Jornada dantesca en la decimocuarta etapa que obligó a suspender el paso por el Sestriere y donde Gesink (Blanco) perdió todas sus opciones
Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
Las inclemencias meteorológicas provocaron en esta jornada sabatina del Giro de Italia 2013 una de esas etapas dantescas que obligaron a los organizadores a modificar el trazado inicial, ya que el paso por el mítico Sestriere se hubo de anular, lo que no fue óbice para una dura jornada montañosa. El frío, la nieve, la lluvia y sobre todo la niebla también impidieron la retransmisión de la etapa, cuando solamente se pudo ver el último kilómetro de la subida del puerto final, un primera categoría elevado a cima empinada y con unas últimas curvas reviradas que llevaron al extasis al italiano Santambrogio (Fantini), un esforzado del pedal y que en el pasado Giro del Trentino ya demostró ser uno de los pocos capaces de seguir la estela de Nibali (Astaná) cuesta arriba.
Con los directores de la prueba más preocupados por la integridad de los ciclistas, algo de agradecer, el navarro Egoi Martínez (Euskaltel) se metió en la escapada del día junto a otros seis ciclistas pero la renta de hasta 10 minutos adquirida se difuminó en el ascenso final, en el que el ganador de la Vuelta a España 2010 se erigió una vez más como el más fuerte y acompañó hasta meta a Santambrogio (Fantini) para no disputarle la victoria final. Por detrás, el trío colombiano (Betancur, Urán y Henao) que en este Giro anima las cuestas no pudo en esta ocasión soldarse a la rueda de los italianos del Fantini y Astaná, mientras que Evans (BMC) aplicó una vez más su táctica diesel de minimizar pérdidas para mantenerse al acecho del líder en la general, aunque ya casi a minuto y medio.
El gran derrotado del día fue el holandés Gesink (Blanco) que se hunidó irremisiblemente ante tanta lluvia y que perdió una serie minutada. No me gusta para nada el caríz que está tomando este Giro, ya que solo se nota a Nibali (Astaná) como el único ciclista que cada día lucha por no dar pena y los demás se afanan en ser el mejor de los que renqueantemente intentan llegar a meta. Entre los españoles, cabe destacar el cuarto puesto en la etapa de Samuel Sánchez (Euskaltel), que como siempre va recuperando el tino según avanza la carrera, y la décima plaza en la general de Intxausti (Movistar), que sigue dando muestras de una resistencia titánica.
Para mañana, el desapacible temporal que azota el Giro tiene en vilo a los ciclistas ya que la decimoquinta etapa debería finalizar en el Galibier en uno de los días más esperados de esta edición, clásico domingo reservado por la organización a uno de sus grandes ‘etapones’. Pero la nieve mantiene cerrado el paso del puerto, con lo que la incertidumbre de saber hasta donde llegará la etapa es máxima y el espectáculo corre el riesgo de quedar sumamente desvirtuado.