El último milagro de Santo Tomás de Villanueva.
Perfecto colofón a la march madness. La final entre los Villanova Wildcats y North Carolina Tar Heels tuvo un final….de locura. Villanova destroza las apuestas en el último segundo; ante North Carolina; en un partido que pasa directamente a la historia del baloncesto.
Panoramic video of Villanova's championship-winner: pic.twitter.com/xrV8h9r3Wn
— Deadspin (@Deadspin) April 5, 2016
Los Tar Heels actuaron como los favoritos que eran, asumiendo el control del encuentro a base de rebote y un acierto en los tiros de tres poco habitual. North Carolina era el equipo número 290 en % de triples. Pero anoche en la primera parte llevaba 7-9 con Joel Berry mandando con 15 puntos y 3 de 3. Esos triples aplacaron la salida activa de Arcidiacono (futuro internacional con Italia) y pusieron un 32 a 39 en el marcador.
Sin embargo la primera parte terminaría con dos acciones que resultarían, si no sintomáticas, claves, o premonitorias. Justin Jackson, todo un proyecto de estrella mundial, era cazado por Josh Hart, la estrella de los Wildcats y taponado. En la jugada siguiente, el discreto Booth anotada canasta sobre la bocina. Jackson no volvería a levantar cabeza. Los Tar Heels…

El tiro definitivo, una vez más.
Villanova remaba en la segunda parte a la caza de una UNC que no conseguía anotar tras una primera parte en la que ambos equipos superaban con solvencia el 50%. La superioridad en el rebote resultaba estéril. Mikal Bridges cortó la línea de fondo para machacar el empate a 44 en el partido.
Los Wildcats se cerraban en torno al aro y poco a poco conseguía repeler la bola, o cazar algún rebote, ante el ímpetu del poderoso juego interior de los Tar Heels. En ataque, dos suplentes como Bridges y sobre todo Booth, mantenían el tono con algunas canastas de mucho mérito. Villanova esperaba cerca del aro, cada vez, North Carolina fallaba, y la zona se convertía en un hervidero de brazos, piernas y corazones en un puño.
La reaparición de Arcidiacono coincidió con los mejores minutos de los Wildcats, y varias acciones del base de ancestros italianos, pero nacido en Pennsylvania, ponían las mayores diferencias. Los Wildcats habían llevado el encuentro a su terreno y el partido estaba encaminado…
…o eso pensábamos.
Phil Booth (quien si no) ponía con dos tiros libres el 67 a 57 a 5:29 del final. Todavía tardaría 47 segundos en anotar North Carolina. Pero Joel Berry (que no había anotado en la segunda parte) y Bryce Johnson (superado por la actividad de Villanova) tenían una última palabra.
A 1:52 del final Hart ponía un cómodo 70-64. En ese momento Marcus Paige, decidió que no se iba a marchar del encuentro sin dejarse todo en el que era su último encuentro como universitario. Triple suyo. Canasta de Bryce Johnson y se colocan 70 a 69. Hay partido.
Villanova lleva todo el encuentro intentando frenar el ritmo. Circulan el balón con dificultad y no suman apenas asistencias, en cambio apenas fuerzan tiros….el destino quiso que en una jugada forzada Booth fuese objeto de falta. Anotó los dos tiros libres 72 a 69.
Siguiente jugada, de nuevo Paige, ya claramente echándose a todo el equipo a su espalda. Fuerza la penetración, falla, arranca el balón de las manos de un rival y anota. El tiempo se acaba y hay que hacer falta.
El elegido es Josh Hart. Aunque la elección prácticamente la toma Villanova; ¿tarda demasiado North Carolina? Resulta que Hart tiene el % más bajo de todos los jugadores utilizados por los Wildcats salvo Ochefu (que no toca el balón en la jugada). En su anterior serie a anotado uno y ha fallado otro. Hart no está teniendo su mejor día en ataque, pero ha sido clave en defensa y rebote, dándole la vuelta a la situación en su emparejamiento con el desaparecido Justin Jackson. Anota los dos.
Tiempo muerto y….descontrol total. Un par de pases y el balón en las manos de Paige. Ha errado Ochefu en la anticipación, pero también Paige en saltar antes de tiempo….sin embargo rectifica en el aire, se cuadra y lanza como puede. Triplazo, locura en las gradas y ¡los Tar Heels siguen vivos!. Paige camino de la heroicidad.
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Nuevo tiempo muerto. Presión inocente (demasiado, es la verdad) de North Carolina y Ryan Arcidiacono conduce el balón. Jugada de libro, de una sencillez total. El jugador que ha sacado llega en segunda oleada, se trata del voluminoso y sin embargo estilista Jenkins (segundo máximo anotador de los Wildcats y el jugador que más triples enchufa del equipo, con 98 en temporada); un alero regordete que tiene que jugar de Ala-Pívot porque Villanova no tiene otro. Que ha cometido la cuarta falta en un mal momento y ha visto como Booth o Bridges jugaban «sus» minutos. Arcidiacono se cruza hacia su derecha, su lado bueno, bloqueando en ciego al jugador que debería defender a Jenkins, se la deja con ambas manos, mansa, perfecta, y Kris Jenkins lanza un puñal hacia el corazón de North Carolina… Houston estalla en confetti blanco, azul y amarillo, el triple ha entrado, la locura ha alcanzado su máximo exponente, los Villanova Wildcats son campeones de la NCAA.
Ryan Arcidiacono era elegido el Most Outstanding Player (el MVP de la Final Four) entre varios jugadores de los Cats que optaban al trofeo. Los 14 puntos de Jenkins con el triple de la victoria y sobre todo los 20 de Phil Booth con un sólo fallo en el tiro fueron claves y tan importantes como los 16 puntos con 6 de 9 en tiro del base.
En los Tar Heels, un equipo eminentemente interior, tuvieron que salirse del guión para brillar Berry (20 puntos) y Paige (21 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias).