Manuel Herrero ganó el pulso a Sandoval aplicando la misma receta que Anquela el domingo pasado: presión, circulación del balón y continuas llegadas. Soberano repaso del Jaén a un Sporting desdibujado y condenado por sus groseros errores en defensa.
Alejandro Rozada (@alexrozada)
No fue solo perder, fue la frustrante sensación de no haber dado una a derechas; fue la dificultad para tirar a puerta; fue el caos táctico; fue desperdiciar las posesiones, una tras otra, con balones colgados al área y continuas pérdidas de balón, desaprovechando la superioridad del Sporting con el esférico en los pies. Todo eso es competencia de José Ramón Sandoval, que es quien dirige la nave navegando de tormenta en tormenta hacia la tempestad final. No se puede culpar al árbitro, al empedrado o al clima andaluz. Ayer Sandoval perdió en cuerpo y alma, volvió a ser superado por el entrenador rival y reincidió en sus vicios de siempre, transmitiendo la sensación de que no aprendió nada del repaso que le dio su colega Juan Antonio Anquela el domingo pasado en El Molinón. Esta vez le dio un baño el Jaén de Manuel Herrero, entrenador de un recién ascendido que pelea por despegarse del descenso y que no había visto puerta en los últimos 287 minutos de competición, con cuatro goles en los últimos ocho partidos. Pues bien, llegó el Sporting a La Victoria y encajó tres tantos que bien pudieron ser más vista la clara superioridad local. El entrenador que abruma con la importancia de los números está aplastado por los resultados de las últimas jornadas. Ya son tres jornadas consecutivas sin conocer la victoria, quedan doce partidos para llegar a la meta y los rojiblancos parecen un ciclista que basa sus opciones en las pájaras ajenas, mala opción cuando se trata de ganar la carrera del ascenso. Cifras, sensaciones y balances que se confabulan en contra del técnico de Humanes, al que tanto le gusta colgarse medallas cuando el esfuerzo de sus chavales y la divina providencia futbolística le sonríen. No podrá hacerlo tras este partido. Más que disculpas puntuales y declaraciones que se lleva el viento, toca ponerse el traje de faena y trabajar duro. El tiempo apremia.
Desde que a los veinte minutos se lesionó Álex Barrera, muy castigado físicamente en las últimas jornadas, se percibió que no iba a ser una buena tarde para Sandoval. La decisión de no dar descanso al de Viella demostró ser un error colosal y ahora solo cabe rezar para que sus molestias sean leves. Sustituirlo por Mendy, un jugador que está en las antípodas del fútbol que practica el canterano, ya se enmarca en el carrusel de despropósitos que completó Sandoval hasta el final del encuentro, errando con los otros dos cambios (Lekic por Luis Hernández y Bustos por Carmona) hasta convertir al equipo en un caos táctico. Sin criterio para jugar el balón, sin profundidad en las bandas, fallones hasta la desesperación en los contados remates y reincidiendo en los errores defensivos. El Sporting lleva tres puntos menos que en la primera vuelta (16 puntos sumó en las nueve primeras jornadas, mientras que lleva 13 con los mismos partidos disputados en la segunda vuelta). Eso, con ser preocupante, no lo es más que la penosa imagen que transmite este conjunto, sin estilo de juego y desvestido por las costuras defensivas que se le saltan en cuanto los rivales se acercan a su área. Todo nace de la presión de los contrarios a la salida del balón desde atrás y desemboca en reiteradas pérdidas de balón, pasando por un juego simplón, lento y arriesgado. Pero el síntoma más preocupante es la falta de criterio táctico, cuyo mayor paradigma es el bueno de Lora, que ha pasado de ser lateral derecho a jugar como interior para volver al origen cuando se tuercen los acontecimientos. La verticalidad y rápidez por las bandas brilla por su ausencia, y eso tiene delito en un equipo concebido para la amplitud. La superioridad de los rivales en el centro del campo es un mal que se manifiesta en cada partido y de eso se aprovecharon hombres como Óscar Rico y Quesada este sábado, inconmensurables en su derroche físico y control del juego.
Con Lekic superado por los acontecimientos, sin asumir su papel de revulsivo, Scepovic se convierte en un islote en la punta del ataque que fía sus opciones a su oportunismo y proverbial facilidad para el remate. Así marcó dos goles ante el Jaén, que de poco valieron por el desbarajuste que tenía a sus espaldas. Demasiada distancia entre las líneas y un escandaloso barullo en la retaguardia del que pueden sacar provecho los rivales a poco que lo intenten. Si encima tienes enfrente a un jugador tan dinámico e imprevisible como Jonathan Mejía ‘Jona’, el desenlace es un partido como el de La Victoria, o incluso como el de la primera vuelta en El Molinón, de donde el Jaén sacó un valioso punto gracias al oportunismo de uno de los delanteros más peligrosos de la categoría de plata. Ante este panorama, revisar la clasificación casi se convierte en una prueba de fe después de contemplar partidos que ponen a prueba la ingente paciencia del sportinguismo. Si después de diseñar la plantilla al gusto de Sandoval, nos vemos así en marzo sería inevitable que el consejo de administración se planteara dar un toque de atención al entrenador madrileño. El partido contra el Girona será su primera reválida y de no aprobarla con nota, no sería descabellado pensar en un relevo en el banquillo. No es baladí lo que está en juego. Ascenso al margen, el Sporting se está jugando su viabilidad económica y, sobre todo, el honor. Esta entidad no se puede permitir un final de curso tan nefasto como el de la pasada temporada.
Sin Barrera no hay paraíso
Cuatro cambios presentó la alineación del Sporting respecto al partido del pasado domingo. La vuelta de Iván Cuéllar a la portería, la presencia de Mandi en el centro de la defensa en el lugar del lesionado Iván Hernández y los regresos de Lora y Carmona a la titularidad en las bandas del ataque. Cuando aún no se habían acomodado los jugadores a sus respectivas demarcaciones, llegó un medio córner, esto es, un saque de banda desde el costado derecho, especialidad de Luis Hernández. El lateral la metió en el área, la tocó Bernardo de cabeza en primera instancia para ponerla en el palo izquierdo, donde estaba Álex Barrera y el canterano se la puso en bandeja a Scepovic para que cabeceara a placer al fondo de la red. No hubo ni fuera de juego ni falta al portero. Gol legal, el número 19 del delantero serbio para asentarse en lo más alto de la tabla de máximos goleadores de Segunda División y reencontrarse a domicilio con su mejor especialidad después de tres partidos sin marcar (la última vez que marcó fue ante el Castilla en Valdebebas el pasado 18 de enero).
Muy cómodo estuvo el Sporting al inicio del partido en La Victoria. Con autoridad, criterio, posesión y llegada, sometiendo por completo a un impaciente Jaén. Una situación idílica para los rojiblancos que, poco acostumbrados a desenvolverse en tan inmejorable escenario, se encontraron de repente con la lesión de Álex Barrera. Molestias musculares de uno de sus futbolistas más desequilibrantes, que tuvo que ser sustituido por Mendy. Ahí murieron las alegrías. El mayor peligro en los ataques visitantes se concentraba en las incursiones de Lora por la derecha e incluso de Scepovic desde la izquierda, que obligó a estirarse al guardameta René. Aunque dominase la posesión, el Jaén no llevaba mucho peligro a la meta de Cuéllar, más que mediante inocentes servicios laterales que detenía Pichu sin problemas; solo Jona, quién ya marcó en el partido de ida en El Molinón, inquietó a los sportinguistas con una potente volea que se marchó muy cerca del poste izquierdo de Cuéllar.
A pesar del impecable estado del césped, recién regado para la ocasión, los equipos no apostaban por largas posesiones y optaban más por la verticalidad en el juego, usando las bandas para ello. En una de esas, Óscar Rico centró al interior del área, Mandi midió mal en el salto, no alcanzó el balón, que llegó al segundo palo y allí estaba Jona para fusilar. El empate obligó al Sporting a desperezarse, hacerse con el balón y asumir más riesgos para buscar la portería rival con más brío. Lo intentó Mendy con una escaramuza por la izquierda que alejó René con apuros, y a través de varios saques de esquina que salvaron sin complicarse los jienenses. Pero las posesiones rojiblancas resultaron infructuosas, no gozaron de la profundidad deseada y no hubo manera de ponerse por delante en el marcador. Con empate a uno se alcanzó el descanso.
Para desequilibrar la balanza y fijar las marcas atrás, ganando en pegada, Sandoval dio entrada a Lekic por Luis Hernández, pasando Lora a ocupar el lateral derecho. A pesar de la apuesta ofensiva del entrenador del Sporting, el Jaén golpeó primero, pero apareció San Pichu. El portero extremeño demostró ante Jona y Fran Machado sus galones en la portería para salvar a su equipo de una doble ocasión. La embestida sacudió al equipo gijonés, que trató de calmar el ajetreado ritmo que imprimían los locales buscando siempre las referencias ofensivas de Lekic y Scepovic. Se reclamó penalti sobre el espigado delantero serbio por un ostensible agarrón de Óscar Quesada. Pero las ocasiones eran para el cuadro andaluz, que asediaron la portería sportinguista con peligrosas acometidas como la que culminó Óscar Rico con un envenenado remate que se fue lamiendo la red. Abrumador asedio del Jaén y tanto fue el cántaro a la fuente que el propio Óscar Rico terminó marcando el segundo de la tarde para rubricar una gran jugada personal.
El decorado era aterrador para las aspiraciones del Sporting hasta que volvió a aparecer el rey Midas de este equipo, un futbolista que todo lo que toca lo convierte en oro. Apareció Scepovic en el mejor momento y justo en su hábitat natural, el corazón del área, para marcar el empate tras un rechace de René ante la llegada de Cases. Vigésimo gol del ariete serbio para reivindicarse como el mejor delantero de la categoría, aunque sus colegas de la zaga se empeñen en convertir en internacionales a los puntas rivales. La entrada de Bustos por Carmona no aportó la tranquilidad y contención en la medular que hacían falta para relajar las pulsaciones, así que el Jaén siguió angustiando cada vez que tenía el balón. Y aprovechando que a la defensa del Sporting se le saltan las costuras cada vez que la atacan, Jona marcó el tercero aprovechando un medido centro de Víctor Curto tras el rechace de Bernardo a una gran incursión de Jozabed. Quedaban solo siete minutos para el final y el verdugo rojiblanco culminó su notable actuación con un doblete que le recompensó a continuación con una espectacular ovación de sus seguidores cuando fue sustituido por Raúl Gaitán. Las luces que iluminaron a Jona contrastaron con las once sombras rojiblancos que vagaron por el césped de La Victoria hasta consumar una dolorosa y preocupante derrota.
LA FICHA TÉCNICA
Real Jaén: René; Kitoko, José Cruz, Nino (Óscar Rico, min.26), Nando; Óscar Quesada, Juanma, Israel Jerez (Víctor Curto, min.77), Jozabed, Machado; Jona (Raúl Gaitán, min.86).
Sporting: Cuéllar; Luis Hernández (Lekic, min.45), Bernardo, Mandi, Canella; Lora, Álex Barrera (Mendy, min.23), Sergio, Nacho Cases, Carmona (Bustos, min.68); y Scepovic.
Goles: 0-1, min.1: Scepovic. 1-1, min.37: Jona. 2-1, min.67: Óscar Rico. 2-2, min.70: Scepovic. 3-2. min.82: Jona.
Árbitro: Valdés Aller (Castellanoleonés). Amonestó a los visitantes Luis Hernández, Bernardo, Mandi, Lora y Sergio.
Incidencias: La Victoria. Presenciaron el encuentro unos 8.500 aficionados, de ellos unos doscientos fueron sportinguistas.