Cada vez que el Sevilla y el Shakhtar Donetsk se enfrentan, el partido de una forma u otra va a terminar con empate a dos. Ocurrió en 2007 tanto en la ida como en la vuelta, y de nuevo hoy, el conjunto español y el exiliado ucraniano pusieron sus infinitas armas para que se diese el mismo resultado. El Sevilla una vez más supo sufrir, empezó siendo el campeón, siguió por un momento en el que los ucranios podrían haber provocado una masacre, y se recompuso para llevarse a casa una mínima ventaja. La mala noticia la dejó Krhon-Dheli, al que se le salió la rótula a los cinco minutos de entrar en el campo.
El Estadio de Leópolis se llenó para ver a los forasteros de Donetsk frente al equipo que escuda a la estrella del fútbol ucraniano. Emery salió con todo lo que tiene y con dos con los que no se contaba. Vitolo que tenía para un mes, reaparece en semana y media para dar una asistencia, meter un gol y provocar el penalti, y Ramí compareció en el centro de la zaga junto a Carriço. Los carriles para Escudero y Mariano, dos pivotes con Krychowiak y N’Zonzi de escuderos de Banega, Gameiro en punta, y Konoplyanka en banda izquierda. Lucescu también salió con todo lo que tiene. Lo más peligroso Marlos, Kovalenko, Taison y Ferreyra arriba, y su eterno capitán Darijo Srna en el lateral derecho. El Sevilla, una vez más, tardó un suspiro en decantar la balanza a su favor. Minuto 5, y tras dos avisos en contras similares, Banega toca para Gameiro, que de espaldas y de primeras la abre para Vitolo que no duda encarar a Rakitsky, recortarle, y batir a Pyatov por debajo de las piernas. 0-1 y medio trabajo hecho. El gol fuera de casa, tan tempranero y las sensaciones hicieron a los de Emery crecerse y jugar con fuego en más de una ocasión. El Shakhtar acusó el gol lo justo y en el minuto 20 avisó Marlos desde la frontal con un disparo blandito que atrapó Soria. Pero no hubo que esperar mucho más, escasos minutos después, sorpresivamente Rakitsky mete un balón a Marlos, que completamente solo se planta ante David Soria para batirlo cómodamente y poner el empate. Un visto y no visto, tras un garrafal fallo de Carriço en la marca buscando hacer el fuera de juego. A partir de ahí, se vivió un infierno hasta que el árbitro pito el final de la primera mitad. El Sevilla desapareció del verde, Leópolis se vino arriba, y el Shakhtar apretó de lo lindo por los costados. Sufrió como nunca el conjunto hispalense tratando de cerrar las bandas, y acabó con Gameiro incrustado en la media luna para defender. Era cuestión de tiempo el 2-1, y no tardó en llegar. Faltando diez minutos para el descanso, Marlos dribla a Mariano en banda izquierda y la pone para que Stepanenko, completamente solo, cabecee a la red. Pudo sentenciar la eliminatoria el conjunto de Donetsk en esos minutos pero dejó vivo al campeón.
Al descanso Banega apareció. El estandarte del Sevilla cogió la pelota y metió al equipo adelante, encerrando a los de Lucescu. Emery quitó a Konoplyanka para dar entrada a Krhon Dehli y terminar de acaparar la pelota. Las ocasiones fueron todas de los blancos, sobre todo tras la desafortunada acción del danés. Tuvo que entrar Coke por él, y parece que la acción despertó a sus compañeros. Primero la tuvo Gameiro tras jugadón de Banega, luego un gol muy dudoso anulado al francés inspiró aún más al equipo que siguió asediando la portería rival. Comenzaba a pedir la hora el Shakhtar, incluso a falta de diez minutos Vitolo puso un balón a Gameiro que cuando parecía que la iba a empujar solo, apareció Rakitsky para sacarla. Todo parecía en contra del Sevilla, hasta que Ferreyra cometió el error de todo delantero de bajar a defender, y cometió penalti sobre Vitolo, que Gameiro transformó para poner justicia en el marcador y resarcirse de todas las ocasiones falladas minutos antes. Al final estuvo a punto incluso de adelantarse de nuevo el conjunto del Donbass, pero el marcador no se movió. Espera un partido a cara de perro en el Sánchez-Pizjuán, que volverá a vivir otra cita para la historia.