Empate sin goles en el Vicente Calderón en el partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones entre Atlético y Real Madrid, donde pese a lo que muestre el marcador pudo haber goles para uno y otro lado; para los
merengues en el primer tiempo, y para los colchoneros en el segundo.
Dos protagonistas fundamentales por cada equipo en el primer tiempo. En el Atlético, Oblak; y en el Madrid, Varane. El guardameta esloveno paró seis disparos en los primeros 45 minutos, de ellos, tres, ocasiones clarísimas
del cuadro blanco para ponerse por delante en el marcador. La más clara la primera, error de Godín, no alcanza a controlar un balón que queda para Bale y en el mano a mano Oblak le saca una mano esplendorosa.
Posteriormente un disparo lejano del propio galés forzó a Oblak a hacer una gran estirada, y la tercera gran parada a un disparo de James tras una buena combinación del Madrid. Varane, por otro lado, se estaba mostrando
imperial desde su posición de central parando tanto a Mandzukic como a Griezmann, siendo mucho más rápido que el croata y sabiendo anticiparse a los movimientos de su compatriota. Mayoría de ocasiones para los blancos que se encontraron un Atlético con enormes problemas para sacar el balón
jugado. Las ocasiones colchoneras llegaban a balón parado y la más clara debido a un error de Ramos en la salida de balón. Intercepta Gabi para Griezmann y éste controlaba y a media vuelta disparaba blando, fácil para
Casillas.
Cambio absoluto de tornas en la segunda mitad en la que el Real Madrid bajó
el ritmo, difícil saber si por bajón físico propio o aumento de la intensidad de un rival que tomó el control y llevó el partido a su terreno.
Si en el primer tiempo Mandzukic parecía estar desaparecido y fuera del partido, en el segundo fue el gran quebradero de cabeza de la defensa blanca que solo era capaz de pararlo mediante faltas, las cuales muchas de
ellas no eran ni señaladas por el colegiado serbio. El delantero tuvo que ser atendido hasta en tres ocasiones en la banda, por una herida causada por Ramos en un codazo, que no le pareció sancionable al colegiado. Hubiera sido penalti. Simeone dio paso a Raúl García por Griezmann, y posteriormente a Torres por Koke, mientras que Ancelotti retiraba a Benzema por Isco. El Atlético de Madrid terminó dominando y mereciendo marcar un gol. Los dos cambios le dieron no solo superioridad sino también un peligro
que no habían tenido hasta esa fase del partido. Casillas terminó siendo el salvador del Madrid con una parada a Raúl García en el tiempo añadido.
Pudo ganar cualquiera. Se van ambos equipos con la sensación de que si hubieran tenido algo más de acierto, hubiera podido ganar cualquiera. Bien es cierto también, que por la misma ecuación han podido perder los dos, por consiguiente, tanto Ancelotti como Simeone tendrán muchas cosas que
arreglar para el partido del próximo miércoles en el Bernabeu. Partido en el cual no estarán ni Marcelo ni Mario Suárez por cumplir ciclo de tarjetas.