El Barcelona salió a jugar en Granada con la cara b, lejos de la maravilla que vimos en los primeros 45 minutos de Manchester. Y es que el partido en Los Cármenes tuvo poco de brillantez, provocada a partes iguales por el planteamiento de ambos equipos y por el estado del césped.
Nada más comenzar el encuentro se produjo un parón por un choque entre Alves y Javi Márquez que se zanjó con el lateral brasileño atendido en la banda y con tarjeta amarilla para el jugador local. Ese encontronazo anestesió a los 22 jugadores que estaban sobre el terreno de juego. El Barcelona no era capaz de hacer combinaciones y mucho menos dar fluidez al balón, y el Granada lo intentaba en la medida de sus posibilidades. Todo esto se traducía en pocos apuros para Bravo y para Oier, y veinte minutos tuvieron que pasar para ver las primeras ocasiones claras. Fue Xavi, con un disparo seco y fuerte desde la frontal quien hizo que Oier se tuviera que emplear a fondo y despejar el balón a córner. El Granada, que no se sentía dominado y mucho menos exigido, respondió con un chut de Márquez en la jugada inmediatamente posterior, aunque se fue por encima del larguero.
El paso del tiempo acentuaba la posición de los jugadores de Luís Enrique sobre el campo, dejando exageradamente liberados a los tres de arriba en busca de una contra, de velocidad. En el minuto 26 un pase a Suárez a la espalda de la defensa, ayudado por el césped, que frenó el balón, propicio el remate -horroroso- del uruguayo. Cala quiso despejar y lo que consiguió fue dejar el esférico en bandeja para que Rakitic rematara a placer. Pero el gol no cambió demasiado el planteamiento de ninguno de los dos equipos. Messi estuvo a punto de marcar en el 35 en una contra rapidísima y su remate con la diestra se fue alto por un pelo. Los minutos finales dejaron dos ocasiones, una por equipo, y en ambas fueron Oier y Bravo los que evitaron que se moviese el marcador.
La segunda parte empezó bastante más animada. Una pared entre Suárez y Rakitic dejó al delantero uruguayo en un mano a mano frente a Oier y con un toque suave con el exterior el jugador del Barcelona puso el segundo gol a su favor en el electrónico. El mal del Barcelona de Luís Enrique es el escaso control que tiene de los partidos. Antes, con un 0-2, adormecía a los rivales con toque y toque, y como sucedió en Manchester en la segunda parte, no tardó mucho en reaccionar el equipo local, esta vez gracias a un penalty que transformó Fran Rico. El Granada comenzó a mandar de nuevo en el campo mientras el Barça buscaba cada vez más descaradamente una contra.
Y así, mientras el ritmo del partido se iba apagando, de nuevo un balón a la espalda para Suárez permitió que éste cediera el balón a Messi para marcar el tercero del Barça. Ese fue el golpe que cerró el partido definitivamente. Los jugadores locales ya bajaron los brazos y el Barcelona aglutinó posesión y ocasiones -sin fruto- sobre el área de Oier. Así cerró con 1-3 una salida difícil dados los antecedentes y el horario y sigue presionando al líder a pesar de un partido muy gris.
Granada: Oier; Nyom, Babin, Cala, Foulquier; Iturra, Rico, Márquez (Rochina ’67); Rober Ibáñez, Lass (Success ’77) y Córdoba (Candeias ’78).
Barcelona: Bravo; Alves, Bartra, Mathieu (Busquets ’74), Alba; Mascherano, Xavi (Rafinha ’65), Rakitic; Neymar, Suárez (Pedro ’78) y Messi.