El Sporting consigue su primera victoria en El Molinón con un gran zurdazo de Halilovic, que lo celebró haciendo el escanciador. Otra exhibición de la perla croata, que bien pudo marcar un hat trick. Un Málaga impotente justificó en Gijón su mala racha lejos de La Rosaleda y sigue sin marcar un gol como visitante.

Alen Halilovic se estrenó como goleador en El Molinón y lo celebró escanciando un culete que puso el colofón a su enésima exhibición de la temporada.
En el día de los difuntos se volvió a comprobar que no hay quinto malo. Tras dos empates (contra Real Madrid y Granada) y dos derrotas (frente a Valencia y Betis), por fin ganó el Sporting en El Molinón. Al quinto partido llegó la primera victoria casera del curso, dejando el buen regusto del culete bien escanciado por Alen Halilovic, el nuevo ídolo del sportinguismo. No fue el primero del curso porque, al margen de los que escancia en los chigres, ya se estrenó a lo grande como goleador rojiblanco contra el Espanyol en Cornellá. A su talento a raudales le faltaba el premio de estrenarse ante un público cada vez más entregado a su inmenso talento. Por fin lo hizo, poniendo el mejor colofón a otra actuación inmejorable y espantando así los fantasmas, no solo los de Halloween, que empezaban a acechar al equipo de Abelardo.

Esta mano de Welligton en la línea de gol impidió otro tanto de Halilovic y debió ser sancionada con penalti y expulsión del zaguero malaguista.
No sentó bien la inapelable derrota del lunes pasado en San Mamés, pero los guajes de Abelardo se supieron sobreponer al severo correctivo de los leones y consiguieron una victoria de mérito que ya les aleja 5 puntos del descenso. Es la tercera del curso tras las conseguidas en Riazor (2-3) y Cornellá (1-2), para dejar al Sporting con 12 puntos ya en una posición más confortable sobre los rivales que están en el furgón de cola. Esta vez no hizo falta apelar a la épica como se tuvo que apelar para empatar contra el Granada en el último partido en El Molinón. Se ganó por la mínima, sí, pero se convenció gracias, sobre todo, a otra exhibición de Alen Halilovic, autor de un gran gol y protagonista de un sinfín de acciones de calidad que le hicieron rozar el gol en varias ocasiones. El pequeño genio de Dubrovnik bien pudo marcar un hat trick si no se llega a interponer el larguero en dos ocasiones y Welligton (ver su mano en la imagen adjunta) en su camino hacia el gol.
Otro de los más queridos de la afición rojiblanca es Isma López, cada vez más asentado en el lateral zurdo, posición en la que se hizo fuerte la pasada campaña. Rozó el gol en el primer tiempo con un disparo desde fuera del área que se marchó muy cerca del palo derecho de Kameni y pudo matar el partido en el último suspiro, pero se le quedó muy largo el control y el guardameta del Málaga pudo abortar el peligro. También resulta encomiable la entrega y constancia de Hugo Fraile en cada partido. Después de todos los problemas que atravesó el bravo futbolista onubense por esa lesión que le mantuvo casi una temporada apartado de los terrenos de juego, poco a poco se ha ido abriendo paso en el once sportinguista y demuestra su brega cuando disfruta de oportunidades como la que disfrutó ayer cuando entró al campo por Pablo Pérez.
Un Málaga con pocos recursos
Sporting y Málaga son dos equipos casi hermanados. Ambas aficiones mantienen una excelente relación y para la historia quedaron las imágenes del autobús del equipo gijonés ovacionado por los aficionados malaguistas a la salida de La Rosaleda. De esta forma, el partido de este domingo no iba a ser un duelo fratricida, pero tampoco una faena de aliño. Da fe de ello Halilovic, que las llevó de todos los colores.
Hubo disciplina táctica, seriedad y orden por parte de ambos conjuntos con mucho trabajo en el centro del campo: a destajo Sergio y Mascarell en los locales, y Camacho y Recio en los visitantes. Mucho tajo y mucha pelea en las respectivas salas de máquinas. Por algo los entrenadores de ambas escuadras, Abelardo y Javi Gracia, apuestan por un esquema similar (4-2-3-1) que fía al sacrificio y la lucha gran parte de sus opciones, concentrando un número ingente de operarios en el centro del campo.
En un panorama tan emparejado costaba encontrar factores de desequilibrio, pero con el Messi de los Balcanes sobre el terreno de juego, todo es posible. Si hay una cualidad que define a una perla como Alen Halilovic es la capacidad para desequilibrar haciendo fácil lo difícil y lo puso de manifiesto en la jugada del primero de la tarde. ‘Guajilovic’ demostró que no necesitar estar en el chigre para escanciar buenos culetes y en el ecuador del primer tiempo improvisó el segundo de la temporada para saciar la sed del sportinguismo. Escanció el primero en Cornellá por toda la escuadra y echó el segundo en casa con un magnífico golpeo con la izquierda que culminó una gran jugada iniciada por él mismo con una apertura de derecha a izquierda, prolongada por Sergio hacia atrás y finalizada por Halilovic con un zurdazo inapelable que se coló pegado al palo derecho de Kameni. «Espalmó» bien el culete el croata y sacó el máximo rendimiento a que el Málaga se encontraba con un hombre menos por la lesión de Camacho, al que Gracia tardó casi 10 minutos en sustituir por Espinho. Un pecado mortal.
Solo después del gol de Halilovic mostró síntomas de reacción el Málaga, pero siempre de forma dubitativa e impotente, con un Charles reducido a la mínima expresión por ese bloque tan sólido que forman Bernardo y Luis Hernández en el centro de la defensa. Solo Rosales con un centro desde la derecha imposible para Cuéllar, que no cazó Charles aunque esta vez sí supo atraer hacia sí a los defensas, causó serios problemas aunque Juankar falló en el segundo palo. Recio y Duda capitalizaron el juego malacitano y trataban de imprimir esa velocidad de la que carecía el equipo en los metros finales y que se reflejó en la lentitud de Charles para alcanzar un pase de Duda entre líneas y al que finalmente llegó Isma López para corregir a pesar de que partía en situación de desventaja por detrás. El Pichu apenas se inmutó en su vuelta a la portería después de su lesión.
La inoperancia del Málaga casi les cuesta una derrota más abultada. El Sporting dispuso de varias ocasiones considerables en el segundo tiempo para aumentar la brecha, pero no hubo manera de aumentar el marcador. Pudieron marcar Isma López y, en especial, Alen Halilovic, pero Kameni se anticipó al lateral navarro, mientras que el larguero en un par de ocasiones y una mano flagrante de Welligton que Mateu Lahoz no quiso ver, pese a estar plantado al lado de la jugada, impidieron que la victoria rojiblanca fuese mayor. El caso es que ninguno de estos fallos fue determinante en el resultado final y el Sporting se llevó tres puntos determinantes en la lucha por la salvación.