de Márquez fue aproximándose al segundo de diferencia mientras Rossi se iba acercando poco a poco a su compañero de equipo. La lucha por el subcampeonato estaba servida entre los dos pilotos del equipo oficial Yamaha mientras Pedrosa se veía obligado a abandonar. Así la emoción de la carrera se centró en Valentino y Jorge mientras Márquez veía el récord de Doohan al fondo.
Y todo se vino al traste cuando, a nueve giros del final, Márquez se iba al suelo en la curva 10 -MG- y Rossi sacaba partido del segundo de ventaja que había cogido sobe Jorge Lorenzo. Quién le iba a decir a Valentino, que salía octavo, que iba a liderar la carrera en solitario siendo el más rápido en pista. Y Crutchlow, con una goma más dura que la de Lorenzo, fue recortando tiempo al bicampeón de MotoGP y a cinco vueltas para la bandera a cuadros el piloto de Ducati superaba a Lorenzo y lo dejaba clavado, sin opciones de lucha. Pero para quien lo diera por hecho, Crutchlow se iba al suelo cuando rodaba solo y devolvía la segunda plaza a Lorenzo.
Por detrás la lucha por la cuarta plaza se convirtió en una locura que terminó con Bradl en el suelo llevándose por delante las opciones de Aleix Espargaró. Fue Bradley Smith, gracias a que Pol Espargaró también se fue al suelo. El premio fue redondear el triple de Yamaha gracias a la caída de Crutchlow con el primer podio de su carrera en la categoría reina.
Finalmente victoria para Rossi en una carrera un tanto loca. El italiano consiguió la séptima victoria en uno de sus circuitos fetiche -uno de tantos- y el subcampeonato se convierte ahora en una lucha fratricida entre las dos Yamaha.