
Rubén Blanco salta para ganar a Sanabria la batalla del juego aéreo en uno de los múltiples duelos que mantuvo el delantero paraguayo con el portero de Celta.
De acuerdo a las expectativas con las que nacía este partido tras el empate en el Ciudad de Valencia del pasado lunes y el triunfo contra el Atlético de Madrid en el último encuentro en casa antes del parón de selecciones, brillaba el sol en Gijón al inicio del partido. Como si fuera una metáfora de lo que sentían los sportinguistas, la meteorología acompañaba antes de afrontar una batalla que en lo futbolístico se presentaba descompensada por la tremenda desigualdad entre las plantillas del Sporting de Gijón y el Celta de Vigo.
Pero en Gijón siempre hay que tener preparado el paraguas. En lo futbolístico y en lo meteorológico. Así es el norte. Por eso, después de un luminoso arranque que mantuvo el empate a cero hasta el descanso, incluso con notables ocasiones para ponerse por delante en el marcador, el panorama se nubló. En la segunda parte llegaron las nubes, taparon el sol que presidía El Molinón, incluso cayeron gotas y al Sporting se le apagaron las ideas. Siguió intentándolo y llevando peligro, como siempre, pero la falta de efectividad en ataque y las limitaciones defensivas mantenían muy vivo a un Celta que cuenta con muchos más recursos, empezando por un póker ofensivo temible.
El Celta impuso sus mayores recursos
Si hablamos de fútbol, y de eso se trata en estos lares, es obligado resaltar el portentoso póker ofensivo del Celta de Vigo. No es un tridente tan temible como la MSN del Barça o la BBC del Madrid. Es otra cosa. Haciendo honor a la sintonía que suena en el estadio de Balaídos, es el Equipo A de nuestra liga. Un peligroso cuarteto atacante que parte de las botas de Orellana por el centro, percute por las bandas con las diabluras de Nolito desde la izquierda y Aspas desde la derecha, y culmina en la referencia central de Guidetti, el killer venido del frío que no necesita del balón para crear peligro y causar estragos en las defensas rivales.
En el primer tiempo, Nolito ya tuvo un par de buenas ocasiones que alertarían de sus nocivas intenciones para con el Sporting. La primera se marchó lamiendo el poste izquierdo de la portería de Cuéllar tras golpear el balón en carrera y de primeras desde el punto de penalti; la segunda la sacó el guardameta extremeño cuando su rosca se colaba irremisiblemente junto a ese mismo palo. Además, el gaditano también destacó en su faceta de asistente antes del descanso con un pase de la muerte a Iago Aspas que el de Pontevedra mandó a las manos de Cuéllar.

Nolito marcó en el segundo tiempo el gol que le dio la victoria al Celta y que mantiene en descenso al Sporting.
En el segundo tiempo, Nolito no brilló tanto como en los primeros 45 minutos, pero se vistió el traje de Noligol para decidir la contienda. Simplemente tiró de su inmenso repertorio y de su ingente calidad para batir por bajo al Pichu con un disparo raso al que no llegó el portero del Sporting por su palo, el derecho. Gambeta, amago y undécimo gol del gaditano en la presente campaña. Un tanto que, al final, resultaría decisivo. Tardó 64 minutos el Celta en abrir la lata en El Molinón casi 15 minutos menos de los que necesitó para adelantarse en Mestalla, donde no se puso por delante hasta el minuto 80. Allí ganó 0-2 y en Gijón se impuso por la mínima a pesar de las enormes diferencias entre las plantillas del Sporting y del Valencia, al que ya ganaron los de Abelardo 0-1 en su campo. Si de algo pueden presumir los sportinguistas es de que no bajan la cabeza ante nada ni ante nadie. Y no deben hacerlo. La grandeza de los equipos se construye a partir de la ambición y de la valentía. De eso va sobrado el equipo rojiblanco, un derroche de pasión e intensidad en cada partido.
El Sporting volvió a mostrar una gran actitud
La victoria viguesa es justa, por supuesto, y explica perfectamente por qué el Celta ocupa la quinta posición en la clasificación de nuestra liga y tiene amarrada una plaza europea a la espera de un pinchazo del Villarreal para optar incluso a la Champions. Tienen pegada arriba y una solidez atrás que imponen respeto a cualquier rival, pero ni por esas se amedrenta el Sporting, un recién ascendido capaz de plantar cara a uno de los cinco mejores equipos del fútbol español dejando a hombres tan importantes como Halilovic, Ndi y Carlos Castro en el banquillo; sin olvidar las bajas de Lora por sanción y Bernardo por lesión, dos ausencias tremendamente pesadas en un equipo plagado de novatos en la máxima categoría y que no se puede permitir el lujo de prescindir de nadie para afrontar la temporada.
Aun así, el Sporting lucha, presiona y ataca como el que más, con la valentía propia de un equipo forjado en la adversidad. Ante el Celta no fue menos y tuvo ocasiones de sobra para batir a un conjunto tan compacto y tan solidario como el de Berizzo. En el primer tiempo, Sanabria puso en apuros a la zaga viguesa: primero salvó Rubén el barullo que se formó en su área y que a punto estuvo de costarle un disgusto si el paraguayo la llega a cazar a bocajarro y el propio Sanabria firmó después la mejor ocasión para los locales con un cabezazo que se marchó alto, pero muy cerca del travesaño de la portería visitante, tras un gran centro de Jony desde la izquierda. Desde la otra banda vino otro peligroso envío, esta vez de Pablo Pérez, al que no llegó por milímetros el delantero rojiblanco. Peor fue la amarilla que vio Nacho Cases tras una tarascada con Orellana y que le impedirá jugar la final de la próxima jornada en Canarias.
El caso es que no se marcó, se volvió a perder y el Sporting sigue una jornada más en las posiciones de descenso. Ya solo quedan seis jornadas, 18 puntos en juego, y los fantasmas acechan a la vuelta de la esquina. Resulta bastante frustrante y aterrador estar peleando por eludir la categoría, pero desgraciadamente no puede aspirar a más un equipo que volvió a la máxima categoría no hace ni un año. Ya bastante milagroso es que un conjunto plagado de canteranos, que no se pudo gastar ni un céntimo en fichajes, esté en Primera División con serias opciones de permanencia. El próximo sábado, ante otro recién ascendido, la UD Las Palmas, que ya está virtualmente salvado, tendrán la oportunidad de dar otro pasito para lograr la segunda gran gesta en menos de 365 días. Pero el gran éxito de este club es seguir sobreviviendo. Sigue luciendo el sol para el Sporting. Pese a todo.
SPORTING: Cuéllar; Vranjes, Luis Hernández, Meré, Isma López; Sergio, Nacho Cases; Carmona (Carlos Castro, minuto 59), Pablo Pérez (Halilovic, minuto 68), Jony (Ndi, minuto 76); y Sanabria.
Celta: Rubén Blanco; Jonny, Cabral, Sergi Gómez, Planas; Radoja, Wass; Aspas (Pablo Hernández, minuto ,62), Orellana (Hugo Mallo, minuto 89), Nolito; y Guidetti (Beauvue, minuto 83).
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amarillas a Vranjes (34′), Nacho Cases (71′), del Sporting, y Jonny (18′), Orellana (34′), Wass (66′) y Rubén Blanco (84′), del Celta.
Gol: 0-1: minuto 63, Nolito.
Incidencias: 24.163 espectadores en El Molinón, con cerca de un millar de aficionados del Celta. Terreno de juego en buenas condiciones. No se guardó un minuto de silencio en memoria del bombero fallecido en Oviedo la pasada semana.