El próximo lunes 3 de Junio terminará una de las «telenovelas» más seguidas en Brasil en los últimos años, más que «Salve Jorge» o cualquier otra que haya arrasado en audiencia durante las tardes del país. Se trata de la llegada de Neymar Júnior a Europa, a Barcelona. Imagino un recibimiento digno de una estrella de cualquier ámbito de la vida, una locura controlada, un histerismo que lleve a muchos a marcar en rojo en el calendario la primera vez que vea jugar juntos al brasileño y a Leo Messi.

La pareja esperada
Desde hace mucho tiempo se viene debatiendo sobre la adaptación del joven talento de Mogi das Cruzes al fútbol táctico, tosco – en el buen sentido – y veloz que se práctica en Europa. Incluso ha habido algunos que han dudado de que el antiguo camisa 11 de Santos pudiera soportar la dureza física, las patadas, que a veces se producen en este lado del oceáno.
No hay duda alguna de la calidad futbolística de Neymar, y de su capacidad de desequilibrio, asociación y aportación al juego del equipo en el que se encuentre. Pero muchos se han planteado si la adaptación de Neymar será complicada en una plantilla como la del Fútbol Club Barcelona, repleta de estrellas y con un grupo sólido que se conoce de memoria y cuyos automatismos son envidiados en todo el planeta. Podemos afirmar que se trata de una cuestión muy interesante pero que puede ser revisada con un giro inesperado.
El planteamiento de estas letras es buscar la contrariedad al pensamiento general sobre el fichaje del brasileño y por ello queremos buscar la respuesta a esta pregunta:
¿Está el Barcelona preparado para adaptarse a Neymar?
Claramente muchos se sorprendan al leer dicha cuestión, y algunos quizás la consideren disparatada, pero ni mucho menos.
Partimos de la base de que el equipo blaugrana tiene una cantidad de nombres que asombran, rodeando a la figura de Lionel Messi. Está claro que Neymar no debe ser el terremoto que cambie esa estructura tan magnífica de fútbol que se ha creado a lo largo de los años, pero no debemos olvidar que todas las grandes relaciones se basan en un conjunto de interacciones que deben proceder de ambas partes, y con la llegada de jugadores – sean de donde sean – debe ocurrir lo mismo. O la relación no dara los frutos esperados.
Hay en la historia miles de casos de jugadores que llegaron al club adecuado en el momento erróneo. No podemos afirmar que los problemas de adaptación siempre se deben al futbolista; un club debe estar preparado para acoger con todos sus medios a un jugador que se incorpora a su «familia». Con esos medios estamos hablando en términos de enseñanza futbolística y cultural, a cuestiones tácticas, físicas y vitales, a patrones de comportamiento, etc.
Dejando a un lado temas con un puro cariz morboso, como las relaciones de egos en vestuarios y todas esas historias (algo que a veces cuesta comprender, dado que a todo el mundo le gusta jugar con los mejores), tenemos que hacer un breve resumen de la posible aportación en todos los ámbitos de Neymar al Barcelona y viceversa:
1. Neymar, en términos de negocio y marketing, es posiblemente una de las mayores estrellas del planeta fútbol. Ha heredado de Ronaldo Nazario la capacidad de ser el protagonista fundamental del mayor mercado futbolístico del mundo como es Brasil.
2. En términos de juego, aporta una gran lista de virtudes al juego – tanto con balón como sin él – que puede ayudar al Barcelona a salir del embudo en el que se ha visto atascado multitud de veces por disponer de un único jugador «imán» (áquel que atrae el marcaje múltiple) como es Messi. Como conclusión, Neymar es un creador de espacios.
3. La polivalencia de Neymar para las posiciones de la línea más adelantada de ataque del Barcelona puede ocasionar una movilidad parecida a la de la primera época gloriosa del equipo blaugrana. Si su ubicación es en la banda izquierda a pierna cambiada, o de falso delantero o incluso de segunda punta, la peligrosidad que aporta a la defensa contraria es simplemente asustadora.
4. En términos defensivos Neymar suele estar liberado de esa función en su carrera en Brasil, pero ha demostrado en infinidad de veces su compromiso a la hora de ayudar a sus compañeros. Otra cosa distinta es que se lo exijan.
En muchos de los puntos planteados, encontramos la base del argumento de que es necesario una interacción entre las dos partes para un beneficio mutúo. No se trata de un chico brasileño que viene a hacer filigranas a España, a jugar arriba recibiendo y driblando hasta la saciedad. Estamos hablando de un jugador capaz de aportar mucho dentro y fuera del campo, y cuyas virtudes pueden ser aprovechadas para hacer aún más temible al equipo del Camp Nou.
El concepto previo es claro, se trata de un gran fichaje – con gran repercusión – y con una exigencia altísima. La mayor ventaja es que nos encontramos con un escenario que ambas partes están acostumbradas a vivir, porque al final «todo el mundo prefiere jugar con los mejores«.