El Real Madrid empezó poniendo los pies sobre el suelo a los atléticos con el tempranero gol de Benzema. El conjunto de Simeone reaccionó y empató con el gol de Koke, incluso cogió las riendas del partido, posicionándose por delante con un esférico de Gabi. Los rojiblancos poco a poco aflojaron el rendimiento y acabaron perdonando un partido clave para el liderato de la Liga. Cristiano rescató al Madrid, mientras que el Atlético acabó pidiendo el pitido final.
No era un derbi cualquiera. En el derbi de hoy se jugaba algo más que en los habituales encuentros entre dos grandes rivales. El liderato de la Liga se jugaba entre ambos equipos, siendo clave a estas alturas de competición. El encuentro acabó en un empate curioso, resultado beneficioso para los blancos porque mantiene los tres puntos de diferencia. En el Manzanares, los aficionados se quedaron con un sabor de boca algo amargado por el resultado, ya que estuvieron a un paso de la victoria.
El partido se inició con el episodio del tempranero gol de Benzema, actuación que parecía superada para los rojiblancos en los últimos derbis. El francés aprovechó un centro excelente de Di María y a su vez la actuación errante de la defensa rojiblanca, para poner el pie y embocar el balón dentro de la portería de Courtois. El Madrid fue salir de vestuario y ya iba ganando. No dio tiempo a analizar el planteamiento de ambos equipos, ni si se merecía ir por delante del marcador o no. Este comienzo marcó una diferencia respecto a otros derbis recientes, y es que el equipo de Simeone supo reponerse a tiempo. Este Atlético es un equipo competitivo, no perdona ni un minuto, ni desaprovecha el tiempo para lamentarse de los errores, sean suyos o de otros, como fue el caso del colegiado Delgado Ferreiro que dejó pasar un penalti claro de Ramos a Diego Costa. El Atlético recuperaba en cada minuto la intensidad que le faltaba, la seguridad en sí mismos, conectando más arriba con Diego Costa, creando así más presión. El hispano-brasileño supo darle la tarde a los centrales blancos, dificultando el trabajo de la zona defensiva blanca y potenciando la ofensiva rojiblanca.
A pesar del tempranero gol blanco, el equipo de Ancelotti se vio ahogado en algunos factores del partido. Aún así, el talento descomunal blanco provocó el que estuvo a punto de ser el 0-2. Courtois, una vez más brillante bajo palos, tuvo que deshacerse de un taconazo de CR7 en el primer palo. La zaga blanca apenas pudo crear por el centro, Modric y Xabi no pudieron armar el juego, mientras que Di María se enredó él solo y no era capaz de salir de su propia enredadera. Por la parte de los laterales, Ancelotti sorprendió poniendo en el once inicial a Coentrao, y el luso fue poco beneficiado en el juego ya que Di María poco lo ayudó.
En el At. Madrid presionaron todos, desde el primero hasta el último, pero hubo uno con diferencia que se echó el equipo a sus espaldas. El capitán colchonero, Gabi, definido por su técnico como «el corazón del equipo», fue quien motivó al equipo y le aportó la garra necesaria ante este duelo. Sin embargo, a la zaga rojiblanca le faltaba el gol de cara, para ello apareció Arda Turan. El turco controló en la parte derecha, avanzó en diagonal hacia el centro, sin ponerse nervioso, se detuvo, realizó un giro sobre sí mismo, dejando en el suelo a Coentrao y colocándosela a Koke que remató con un latigazo seco y cruzado. Es ahí, donde el At. Madrid se cree más que nunca que sí pueden ganar a su mayor rival en casa. Los hombres de Simeone acabaron la primera mitad crecidos, dueños y señores de la situación. El asedio de la zaga blanca vino de la mano con el golazo de Gabi que puso al conjunto colchonero por delante en el marcador. Diego López pudo hacer mucho más de lo que hizo, lo cual deja abierto una vez más el debate sobre la portería blanca. El primer acto empezó con el esférico de Benzema y término con el de Gabi, dato clave para imaginarse como empezó y finalizó el primer tiempo.
Simeone sacó productividad a sus especialidades, una de ellas es la de aniquilar la contra del rival compensándolo con la velocidad de Diego Costa. Al hispano-brasileño lo único que le falló fue no tener puntería hacia la portería de D. Lopez, por el resto supo llevar a cabo satisfactoriamente su trabajo. Ambas entidades tuvieron ocasiones claras de gol, para los locales el tercer esférico y para los visitantes el empate. Bale y Cristiano avisaron de cabeza.
Ancelotti rectificó a tiempo su error en el once inicial cambiando a los dos laterales al principio del segundo acto, provocando así el cambio de ritmo en el juego. Arbeloa y Coentrao fueron sustituidos por Marcelo y Carvajal. Al Atlético, como no podía ser de otra forma, le pudo la presión en la recta final, donde los blancos aprovecharon el bajón de los locales para empatar un encuentro decisivo. Carvajal robó un balón en el que apuró por la línea de fondo y centro atrás, cayendo en los pies de Cristiano, quien no perdonó con un remate seco. El delantero luso poco apareció en el partido, pero lo hizo en el momento justo para aportar un punto vital a su equipo.
El Madrid ganó con los cambios y mejoró mucho en el terreno de juego, mientras que el Atlético acabó fundido y perdonando un partido que puede ser decisivo en la disputa de la Liga. Sin ninguna duda, ha sido un gran derbi en el que ambas entidades salieron ganando.