Los derbis son, sin duda, partidos especiales, y en esta jornada dos derbis han sido claves. El tropiezo del Real Madrid en el derbi madrileño, puso todavía más interesante el derbi valenciano que se jugaba hoy a las 12h en el Madrigal y que enfrentaba al Villarreal y el Levante. Ambas directivas mostraron antes de empezar el partido la excelente relación entre los dos clubs de la Comunidad Valenciana que quedó todavía más patente al presenciar a ambas aficiones disfrutando del partido unidas, a pesar de la rivalidad obvia.
A pesar del horario, de las fiestas de Castellón y del viento, la afición del Villarreal no faltó a la cita, y los pocos que se quedaron en casa seguro que se arrepintieron tras ver el gran partido de los amarillos. La diferencia de puntos entre ambos equipos fue muy evidente en el campo, y ya en el minuto 12 Leo Baptistao conseguía encajar el primer gol para el Villarreal, evidenciando así el control absoluto del partido que tuvo el equipo de Marcelino García Toral desde el primer minuto del encuentro.
A pesar de los cambios en la alineación amarilla (8 cambios respecto al partido del jueves), lo cierto es que el Villarreal demostró una gran superioridad a lo largo de todo el encuentro, y no vio peligrar los tres puntos en ningún momento. Se vio a un equipo sólido, que juega al fútbol de memoria, formando un bloque defensivo que le ha permitido conseguir sumar un partido más sin perder, y ya van quince seguidos. A la fiesta, se unió un Samu Castillejo que en el minuto 30 conseguía por fin su primer gol como amarillo. Sin duda, tras la lesión de Dos Santos es el momento de que el malagueño de un paso al frente y consiga más protagonismo en el equipo, y seguro que este gol le aporta mucha moral.
En la reanudación del segundo tiempo, otro de los repescados para la causa, Adrián López, conseguía también encajar un gol tras tantos meses de lesión. El partido transcurrió con normalidad, y el Villarreal no consiguió encajar ningún gol más, mientras que el Levante no consiguió ninguna ocasión clara para meterse en el partido. El único hecho significativo fue la expulsión de David Navarro por doble tarjeta amarilla, lo que supuso que el Levante jugase con diez jugadores durante casi media hora.
Con una victoria tan clara y un partido que se puso aburrido por momentos por la falta de ocasiones de ambos equipos, la afición empezó a hacer la ola en el estadio, una ola a la que con un poco de humor se unieron los aficionados del Levante. Sin duda, la hermandad entre ambas aficiones y ambos clubes es todo un ejemplo de como deben vivirse los derbis, esos partidos tan apasionantes como bonitos, que en este caso, terminó en una victoria amarilla que le afianza todavía más en la cuarta plaza, y mirando hacia arriba, hacia un Real Madrid que está a tan solo dos puntos de distancia.