Por Adrián Anet (@adri91r)
Este domingo se enfrentan en Mestalla, Valencia y Sevilla en la que es una rivalidad que se ha ido acentuando con el paso de los años y de los partidos tanto en ámbito nacional como europeo. En este artículo nos vamos retrotraer para recordar grandes momentos vividos por ambos equipos en este duelo en Mestalla. Iremos hasta la última temporada de Rafa Benítez, en la que el Valencia se coronó campeón de Liga y de la Copa de la UEFA, y a la última temporada de Joaquín Caparrós, gran artífice y pieza esencial para el crecimiento y el desarrollo de un Sevilla que de la mano de Monchi y Juande Ramos conseguiría sus dos primeros títulos europeos.
En la 17a jornada de la temporada 2003/04 el Valencia de Benítez era segundo a dos puntos del Real Madrid, mientras que el Sevilla de Caparrós ocupaba mitad de tabla pero a tan sólo seis puntos de puestos europeos. El Valencia formaba con Cañizares en portería, Garrido, Curro Torres, Ayala y Marchena en defensa, Albelda y Baraja en la sala de máquinas, con Aimar por delante, Vicente y Jorge López por bandas, Mista en la punta de ataque. Caparrós, por otro lado alineaba a Esteban bajo palos, en defensa Redondo, Óscar, Pablo Alfaro, David, Martí, Podestá, Gallardo, Baptista, Antonio López y Darío Silva. Desde el banquillo salieron en el segundo tiempo Hornos, Jesús Navas y José Antonio Reyes, éste último en uno de sus últimos partidos en su primera etapa sevillista pues sería traspasado en ese mercado invernal al Arsenal donde formaría parte de los «Invencibles».
La crónica de «El Mundo» de aquella época hablaba de una primera mitad poco vistosa, «un canto al «centrocampismo», un auténtico tostón». Pese a ello, Martí y Darío Silva pudieron adelantar al conjunto andaluz pero no consiguieron transformar sus ocasiones ante un Valencia que parecía estar a la espera de alguna genialidad de Aimar. En el segundo tiempo, tras la salida de Albelda por lesión y la entrada de Sissoko, el cuadro ché pareció mostrar otra cara. Precisamente el propio jugador malí fue quién se atrevió con dos disparos lejanos a probar a Esteban. El gol no llegó hasta que Mista, tras una primera ocasión salvada por Esteban, cabeceara un saque de esquina botado por Vicente. Aimar, que mejoró su contribución en el segundo tiempo, no terminó de estar fino de cara a puerta mientras que Xisco perdonó el segundo gol para un Valencia que llegaba presionando al Real Madrid por el liderato.
Finalmente esa temporada el Valencia se proclamaría campeón de Liga tras protagonizar una gran remontada frente al Real Madrid de Carlos Queiroz que se desinfló con estrépito en el tramo final siendo superado no solo por Valencia sino también por Barcelona y Deportivo. El Sevilla, mientras tanto, logró un gran sexto puesto superando al Atlético de Madrid por el golaverage, obteniendo así un puesto en la próxima edición de la Copa de la UEFA nueve años después de su última aparición europea.
Nos vamos a la temporada siguiente, de nuevo desde Mestalla, donde el Valencia sufriría, en el más amplio sentido de la palabra una reestructuración tras la salida de Rafa Benítez al Liverpool y la llegada de Claudio Ranieri y la «italianización» del equipo que pese a un buen arranque no terminó cumpliendo las expectativas. Frente a ellos un Sevilla continuista, liderado por Joaquín Caparrós desde el banquillo y con algún que otro jugador que años más tarde serían fijos en el once ideal de la FIFA de cada año.
El partido en la séptima jornada enfrentaba a segundo frente a tercer clasificado. Ranieri salía con Cañizares en la portería, Curro Torres, Pellegrino, Marchena y Moretti en defensa, Baraja, Sissoko, Stefano Fiore y Angulo en el centro del campo, con la dupla italiana formada por Corradi y Di Vaio en el ataque. Destacan cuatro italianos en el once valencianista, además de Neira y Carboni en el banquillo, aunque éste último sí, mito valencianista. Por parte del Sevilla, Joaquín Caparrós formaba con Esteban bajo palos, Dani Alves, Sergio Ramos, Javi Navarro y Castedo, Aitor Ocio y Renato como medio centros, Martí, Antonio López y Baptista, enganchando con el malagueño Aranda como jugador más adelantado.
El debut de Juan Bautista Soler como presidente del Valencia trajo un partido que podía presagiar cómo sería su gestión al frente del club, «alocado y extravagante» en palabras del cronista del partido del periódico El Mundo, Jorge Ramírez Orsikowsky. Primera mitad muy física, descafeinada en cuanto a fútbol y ocasiones se refiere, a resaltar un fallo de Corradi en boca de gol enviando el balón al larguero. En la segunda mitad la historia fue muy diferente, el Valencia se adelantaría a los doce minutos de la reanudación con un gol en propia de Aitor Ocio tras pase de Corradi. Tras el gol, Rubén Baraja vio dos tarjetas amarillas en un margen de ocho minutos lo que le obligó a abandonar el partido, mientras que Baptista se mostraba imponente en el mano a mano ante Cañizares estableciendo el empate. A raíz del empate, el encuentro fue muy trabado, al colegiado del encuentro Esquinas Torres se le fue de las manos, y en una tangana, Dani Alves empujó a Marchena, en lo que supuso la expulsión del brasileño. Minutos más tarde Aranda culminó la remontada hispalense en un saque de esquina.
Aranda, que fue protagonista de una peculiar anécdota, fue atendido en la banda y sustituido sin darse cuenta. Al terminar de atenderlo los servicios médicos, se apresuró a entrar al campo sin saber que ya no podía ante la carrera y el desconcierto del delegado sevillista Cristóbal Soria que veía cómo Aranda veía la segunda, aunque por suerte para el Sevilla, al haber sido sustituido, no se quedó con otro jugador menos, pudiendo defender hasta el final el resultado de 1-2 diez contra diez.
Aquella temporada 2004/05 terminó con el Barcelona de Rijkaard, con Ronaldinho, Deco o Etoo, como campeones de Liga, mientras que el Valencia destituyó a Ranieri tras la eliminación en dieciseisavos de la Copa de la UEFA frente al Steaua de Bucarest, haciéndose cargo Antonio López, jefe de la cantera ché, hasta final de temporada, concluyendo en séptima posición, dos puntos por detrás del Sevilla, que volvía a conseguir plaza para competición europea a la siguiente temporada, una que sería histórica a los mandos de Juande Ramos, pero quién sabe si no hubiera sido posible sin el gran trabajo años atrás de Joaquín Caparrós, ni por supuesto, sin el de Monchi.