En las últimas décadas la popularidad de la NBA ha seguido una tendencia alcista imparable; la discusión se ha democratizado, a la par que la información estaba cada vez más al alcance de todos. Pero en un deporte que cuenta con más de 125 años de antigüedad y una liga que abarca la vida entera de un jubilado; algunos detalles han caído en el olvido.
Si se han preguntado en las últimas temporadas si Doncic debería haber sido All-Star en su primera temporada o si a Lillard se le deben varias presencias en el evento; en este artículo voy a tratar de sorprenderles con algunas presencias que quizá no conozcan, quizá hayan olvidado. Espero conseguirlo.
Algunos recordarán a Scott Wedman de su época dorada en los Celtics, 4 temporadas y media en las que salía un cuarto de hora desde el banquillo para dar el poco descanso que necesitaba a Larry Bird y compañía. Un alero blanco de 2,01 que tenía su muy pequeña cota de gloria, y que para un espectador desaprensivo pasaría por un jugador mediocre. Pues bien, Scott Wedman tenía un pasado brillante como jugador de los Kansas City Kings. Con 23 años fue All-Star y repitió a los 27 (aunque no pudo jugar por lesión), nada menos que dos presencias en una franquicia que no pasaba por ser muy exitosa, y que con él en el equipo llegó a una final de Conferencia ante los Rockets de Mo Malone. Aquellos Rockets perderían ante los Celtics y 2 años después, un Wedman crepuscular aterrizaría en Massachussets para ayudar de manera discreta en dos anillos más.

Los que llegaron a la NBA con los 80 bien entrados, recordarán a los dos siguientes protagonistas mucho más de su presencia en el Pallacanestro que de su etapa NBA, pero hablamos esta vez de dos cracks que dejaron huella de sobra. Mike Mitchell jugó en Europa de 1988 a 1999 (43 años) dejando grandes temporadas a sus espaldas. Una metralleta capaz de promediar 28,1 puntos y 7,9 rebotes en 10 temporadas en Italia y de sumar 31,9 puntos y 9,5 rebotes con 40 años. Su enorme rendimiento en este lado del atlántico hace que se nos pueda olvidar que fue un NBA de 19,8 puntos en su carrera. A pesar de haber merecido su inclusión en el All-Star en varias temporadas, tan sólo lo fue en la tercera, eso sí, con 24,5 puntos y 6,1 rebotes para los Cavaliers. En San Antonio dejó 23 puntos de media en tres temporadas consecutivas en las que se perdió tan sólo 3 encuentros. Michael Ray Richardson dejó la NBA por sus problemas con las drogas, de no haber sido así habría sido uno de los mejores jugadores de la historia, de haber continuado con su rendimiento hasta ese momento. 4 veces All-Star, 3 veces líder de la liga en robos y 1 vez en asistencias, era un base alto de 1,96 que salió por la puerta de atrás de USA y terminó jugando hasta los 47 años en una Europa que fue más benévola con su afición a la cocaína.
Cuando Magic Johnson llegó a la NBA no ocupó el puesto de base desde el primer momento, el motivo era que los Lakers contaban con un jugador que ha quedado relegado al olvido pese a haber tenido una carrera tremendamente sólida en la NBA. Norm Nixon era el base de aquellos Lakers, e incluso fue All-Star junto a Magic siendo compañeros de equipo. Más tarde repetiría en unos Kings a los que llegó a cambio de un Byron Scott que encajaría mejor junto a Magic. 15,7 puntos y 8,3 asistencias en su carrera, amén de 2 anillos siendo el base titular de aquellos maravillosos Lakers del showtime.

Jeff Ruland era un pívot clásico, blanco, gordo y con más pinta de vendedor de pick ups que de jugador de baloncesto. Llegó al profesionalismo para jugar en un Barcelona en el que dejó mala imagen. Un año después se hizo un sitio en la liga con una gran temporada de Rookie saliendo desde el banco, para terminar siendo All-Star en dos años consecutivos, sin duda un camino atípico. 21,1 puntos 11,9 rebotes y 4,1 asistencias aquellos dos años, en los que acabó destrozado por las lesiones. Nunca aparece en ninguna discusión sobre grandes jugadores, pero ha habido pocos interiores con las virtudes en el pase de Ruland.
Hubo un tiempo en que los Jazz existieron con Stockton, sin que Stockton fuese titular, y la culpa era del rendimiento y caché de otro base. Green era un base de color, sólido, sobrio, que fue All-Star con los Jazz gracias a 9,2 asistencias y 2,7 robos (líder de la NBA) y que terminó cediendo al empuje del genio de Spokane. Durante 3 años hubo discusión sobre quién debería ser el base principal de aquellos Jazz, cuando Green se fue al banquillo Stockton pasó de 8,2 a 13,8 asistencias y terminó con las dudas. Sin embargo, no es justo decir que Green era manco…
Calvin Nutt fue un alero de gran nivel, que no ha visto a menudo su nombre entre los grandes reconocidos, pero que en los 80 gozó de dos consideraciones dignas de Jordan, fue All-Star (23,3 puntos 7,8 rebotes y 3,1 asistencias) y unas Nike llevaron su nombre. Casi nada. Lo cierto es que a esas alturas llevaba más de 450 partidos en la liga a 18,5 puntos de media. ¡Respeto!.

El año 1988 la carestía de interiores de verdadera calidad era tan grande que se convocó para el All-Star a Steve Johnson. 15,4 puntos y 5,6 rebotes no hablan demasiado bien de sus méritos, así que imagínense su substituto. James Donaldson, el recordado pívot de los Maverics de harper-Blackman y Aguirre o Dantley; que llegó a España muy veterano para dejarnos claro que no era precisamente brillante, pero que sabía ocupar hueco. Con unos paupérrimos 7,0 puntos y 9,3 rebotes en más de media hora por encuentro fue All-Star siendo el 8º anotador de un equipo que contaba con Sam Perkins, Roy Tarpley, y Dereck Harper, brillantes compañeros que nunca jugaron ese encuentro.
Mark Jackson pasará a la historia del basket por su talento multi disciplinar, fue un buen jugador, longevo, que tuvo una brillante transición a los trabajos de entrenador y analista. Cuando llegó a la liga había puestas en el no pocas expectativas, y sus dos primeras temporadas alimentaron esa llama. 10,6 asistencias y 2,5 robos como novato y 16,9 puntos (sorprenderá a muchos esta cifra) y 8,6 asistencias que le llevaron al Al-Star con 23 años. Terminó para el arrastre en los Knicks, pero encauzó su carrera no sin mucho esfuerzo para terminar siendo uno de los mejores asistentes de la liga.

A.C.Green es el «iron man» por excelencia de la NBA. Jugó su temporada de novato al completo y se perdió 3 encuentros en la segunda, las 14 siguientes temporadas las jugó más que al completo. ¿Cómo? La temporada 1996-97 fue traspasado a Suns y por cosas del calendario jugó 83 encuentros. En la 89-90 con 12,9 puntos y 8,7 rebotes, sin ser una temporada que sobresalga de lo que era su rendimiento habitual, compartió titularidad con Magic y Worthy en el All-Star, sin duda su carrera acabó mereciéndolo.
Otis Thorpe es recordado por ser el eterno escudero de Hakeem Olajuwon. Un cuatro alto y que siempre dejaba buen rendimiento, sobretodo apoyando en el rebote y la anotación interior. En la 1991-92 dejó 17,3 puntos y 10,5 rebotes que le valieron una inclusión en un All-Star que merecía, años atrás llegó a firmar un 20-10 de promedio con los Kings.
B.J.Armstrong, el base del primer trienio exitoso de los Bulls fue All-Star junto a Horace Grant y Pippen el año en que faltó Jordan. 14,8 puntos y 3,9 asistencias no dicen demasiado de un jugador del que siempre se decía que estaba por explotar. Al final, con más oportunidades, tampoco lo hizo.
Charles Oakley jugó 19 temporadas en la NBA en los que se dedicó sobre todo a afilar sus codos a costa de los cuerpos de sus rivales. Se ganó el reconocimiento de toda la liga y parte del público, pero pocos recuerdan que llegó al All-Star en substitución de precisamente un Alonzo Mourning con el que se las tuvo tiesas. Ironías del destino.

Daron Oshay «Mookie» Blaylock fue un base sólido, buen defensor, decente tirador y especialmente hábil en los robos y las asistencias. Un base clásico, que llegó al All-Star en 1994. 5,2 rebotes 9,7 asistencias y 2,6 robos valieron más que sus discretos 13,8 puntos para incluirle en el evento. Más tarde lideraría la liga en robos dos años consecutivos y tiene el extraño honor de haber dado su primer nombre a la histórica banda Pearl Jam, que debutaron como Mookie Blaylock en Octubre de 1990.
Los 90 nos dejaron alguna «perla» más cómo All-Star casual. Tyrone Hill hizo una gran temporada el año que fue convocado, con 13,8 puntos y 10,9 rebotes, pero el evento le sentaba fatal a su tipo de trabajo. Laettner, que dejó un extraño sabor de boca en su carrera fue convocado un año también por meritos propios. Cedric Ceballos entró como sustituto, al igual que Chris Gatling: 18,1 puntos y 8,8 rebotes además de 2,7 asistencias de un jugador que tenía gran calidad, pero que no parece para tanto. La falta de jugadores interiores ha jugado malas pasadas a la calidad media de este partido, y así se nos cuela Dale Davis, el limitadísimo pívot de los Pacers en el año 2000.

Retrocedemos un poco para hablar de cómo a veces una mala situación genera oportunidades. Los Sixers del 95 no eran precisamente un equipazo, Jeff Malone (33 años) y Weatherspoon en su mejor año, lideraban el equipo junto a un base que había tenido una carrera más bien discreta, pero que esa temporada aprovechó su momento. hablamos de Dana Barros, que llegó a 20,6 puntos, 7,5 asistencias y un sensacional 46,4% en triples. No recuperó jamás ese nivel, pero recibió el premio gordo. Años antes pasó lo mismo con unos desastrosos Nuggets y un más sólido Michael Adams que se hinchó de balón para promediar 26,5 puntos y 10,5 asistencias. Su equipo era tan malo que se quedó fuera, pero en una especia de enmienda poética, se le concedió el honor al año siguiente con 18,1 puntos y 7,6 asistencias en unos Bullets igual de malos.
¿Se acuerdan de Wally Szczerbiak? Con 32 años ya era un ex jugador, pero con 24 tocó el All-Star en una época en la que gozó de gran popularidad. 18,7-4,8-3,1 y un 45,5% en triples, su gran virtud. Las lesiones cortaron su progresión y los traspasos terminaron de matar su carrera, pero siempre le quedará el vídeo de ese día para sentirse menos mal.
Brad Miller es un nombre fácil de olvidar cuando se piensa en los All-Star, pues bien, llegó al encuentro en dos temporadas seguidas, coincidió en ese evento con un Zydrunas Ilgauskas que si no llega a haber tenido aquellos terribles problemas que obligaron a fracturar varias veces los huesos de sus pies, habría llegado muy alto. Otros dos jugadores de calidad, pero que normalmente no fueron considerados super estrellas llegaron de la mano al All-Star, se trata de Kirilenko y Metta World Peace, su rendimiento lo merecía de sobra, pero sus carreras no terminaron de despegar como llegó a parecer en su punto álgido.
Mehmet Okur, Josh Howard, Caron Butler… grandes temporadas en carreras no tan grandes les llevaron al evento. Pero si comparamos su calidad con la de Mo Williams (All-Star con los Cavs) o Devin Harris (21,3 puntos y 6,9 asistencias que no tuvieron réplica en otras temporadas); ya no nos sorprenden tanto.
Las lesiones han sido la oportunidad de muchos protagonistas hasta ahora, pero aún nos quedan unos cuantos más. Podemos recordar las decentes carreras de David Lee, una máquina de anotar y coger rebotes o de Chris Kaman, un pívot con mucha calidad y una cabeza muy peculiar, pero quizá sea más difícil recordar que el primero fue All-Star tanto en Knicks como en Warriors y el segundo rentabilizó su mejor temporada 818,5 puntos y 9,3 rebotes) con una presencia en lugar de Brandon Roy.

Bynum y Hibbert se colaron entre las ausencias de pívots del momento, realizando en ambos casos temporadas ciertamente notables, especialmente Bynum, pero la sorpresa queda en poca cosa si pensamos que al año siguiente un Tyson Chandler que siempre fue un especialista entró en el All-Star acompañando a otros currantes como Noah o Deng. Hibbert repetiría incluso presencia con unos dudosos méritos de 10,8 puntos y 6,6 rebotes. una enorme temporada de los Hawks le dió presencia a Teague o Korver por los méritos colectivos… pero si hay una presencia que levantó controversia, fue la de un Jamaal Magloire que en 2004 alcanzó 13,6 puntos y 10,3 rebotes. En toda su carrera esa fue su mejor temporada, y además tuvo la «desfachatez» de tomárselo en serio y justificar su presencia con 19 puntos y 8 rebotes en 21 minutos.