AITOR PLAZA (@AitorPlaza1)
Athletic de Bilbao y Nápoles empatan a uno en San Paolo en un partido muy táctico y disputado donde Muniain e Higuaín marcaron los goles. La eliminatoria se resolverá en San Mamés.
El estadio de San Paolo acogía el martes un duelo entre el tercero de la Serie A y el cuarto de la Liga BBVA. Los de Valverde, tras un gran rendimiento en el ejercicio anterior, afrontan esta temporada con el reto de superar la previa de Champions y entrar en la mayor competición europea. Los veranos están siendo complicados estos últimos años en Lezama, ya que el buen rendimiento de los rojiblancos supone un escaparate para grandes del fútbol europeo. Esta vez ha sido Herrera quien ha partido rumbo a Inglaterra para recalar en el Manchester United. Con esta baja los leones se han plantado en Nápoles para hacer frente a los de Bénitez, un equipo muy trabajado por el minucioso técnico madrileño. El once no variaba respecto al año anterior, salvo la entrada en la mediapunta de Beñat por el mencionado Herrera, y De Marcos en el lateral por Iraola. En la escuadra italiana sí que han cambiado más las cosas. Sin Reina en la portería el joven Rafael se ha hecho cargo de ella, además el resto del plantel inicial también variaba, en comparación a la temporada pasada, sobre todo el lado izquierdo, con Koulibaly, Britos y Gargano.
Los primeros 25 minutos transcurrían sin mayores incidencias en el césped de San Paolo, ambos equipos se analizaban con respeto, Hamsik e Insigne se aproximaban por parte de los italianos, Laporte y Aduriz eran los encargados de responder. Con el paso de los minutos los leones iban adueñándose de la pelota y manejando los tiempos del partido, Muniain aparecía por el centro y conectaba con Beñat, Rico y Aduriz. Sin embargo, el gol iba a llegar por el flanco contrario. De Marcos, que pese a no ser lateral cada vez ejerce mejor el oficio, se internaba en el área rival zafándose de su marcador y cedía el balón atrás para que, con calma, Muniain golpeando de interior introdujera el balón en la red. El txantreano celebraba el gol con la efusividad habitual del momento y dirigiéndose a sus parroquianos. Con el 0-1 se llegaba al descanso.
Una vez recuperadas las fuerzas al pasar por el vestuario, los leones salían al terreno de juego con más fiereza que la demostrada al término del primer acto. Muniain y Aduriz tenían sendas ocasiones, pero no acertaban a ver puerta. Poco después, de nuevo el navarro se hacía hueco por la banda, pero le faltaba calma al pisar la línea de fondo. El 19 del Athletic era sin duda el mejor de los suyos. Pero el partido cambiaba por completo con la entrada del belga Mertens. El eléctrico extremo se convertía en un quebradero de cabeza para, un ya cansado, De Marcos y la zaga rojiblanca. El gol, en cambio, lo lograba Higuaín, que confirmaba las palabras de Benítez sobre él (“Higuaín, incluso al 70%, puede marcar las diferencias”). El argentino controlaba un balón en la frontal, se escurría entre dos leones escorándose hacia la derecha desde donde golpeaba el balón cruzándolo al palo contrario y cogiendo a contrapié a Iraizoz. El tanto espoleaba a los napolitanos, al tiempo que menguaba a los vascos. Valverde, en vista del bajón físico de los suyos, realizaba un cambio de corte defensivo. San José entraba en lugar de Beñat, posicionando a Rico en la mediapunta. El Nápoles encerraba a los rojiblancos en su campo, pese a los gestos de Aduriz mandando al equipo dar un par de pasos adelante. Michu tenía la oportunidad de marcar después de una buena jugada de Mertens por la izquierda, pero incomprensiblemente el del Swansea cedía el balón a Callejón, en posición menos ventajosa. Mertens probaba en la siguiente jugada un disparo lejano que obligaba a estirarse a Iraizoz. Y de nuevo el belga asistía desde la izquierda, esta vez a Higuaín, pero el meta navarro respondía de forma impresionante sacando una mano cuando ya se cantaba el gol. El partido concluía con el Nápoles centrando en largo balones al área rojiblanca.
Quedan todos los deberes pendientes para la vuelta, en feudo bilbaíno, donde los leones son ligeramente favoritos por el valor doble de los goles fuera en caso de empate en el global de la eliminatoria. El empate a uno es por tanto un buen resultado para los rojiblancos aunque no es malo para el Nápoles.