Tan solo cinco días después de derrotar a la Roma, el Sevilla regresaba a Duisburgo para enfrentarse en cuartos de final a un Wolverhampton a priori inferior que buscaría hacer daño a través de la velocidad de Adama Traoré y la eficacia goleadora de Raúl Jiménez. Lopetegui optó por repetir el mismo once que neutralizó por completo al conjunto romano en octavos, mientras que Nuno varió el sistema colocando a Traoré al lado de Jiménez en lugar de en una banda.
El Wolverhampton tenía claro a qué quería jugar, por lo que no dudó en ceder el balón a los hispalenses y colocarse casi en su totalidad en campo propio, a excepción de los dos delanteros que se encargarían de presionar a los centrales y de aprovechar balones largos. Pronto pudo cambiar el partido para los de Nuno cuando el juego se tuvo que detener por problemas físicos de Boly; pues una lesión en una zona tan delicada del esquema como es la de los centrales para el equipo inglés (a penas cuenta con recambios en ella) habría trastocado por completo el sistema de tres centrales predilecto del técnico portugués. Finalmente, el central francés pudo continuar sin mayores problemas. El plan original de ataque de Nuno dio sus frutos a los diez minutos de partido, pues un balón al espacio lo aprovechó perfectamente Traoré que, con una galopada desde medio campo, se plantó en área sevillista y forzó un penalti provocado por Diego Carlos (su duelo, en especial por el físico corpulento de ambos, era lo más esperado del encuentro). Raúl Jiménez tuvo en sus botas la ocasión de poner por delante a los suyos, pero Bono logró adivinar y atajar el lanzamiento, cuyo rechace acabó fuera. Más allá de este penalti la capacidad ofensiva de los «Wolves» pareció desvanecerse por completo, pues quedaron completamente encerrados en su campo por un Sevilla que buscaba con centros laterales poco exitosos y algún que otro pase entre líneas errados por En-Nesyri hacer daño al equipo inglés.
La segunda mitad fue, al igual que sucediera contra la Roma, un monólogo absoluto de un Sevilla que no terminaba de finalizar las jugadas ofensivas o, al menos, de hacer trabajar a Rui Patricio. Banega casi logra repetir lo que hizo en Bilbao con una falta desde la frontal que Rui Patricio mandó a córner con una gran parada. Para los últimos diez minutos Lopetegui optó por meter altura y pausa al campo dando entrada a Franco Vázquez y De Jong por Jordán y En-Nesyri. Curiosamente, serían dos jugadores que estaban en el terreno de juego desde el minuto uno los que lograrían en el 87 desequilibrar la balanza a favor del Sevilla, con un centro al área de Banega tras el rechace de un córner que mandaría Ocampos (quien si no) al fondo de la portería sin que nada pudiera hacer Rui Patricio. Victoria trabajada y sufrida (más en lo ofensivo que en lo defensivo) de los de Lopetegui que se medirán a todo un Manchester United en busca de una plaza en la final de Colonia del día 21.
Ficha del partido:
- Wolverhampton: Rui Patricio; Boly, Coady, Saïss; Doherty, Dendonker, Moutinho (Neto min. 71), Neves, Vinagre; Traoré (Jota min. 79) y Jiménez.
- Sevilla FC: Bono; Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón; Banega, Fernando, Jordán (Franco Vázquez min. 85); Suso (Munir min. 89), Ocampos y En-Nesyri (De Jong min. 85).
- Árbitro: Daniele Orsato.
- Árbitro encargado del VAR: Massimiliano Irrati.
- Goles: Ocampos min. 87 (0-1).