Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Son la cara y la cruz. La cara: El Villarreal, la cruz: El Racing. Los primeros luchan por el ascenso directo y los segundos por evitar el descenso. Mucho hay en juego el domingo en El Madrigal. ¿Alguien se lo quiere perder? El partido promete.
A dos puntos del preciado segundo puesto en la tabla, el Villarreal afronta un partido en el que contará con el apoyo de toda su afición. Estamos en la recta final de la temporada y cada partido es una final que hay que ganar. Ir sumando de tres en tres es la mejor garantía para conseguir volver a primera directamente. No hay que ponerse nerviosos, el Submarino Amarillo tiene mucha calidad, por eso, Bruno se atreve a decir: “Llevamos doce partidos sin perder y eso nos da mucha tranquilidad, por ello, estamos convencidos de que si hacemos nuestro juego podemos ganar”. Claro que sí. Es bueno estar convencidos pero no hay que relajarse porque el rival también se juega mucho. El capitán del club cántabro, Mario Fernández, está convencido de que su equipo “tiene que salir como en Alcorcón, a ganar el encuentro. Hay que ir a por todas.” Reconoce que su rival es “el equipo más en forma del campeonato” aunque el Racing de Santander es muy peligroso en “el juego al contragolpe y en las acciones a balón parado.”
El conjunto que dirige Marcelino, por cierto, ex racinguista, cuanta con varias bajas. El centrocampista y también capitán de los castellonenses, Bruno, tuvo palabras de ánimo para Farinós quien ha sido intervenido del talón de Aquiles. Se perderá lo que resta de temporada pero, a lo mejor, cuando se incorpore su equipo es de primera.
Todo aficionado al Villarreal tiene que animar a los suyos. Quedan los partidos más importantes y los jugadores deben sentirse arropados. Lo de la Nueva Condomina se tiene que quedar corto con lo que la afición hará en El Madrigal. El plan para el domingo ya está hecho. Es muy amarillo. Después de ver a la familia más amarilla de la televisión, y de comer una paella bien amarilla, que mejor forma de acabar la tarde que ir a ver al Submarino Amarillo luciendo sus colores. Los supersticiosos que los lleven en el corazón. Serán noventa minutos donde los de Marcelino demostrarán que quieren ser un equipo de Primera División porque su afición ya es de primera.
No hay nada fácil pero si realmente quieres algo en la vida, tienes que luchar por ello. El Villarreal tiene muy claro su objetivo. No quieren decepcionar a su afición porque no hay nada que provoque mayor satisfacción que hacer feliz a la gente. ¡Ánimo Submarino!