El Europeo de Balonmano llega con un denominador común para la gran mayoría de selecciones que entristece un poco. Este no es otro que la baja de varios jugadores importantes en sus respectivos equipos. Unos por lesión, como la de los importantísimos René Toft-Hansen, Uwe Gensheimer o Momir Ilic, los 3 de los mejorcito en su posición a nivel mundial, así como los Mariusz Jurkiewicz, Patrick Groetzki, William Accambray, Kim Ekdahl du Rietz, Albert Rocas, igualmente importantes en sus conjuntos, sin olvidar a los jóvenes talentos llamados a hacer el relevo como son los croatas Pavlovic y Stepanjic, el descomunal talento danés Lasse Anderssen o la flamante estrella rusa Alexander Deveren. Otros por un tema de edad como los Renato Sulic, Kim Andersson o Jerome Fernández, y otros por decisiones técnicas por parte del entrenador como Gabor Csaszar, cerebro de Hungría, o la inicial de Dragan Gagic, rectificada a última hora por la lesión de un compañero.
Todas estas ausencias, abren un abanico de esperanza para varias selecciones, en especial para la Selección Española. Los Hispanos llegan en un gran momento de forma, tal y como demuestra el éxito cosechado en el Memorial Domingo Bárcenas. Los signos de identidad siguen siendo los mismos de siempre, con el equipo haciéndose fuerte atrás en defensa, con la dupla Viran Morros & Gedeón Guardiola formando el mejor eje defensivo del mundo, con culminaciones ofensivas al contraataque que hacen de ellos un arma de doble filo. Asimismo, seguimos contando con un gran arsenal en los extremos con el corajudo Víctor Tomás en él derecho, y los efectivos Valero Rivero y Cristian Ugalde en el izquierdo. Con ellos, se puede pasar de una defensa 6-0 a una 5-1 dependiendo del momento. La novedad la protagonizará el lateral reconvertido a extremo Eduardo Gurbindo, que gracias a su polivalencia y gran lectura táctica, ayudará muy probablemente en tareas defensivas, en detrimento del extremo del Naturhouse Pedro Rodríguez, el cual estaba rayando a un gran nivel.
Como no, otro de los puntos fuertes de la selección, seguirá siendo la portería. Con un Arpad Sterbik todavía con el cartel de uno de los mejores guardametas del mundo, capaz de bajar la persiana en cualquier momento del partido para desespero de los rivales, compatibilizado con Gonzalo Pérez de Vargas, cada vez más realidad que promesa, y con características diferentes a las del hispano serbio, con los reflejos y la corrección como puntos fuertes.
La primera línea trae como grandes novedades a Niko Mindegia y Juan del Arco (si es que finalmente Manolo Cadenas no prescinde de alguno). Ambos parten como suplentes, con la probabilidad de que Mindegia pueda ser una buena variante en ataque con sus movimientos eléctricos y su dinamismo, recordando al mejor Chema Rodríguez. Lo más lógico parece ser que el seleccionador siga dando la titularidad a Jorge Maqueda, Raul Entrerríos y Joan Cañellas, este último con la vitola de jugador más desequilibrante y con la responsabilidad de ejercer de líder. Veremos que protagonismo tienen Antonio García y Alex Dujshebaev, ambos en un gran momento de forma, como demuestra el gran Memorial Bárcenas que hicieron, sobretodo Alex. Como se disputa el lateral derecho es otra de las incógnitas. A priori el toledano es más completo, pudiendo aportar en ataque y defensa, mientras que el hijo del mito, aporta más desequilibrio y calidad.
Como bien es sabido, la falta de lanzamiento exterior acompañada de físico es el gran lastre de esta selección, por lo que deberemos sacarle el máximo provecho al ataque estático donde habrá que exprimir al mejor pivote ofensivo del mundo, Julen Aginagalde, por fin en optimo estado físico con la selección. Para desahogar un poco al de Irún, Cadenas ha tomado la sabia decisión de convocar a Rafa Baena, con una gran temporada en el Rhein-Neckar Löwen a sus espaldas, para dar descanso al que se supone debe ser el pivote titular en ataque, y tener una opción diferente para cuando las defensas rivales estén muy pendientes de él.
Oportunidad de lujo para los Hispanos por estado de forma, equipo y conjunción para alzarse por primera vez con el oro.
Por otro lado tenemos a “Las 2 Marías” de siempre: Francia y Dinamarca. Los primeros llegan con la etiqueta de absolutos favoritos, con un Nikola Karabatic en plena forma y con ganas de despedirse del Europeo con un oro, tras dar a conocer que después de las Olimpiadas de Río se retira de la selección. Con una equipo algo veterano si miramos a los Omeyer, Guigou, Narcisse, pero sabiendo que en cada posición cuenta con varios de los mejores del mundo como Luc Abalo o Cedric Sorhaindo entre otros, y sabiendo que hay una serie de jóvenes como Valentin Porte, Ludovic Fabregas o el no convocado Timothey N’Guessan ansiosos de demostrar que ellos también saben ganar.
Los daneses, una vez más afrontan el campeonato con la obsesión de no verse gafados en los momentos clave, y con el deseo de salir de la alargada sombra que les proporcionan los galos. Mikel Hansen deberá ser una vez más al líder de su equipo junto con los experimentados Eggert, Landin, Lindberg, Mollgard y compañía. Será también un buen momento para que Mensah Larsen forme un dúo de cañoneros de lujo junto con Hansen vista la ausencia de la dupla del Kolding Bo Spellerberg y Lasse Anderssen. Cubrir la baja del pivote René Toft Hansen, una prueba de riesgo para el seleccionador.
Un peldañito por debajo se sitúa Croacia, la cual llega con 2 ausencias sensibles como las ya mencionadas por parte de Pavlovic y Stepanjic. A ellas se les suman las renuncias de los pivotes Sulic y Vori, bien cubiertas por el flamante fichaje del Kiel, Brozovic y el ex atlético Gojun, formando una pareja de garantías. Una vez más el peso del equipo recaerá sobre Domagoj Duvnjak, en un estado de forma bajo hasta la fecha. De cómo esté el central, más la aportación de otros hombres clave como Cupic, Alilovic o Karacic dependerá en gran parte la opciones de los balcánicos. Sería interesante que Kopljar se pusiese las pilas también.
No podía faltar la apuesta por la revelación, y más ante ausencias importantes como las que presenta Alemania, una de las principales candidatas a ello, pero que se cae definitivamente de la candidatura precisamente por sus lesionados. Así que dicho honor optimista es claramente otorgado a Eslovenia, gracias también a la repesca de última hora de uno de los mejores extremos del mundo como es Gagic. Los eslavos cuentan con una de las mejores parejas de centrales del continente como son Dean Bombac y Uros Zorman, sumado a la oleada de jóvenes talentos del Celje como Poteko, Blagotinsek o Zarabek hacen de ellos el claro favorito a dar la sorpresa, pese a dejarse en casa a toda una proyección de futuro como Blaz Janc. Sin descartar a una Islandia que al llevar varios torneos sin alzar la voz, hacen de ella el rival silencioso capaz de complicarle la vida a cualquiera, más aun con Aron Palmarsson, todo es posible.
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