El catalán del Katüsha remacha a sus contrincantes en la dura última subida, aguanta la persecución final en el llano de Valverde y se anota por segundo año consecutivo un Giro de Lombardia salpicado de agua por doquier
Por Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
El ciclismo actual deja poco margen para las lamentaciones y en este final de temporada las clásicas importantes, aunque con cuentagotas, está apiñadas en un par de días. Tras el batacazo, más moral que deportivo, sufrido el domingo pasado con su plata en los Mundiales en ruta, el catalán ‘Purito’ Rodríguez (Katüsha) se impuso con autoridad en la 105ª edición del último gran Monumento del ciclismo actual, una clásica a la que siempre rodea la épica y un tiempo infernal. El Giro de Lombardia resulta la última gran carrera del año para los clasicómanos y hombres fuertes en las generales por estar aderezado de todo lo que simboliza el ciclismo: una clásica del calibre de los Flandes, Roubaix o Lieja y jalonado por cortos pero durísimos muros por toda la región del norte de Italia y a la que la lluvia siempre dota de glorioso su recorrido. Aunque aún queden la llanísima París-Tours la semana que viene y el siempre experimental Crono por Naciones de dentro de dos semanas, muchos ciclistas suelen dar por concluida su temporada en Lombardia y las pistolas de todos suelen ir cargadas a tope. Pero en 242 kilómetros de exigente prueba al final suelen quedarse los más fuertes cara a cara y sin el italiano Nibali (Astaná) en liza, el ‘Purito’ Rodríguez (Katüsha) supo volver a atacar en el mismo punto del año pasado y a 9 kilómetros de meta supo mantener una exigua renta en un pulso con Valverde (Movistar), que en cierto modo le resarce del papelón que vivió hace siete días en la Toscana que dirimía el jersey arcoiris.
La carrera partía de Bergamo y debía llegar a Lecco tras superar infinidad de escarpados muros, todos atestados de tiffosis que daban color a la prueba. Tras múltiples escaramuzas, el alocado valiente del día que desafió al gran grupo fue el francés Thomas Voeckler (Europcar), que gusta mucho de gesticular y realizar aspavientos de cara a la galería, poniendo caritas de sufrimiento en todo momento, y si encima se sabe enfocado por una cámara de televisión, eleva a la máxima su teatralidad, es decir, digno heredero del gran Richard Virenque de los noventa. Pero el galo optó por la heroicidad en solitario y su renta nunca pasó de los 3 minutos gracias al tímido empuje del Katüsha ruso al frente del grupo. Uno de los grandes monstruos del día, el Passo Madonna del Ghisallo, a 46 kilómetros de meta fue donde cedieron todo un excampeón del mundo como el belga Gilbert (BMC) y un Alberto Contador (SaxoTinkoff) que sigue sin poder encontrar el golpe de pedal que antaño le hacía imbatible cuesta arriba, y donde la ventaja del fugado empezaría a decrecer, gracias también a fugaces colaboraciones al frente del pelotón del SaxoTinkoff danés, el Lampre italiano, el AG2R francés o el Movistar navarro.
Con el fugado a tiro de piedra y controlado en todo momento, el actual campeón del Mundo, el portugués Rui Costa (Movistar) reventó en el llano previo a la última ascensión y eso encorajinó a muchos; lo culminante del día llegaría en el terrorífico muro final, unVilla Vergano de apenas 3 kilómetros con una media del 7,4% de desnivel, cuando a 10 kilómetros de meta primero el francés Pinot (FDJ) tímidamente y acto seguido con bastante más consistencia el italiano Pozzovivo (AG2R) impusieron un ritmo frenético de ascensión que el transalpino Basso (Canondale) y el colombiano Quintana (Movistar) quisieron seguir en balde. Porque cuando ambos se abrieron, faltos de fuerzas, las rampas se convertían en un infernal 15% que permitió al ‘Purito’ Rodríguez (Katüsha) poner en práctica su mejor cualidad, la del ciclista que más tiempo sabe hacer durar su veloz arrancada en rampas exigentes, que le hizo sumar en la cima de la cota una decena de segundos sobre un terceto perseguidor: el polaco Majka (SaxoTinkoff), segundo esta semana en la Milán-Turín, el irlandés Daniel Martin (Garmin), ganador este año en la Lieja, y el murciano Valverde (Movistar), que este año colecciona innumerables buenos puestos pero con pocas victorias de postín. La rápida y deslizante bajada supuso un duelo entre el catalán y el murciano, que consiguió despegarse de sus compañeros, y ambos ofrecieron unos 5 kilómetros finales del llano vibrantes, con un pulso que finalmente se llevaría el catalán con 17 segundos de ventaja y que le vuelve a convertir en uno de los mejores ciclistas del año, tras su fantástico podium del Tour de Francia, la victoria en una etapa de la Vuelta a España, y la plata en los Mundiales. Esta vez sonrió ‘Purito’ y Valverde sigue con su cara de malas pulgas.