Por Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
El joven checo del Omega le levanta osadamente el sprint a duo al belga del BMC tras escaparse ambos a poco menos de 10 kilómetros y aguantar el pulso al pelotón para hacer que la primera fuga de esta ronda llegase a meta
En las trepidantes etapas con final en alto de Galicia también llegaron a meta los vencedores con el pelotón pisándoles los talones, pero eran más pequeñas escaramuzas por fuerza que el pelotón optaba por no tumbar debido a las rampas finales en cuesta, pero de las etapas consideradas llanas y con marchamo de sprint, siendo éstas muy pocas, estaba siendo difícil que los pocos equipos con velocistas dejasen escapar las oportunidades para jugárselo todo a la llegada masiva. Las dos anteriores etapas habían sido todo un mazazo para el Argos holandés, que habían apostado fuerte por controlar y dirigir las llegadas, para finalmente quedarse alejados de sacar algo provechoso de las mismas. De este modo, en la séptima etapa con final en Mairena de Aljarafe, ya en plena Andalucia, fue el Movistar quien comandó los kilómetros finales del pelotón, lo que aprovecharon el joven checo Zdenek Stybar (Omega) y el zorro viejo belga Philippe Gilbert (BMC), fugados a 9 kilómetros de meta y que pronto abrieron un hueco de 12 segundos que supieron mantener ante el empuje del gran grupo. No tuvieron tiempo de remolonear y colocarse para el lanzamiento final, ya que únicamente les sobró un segundo en meta para con el pelotón, que no midió tan bien las distancias para echar mano a los adelantados en la recta final como ya hicieran ayer con Tony Martin (Omega).
Fue una etapa larga, por encima de los 200 kilómetros de recorrido que no amilanó a las ladillas del Vacansoleil holandés, que siempre suelen ser d elos primeros en atacar, pero la fuga buena no se completó hasta el kilómetro 17 de carrera cuando tres hombres lograron romper el cerco del pelotón: el alemán Christian Knees (Sky), el italiano Marco Pinotti (Lampre) de nuevo y el español Javier Aramanedia (Caja Rural) hicieron camino con un etendimiento de manual pero a pesar de los siete minutos de renta, los Orica australianos y el Katüsha ruso fueron dilapidando esa renta con el Astaná ofreciendo relevos puntuales y a 15 kilómetros de meta acababa la aventura de los tres fugados. En esos momentos pareció que un tuerto miró al Garmin estadounidense y que se les cruzó también un gato negro, porque primero pinchaba su velocista Tyler Farrar (Garmin) para metros después caerse Daniel Martin (Garmin), que acabaría perdiendo más de un minuto en meta, lo que deja al escalador irlandés libre para cazar alguna etapa y olvidarse de la general final. Con la incertidumbre de quien prepararía el sprint y sin ningún equipo queriendo asumir dicha responsabilidad, lo que iba a deparar el final de etapa fue una lucha generacional de primer nivel.