El Barcelona despide un 2012 protagonizado por Guardiola, Vilanova, Abidal y Messi
Por Alejandro Rozada (@alexrozada)
Cuando el aficionado eche un vistazo al álbum de fotos del año del Fútbol Club Barcelona, tendrá muchas dificultades para quedarse con una. Han sido muchas las imágenes que ha dejado 2012 para el equipo azulgrana. Más que elegir una foto, elegirá nombres. Los nombres y apellidos de los protagonistas que han sido noticia en los últimos 12 meses. Y entre los diversos protagonistas le resultará muy complicado destacar a uno: Pep Guardiola, Tito Vilanova, Leo Messi, Eric Abidal… Las historias por encima de los resultados. Las personas por delante de los deportistas. Menos títulos pero más vidas. La dificultad para elegir un solo instante y a un único protagonista se comienzan a manifestar desde las primeras páginas del desplegable. Las emociones comenzaron muy pronto. Allá por el mes de enero.
Pronto se comprobó que 2012 iba a ser un año muy intenso para el barcelonismo. En enero disputaron un doble duelo con el Real Madrid en los cuartos de final de la Copa del Rey. La ida se jugó en el Santiago Bernabéu y, como es tradición en cada clásico del siglo, hubo un torbellino de emociones. 1-2 para el Barça gracias a los goles de Puyol y Abidal. Dos defensas se encargaron de remontar el gol inicial de Cristiano Ronaldo. Pero la imagen del partido fue el pisotón de Pepe a Messi en la mano. Esas imágenes polémicas que nunca gusta ver sobre un terreno de juego. Fue el reflejo de un duelo al sol, sin concesiones, que dejó todo abierto para el partido de vuelta en el Camp Nou. En la Ciudad Condal, la igualdad fue mayor si cabe a pesar de que los azulgranas dispusieron de un 2-0 a su favor, golazo incluido de Dani Alves, pero los blancos remontaron, empataron y a punto estuvieron de dar la vuelta a la eliminatoria y clasificarse para semifinales. Al final, el Barça salvó los muebles y superó con éxito el primer gran reto de la temporada. Mientras, la Liga se ponía muy cuesta arriba, a 7 puntos del Madrid, y Messi dedicando su tercer Balón de Oro a la afición. Cada genio con su tema.
La preocupación no solo se explicaba por la clasificación en la Liga. En febrero, las miradas de incertidumbre también apuntaban a la enfermería. Alexis, Pedro y Xavi estaban tocados y Guardiola urgía al cuerpo médico a resolver el misterio de las lesiones. El bálsamo era la Copa. No iba a resultar sencillo administrar esa anestesia copera porque las semifinales contra el Valencia presentaban muchas aristas, pero el Barcelona solventó la papeleta con autoridad ante un buen equipo. Tras empatar a un gol en Mestalla, gracias a un testarazo de Puyol, todo se resolvió en el Camp Nou con un 2-0 que clasificó a los azulgranas para la gran final contra el Athletic de Bilbao. La final de los reyes de Copas. La reedición del duelo de 2009 en Mestalla. Una oportunidad para la revancha de los leones. Mientras, las opciones de ganar la cuarta Liga consecutiva se seguían desvaneciendo después de la derrota ante Osasuna en el Reyno de Navarra y que elevó a 10 puntos la distancia con el Real Madrid. Febrero también fue el mes en que aumentaron los rumores de la posible marcha de Guardiola al acabar la temporada. Messi, por su parte, impresionaba al mundo marcando 4 goles al Valencia y todas las ilusiones estaban puestas en la Champions League. Los goles de Alexis y Messi al Bayer Leverkussen en el BayArena dejaban más cerca los cuartos de final.
Pero fue en marzo cuando se vivió una de las noche más mágicas del año azulgrana. En la Copa de Europa, el partido de vuelta de los octavos contra el Bayer Leverkussen se convirtió en el partido de Messi. El argentino se vistió de historia y marcó 5 goles, convirtiéndose en el primer jugador que lo consigue en la Champions. El mundo entero contemplaba asombrado una nueva hazaña del futbolista 10 y soñaba con un Barça-Madrid en la final del torneo. En este mes comenzaron los cuartos de final de la Champions con un empate a cero en Milan y se animó la pelea por el título de Liga después de los empates del Madrid ante el Málaga en el Bernabéu y el Villarreal en El Madrigal; la distancia se rebajó a 6 puntos. Aunque la peor noticia de este mes saltó el 15 de marzo cuando el Barcelona anunció en un comunicado, justo un año después de la detección del tumor y tras ser intervenido posteriormente, que Eric Abidal sería sometido a un trasplante de hígado. Todo el fútbol mandó mensajes de apoyo al defensa francés porque, a partir de ese momento, el mayor triunfo del año iba a ser su recuperación.
La temporada llegaba a su recta final. Abril fue el mes decisivo. Todos confiaban en que saliese cara. Pero salió cruz. Tras acercarse a 4 puntos del Real Madrid, después de su empate en casa ante el Valencia, las últimas jornadas de la Liga fueron de infarto. El Barcelona goleó al Getafe y ganó por la mínima al Levante en el Ciudad de Valencia antes de jugárselo a todo o nada contra su eterno rival en el Camp Nou. Ese clásico sí que fue un partido del siglo de verdad porque dilucidó las opciones ligueras de ambos equipos. El Barça confiaba en la inspiración de Messi y un gran planteamiento estratégico de Guardiola para tumbar al Madrid. Pero los de Mourinho, con Cristiano al frente, autor del gol decisivo, desactivaron al crack argentino, vencieron (1-2) en la Ciudad Condal y sentenciaron la Liga.
Todas las esperanzas de los culés pasaron a estar en la Copa de Europa. Tras caer (1-0) en Stamford Bridge ante el Chelsea, después de una posesión de escándalo y un chorreo de ocasiones, se aferraron a Messi y a la genialidad de sus futbolistas para dar la vuelta a la eliminatoria en el Camp Nou y clasificarse así para otra final. Confiaban en que la mala suerte se había acabado ya. La cosa se puso de cara gracias a los goles de Busquets e Iniesta. 2-0 a los 43 minutos. Ni en los guiones más optimistas. Pero todo se enfrió antes del descanso, cuando Ramires recortó distancias y sembró el desconcierto entre el barcelonismo. En la segunda parte, el Barça dispuso de varias ocasiones, incluyendo un penalti que Messi estrelló en el larguero y otro disparo del argentino al palo, pero fue incapaz de marcar otro gol a pesar de que encerraron al equipo inglés en su campo. Cerrojazo a la inglesa. En plena ofensiva barcelonista, a un suspiro de la finalización del encuentro, el Chelsea lanzó una contra letal que finalizó Fernando Torres. La puntilla. El Niño firmó la sentencia más dolorosa. Adiós a las opciones de revalidar título. Ningún equipo ha conseguido hasta ahora repetir victoria en la Copa de Europa.
Y para culminar un mes de abril maldito, Guardiola confirmó los rumores y anunció su intención de dejar de entrenar al Barcelona para tomarse un año sabático. Máxima conmoción entre los barcelonistas porque nadie se quería creer que el de Santpedor se iba a levantar del banquillo culé. Desgastado, vaciado y presionado, el entrenador más laureado en la historia del club decidía dar un paso al costado para reflexionar y recuperar fuerzas. Después de muchos meses sin despejar la incógnita sobre su futuro, de aplazar su respuesta a las reiteradas y millonarias ofertas de renovación, Guardiola dio por cerrada la etapa más brillante en la historia del club. Su sustituto iba a ser su mano derecha, Tito Vilanova. Un hombre de la casa, que había sido también partícipe de los éxitos logrados por la entidad azulgrana. La apuesta, arriesgada, solo el tiempo se encargará de dilucidar si fue acertada o no, parece un relevo natural para mantener vigente la idea futbolística promulgada por el «guardiolismo». Para la historia queda el discurso que Guardiola, visiblemente emocionado, dedicó a su afición en el Camp Nou después del partido de Liga ante el Espanyol y el posterior paseo por el césped del coliseo azulgrana junto a su familia.
Ya en mayo, Messi estableció un récord histórico al ganar el pichichi marcando 50 goles. El Barcelona se preparó a conciencia para despedir a Guardiola con un nuevo título. La final de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao en el Vicente Calderón era una oportunidad inmejorable de brindar una gran despedida al entrenador que revolucionó el fútbol español. Y ejerciendo de buen rey de Copas, con doblete de Pedro y uno de Messi, el Barça arrolló al Athletic y dedicó la victoria al de Santpedor. Despedida triunfal de Pep después de ganar 14 títulos de 19 posibles. Una marca histórica, que tardará muchos años en batirse, si es que existe algún entrenador capaz de superar semejante registro. Para la historia queda la imagen de Xavi levantando al cielo de Madrid la Copa, tras un gran detalle del capitán, Carles Puyol, que le permitió levantar el trofeo a su compañero y amigo.
En junio, Valdés, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Fábregas y Pedro se proclamaron campeones de la Eurocopa con la selección española y rubricaron de la mejor manera posible la temporada. Llegó la hora de descansar para los futbolistas, aunque el trabajo pasó a concentrarse en los despachos, como es habitual en el verano. Jordi Alba y Alexandre Song fueron los dos fichajes estivales; Keita, Afellay y Fontás, por su parte, abandonaron la nave azulgrana. Julio se dedicó al tradicional tiempo de pretemporada: pruebas, acoplamiento y adaptación al nuevo concepto futbolístico que promulga Vilanova. En pleno mes de agosto, arrancó una nueva edición del campeonato nacional de Liga. La expectación era máxima porque el Barcelona iniciaba el primer año de Vilanova. Y entre medias, la Supercopa de España contra el Real Madrid. Primer asalto del Barça de Tito contra el Madrid de Mourinho. El Barcelona se impuso en el partido de ida en el Camp Nou, pero el gol de Di María, precedido de un fallo garrafal de Valdés, alimentó las opciones madridistas para la vuelta. Y en el Bernabéu, el Madrid se impuso por la mínima y se llevó el primer torneo de la temporada, aunque los azulgranas asustaron al madridismo y Messi casi empata el partido en los últimos minutos, lo que le hubiese dado el primer trofeo de la temporada a los barcelonistas.
En septiembre se comenzó a percibir que la andadura del Barcelona por la Liga iba a resultar imparable. En la cuarta jornada, el Real Madrid ya estaba a 8 puntos después de su derrota en Sevilla, mientras que el Barcelona superaba con solvencia sus partidos guiado por los goles de Messi. Victorias en casa ante Valencia y Granada, y a domicilio frente a Getafe y Sevilla, para terminar el mes como líder destacado de la Liga BBVA. Mientras que en la Champions debutó con buen pie tras remontar al Spartak de Emery con dos goles de Messi. Y que el ritmo no pare.
A principios de octubre volvió a la Liga el gran clásico del fútbol mundial. Empate a 2 goles en un apasionante partido con goles de Messi y Cristiano. En la primera parte puso el fútbol el Real Madrid, mientras que el Barça se entonó en la segunda y dispuso de ocasiones para ganar el partido. En la Liga también se vivió otro extraordinario partido ante el Deportivo en Riazor. 4-5 para los azulgranas, con hat-trick de Messi. El argentino marcó otro doblete ante el Rayo en la manita que el equipo de Tito le infligió al conjunto vallecano. De este modo consiguió su segunda Bota de Oro que le distingue como el máximo goleador europeo. Merecido galardón. El Atlético de Madrid se convirtió en el inmediato perseguidor azulgrana en la clasificación liguera y este mes también se produjo la concesión del premio Príncipe de Asturias a uno de los estándartes del barcelonismo, Xavi Hernández, que recogió el galardón junto al capitán del Real Madrid, Íker Casillas. Un premio a la amistad que prevalece por encima de colores y rivalidades futbolísticas. El juego limpio por bandera.
Recién nacido el mes de noviembre, vino Thiago Messi al mundo y el Barça firmó el mejor arranque de su historia tras vencer al Celta en el Camp Nou. Concatenación de buenas noticias. La extraordinaria andadura azulgrana no se vio ensombrecida ni por la derrota ante el Celtic en Champions. No pasará a la historia esa derrota salvo por un motivo feliz para el barcelonismo: Messi le dedicó su primer gol a su hijo. Y la máquina no se detuvo en este punto ni mucho menos. Con su doblete en Mallorca, Messi, con 76 goles, superó a Pelé. Una marca extraordinaria, pero temporal, que solo fue la antesala de lo que estaba por venir. El argentino salía a gol por partido y comenzaba a otear en el horizonte una plusmarca histórica de 85 tantos que había logrado Gerd Müller en 1972. Tras marcar dos dobletes ante el Zaragoza en la Liga y el Spartak en la Champions, se situó a solo 5 del alemán. Todas las miradas se centraban en la impresionante racha goleadora del argentino, que coincidía con la imperial marcha culé por la Liga que le distanció 11 puntos del Real Madrid y le consolidó como líder destacado del campeonato por delante del Atlético.
Tito y Messi se repartieron el protagonismo en el último mes de 2012. Diciembre fue un mes raro, de situaciones encontradas y sentimientos cruzados. Por un lado, el entrenador fue protagonista al entrar en la leyenda por ser el entrenador del equipo que firmó el mejor arranque en la historia de la Liga española (13 triunfos y un empate). El otro motivo, su recaída en esa dichosa enfermedad llamada cáncer, representa la tan temible negatividad. Lógicamente, Vilanova tuvo que abandonar la actividad para centrarse en la recuperación. Lo sustituyó Jordi Roura.
Aporta la necesaria dosis de felicidad, por su parte, el argentino que, con su doblete ante el Betis en el Ruiz de Lopera, superó lo que parecía inalcanzable hasta el 9 de diciembre de 2012: el récord de Müller de 85 goles en un año. Pero la voracidad goleadora del argentino no se paró ahí. Siguió goleando y dejó la plusmarca en 90 goles tras su tanto ante el Valladolid en Zorrilla en la última jornada liguera del año 2012. Tardaremos muchos años en vivir algo parecido. O quizás no. Porque el propio Messi puede ser capaz de superar su propio récord a medio plazo. Todo es posible con este colosal futbolista, que tiene un reto permanente contra sí mismo por ser cada vez más legendario. Entretanto, Villa lucha por ganarse un hueco en el once barcelonista para acallar los rumores que le sitúan lejos de Barcelona.
La marcha de Guardiola, el comienzo del ciclo de Vilanova, la victoria en la Copa del Rey, la andadura triunfal del equipo de Tito, los goles de Messi… Hay mucho donde elegir para resumir lo que ha significado el año 2012 para el Fútbol Club Barcelona. Deportivamente ha tenido más nubes que claros, a pesar de que no ganaron ni la Liga ni la Champions de la pasada campaña; no obstante, el extraordinario comienzo de la temporada 2012-13 y las plusmarcas goleadoras del incansable crack argentino abrillantan el balance azulgrana. Pero la principal lectura a extraer del año barcelonista es el ejemplo de superación que representa este equipo y cuyos máximos exponentes son Abidal y Tito. Aquejados de una complicada enfermedad, ambos han decidido no rendirse para demostrar que todo es posible. Sus ejemplos, el legado de Guardiola y los goles de Messi demuestran que, en la vida como en el deporte, se puede aspirar a cualquier cosa, incluso a la felicidad. Y que a la negatividad se la derrota a base de goles y sonrisas.