Esta Liga está muy viva. Se demostró el sábado en el partidazo de la jornada en el Sánchez Pizjuán; empataron Sevilla y Barcelona (2-2), lo que reduce la distancia entre los dos primeros clasificados a dos puntos. Porque, antes, el Real Madrid hizo sus deberes goleando al Eibar (3-0) para que le sigan saliendo las cuentas por el título.
La pelea por ocupar los puestos de Liga de Campeones se anima después del empate (2-2) que cedió el Atlético de Madrid en La Rosaleda. Este resultado vuelve a acercar al Valencia, que no perdonó en el derbi valenciano (3-0), y se coloca a un solo punto enfrascándose de nuevo y de pleno en la batalla por la tercera posición.
No tan animada está la lucha por la Europa League porque el Sevilla sigue cómodamente instalado en la quinta plaza tras el meritorio empate del sábado con sus 62 puntos, 9 por encima del Villarreal tras el empate del Submarino (1-1) en el Coliseum.
Tras su derrota en el derbi del lunes, el Levante coge nuevamente el ascensor y baja tres plantas para caer de nuevo al descenso, empatado con el Almería a 28 puntos pero con peor coeficiente (-23 goles de los almerienses por -30 de los levantinistas). Encerrado en ese mismo ascensor que no le permite salir de la penúltima posición, continúa el Granada tras caer goleado (3-0) en el estadio de los Juegos del Mediterráneo contra un rival directo por la permanencia. Y para encierro, el del Córdoba, que este domingo volvió a perder (0-2) frente a un Elche que huye así de la quema.

Neymar hizo este polémico gesto cuando fue sustituido en el Pizjuán. / Captura de la retransmisión televisiva.
Un líder desordenado
El Barcelona de Luis Enrique es un desorden ordenado. Como esas habitaciones desordenadas donde las cosas desaparecen y que las madres obligan a recoger, pero donde uno siempre acaba encontrando lo que busca. A veces fallan los planes, algo no aparece y la afición ejerce de madre: “¿A que voy yo y lo encuentro?». Eso ocurrió el sábado en Sevilla, allí donde fue uno y perdió la silla, llegó el Barça y perdió dos puntos, los mismos que le recortó el Real Madrid y que pueden ser vitales en la lucha por el título. Y los seguidores, cabreados, creen que ellos habrían ordenado mejor al equipo para lograr el triunfo.
A la gent blaugrana le sacan de quicio los movimientos de Luis Enrique, que mete y saca jugadores del equipo titular con la misma facilidad que un adolescente mueve las cosas de la cama a la silla y de la silla a la cama manteniendo siempre desordenado su cuarto. En este escenario caótico entra la decisión de sustituir a Neymar, uno de esos innegociables que no entienden de dosificación y que quieren jugarlo todo, en el minuto 73, con 1-2 en el marcador y el partido muy abierto. Este cambio desquició al brasileño y a un amplio sector del barcelonismo porque no es, ni mucho menos, el primer mete-saca de esta guisa que hace Lucho (es uno de sus cambios favoritos pues ha sustituido a Ney 15 veces en 34 partidos). El empate posterior de Gameiro ya se encargó de reventarlo todo.
Está trayendo cola la decisión del entrenador asturiano de apostar por el fútbol-control de Xavi y dosificar a una de sus estrellas, aunque Neymar fue de más a menos. Porque después se vio obligado a rectificar introduciendo a otro hombre de ataque como Pedro para romper el empate. Ya era tarde. Por lo menos se pescó un punto en un río tan revuelto como Nervión; lo peor llegará si los jugadores deciden ejercer de madres y le hacen la cama a Luis Enrique para ordenar por las bravas esa habitación de los líos en la que se ha convertido el Barça.
Set en contra de Paco
“El que he fallado he sido yo. Cuando los entrenadores nos equivocamos, los jugadores lo pagan”. Paco Jémez no tiene reparos en hacer autocrítica para reconocer su mal planteamiento en Balaidos, que a la postre dio pie a que su equipo encajara un set en contra (6-1). Soberano repaso del Celta al Rayo Vallecano en la gran noche de Santi Mina, un chaval de Pontevedra que vivió este sábado su gran bautismo goleador. Marcó cuatro goles, al más puro estilo Messi y Cristiano, y ya es el jugador más joven (a sus 19 años y 125 días) que logra un póker en nuestra Liga en los últimos 80 años. Lejos de los focos que alumbran a Mina, las sombras son para Jémez después del severo correctivo que encajó su equipo. En ocasiones así, el romanticismo está reñido con el resultadismo, de ahí que la romántica apuesta de Paco sea castigada de una forma tan inmisericorde. A veces vale más apostar por un juego más primario y rudimentario. Seguramente por no haberlo puesto en práctica en Vigo, el entrenador del Rayo hizo autocrítica en la rueda de prensa posterior al partido. Es de agradecer.
Todos con Musacchio
Por encima de colores, intereses contrapuestos y rivalidades varias, están las personas. Por este incuestionable motivo, todos nos debemos unir para apoyar a Mateo Musacchio en estos duros momentos que está atravesando. Es lo mínimo que le podemos mostrar al defensa del Villarreal después de lo que le ocurrió este domingo contra el Getafe.
Era un partido más, sin pena ni gloria para ambos contendientes. En ese mar en calma se desató un tsunami en una rutinaria disputa por el balón entre Diego Castro y Mateo Musacchio. Ambos fueron a por el balón y en plena carrera, de forma fortuita y sin contacto ninguno con el rival, el italo-argentino se retorció completamente el tobillo izquierdo. La imagen es escalofriante y si no acompaña estas líneas es por no herir sensibilidades. Diagnóstico: fractura de peroné con luxación. La fractura es abierta y con desplazamiento, aunque ya ha sido operado con éxito. Una lesión gravísima que los jugadores de ambos equipos no apreciaron en un primer instante por estar enfrascados en pleno partido.
Cuando ya vieron que Musacchio llevaba demasiado tiempo tirado en el césped, ya se dieron cuenta de la gravedad del asunto y echaron el balón fuera. Las caras de incredulidad y espanto de todos los jugadores mientras atendían al defensa definieron la gravedad del asunto, empezando por el pobre Diego Castro, que pasaba por allí en ese infausto momento.
Manda el Valencia
El gesto de Paco Alcácer no deja lugar a dudas. En Valencia manda el Valencia. A pesar de la meritoria victoria del Levante en el derbi de la primera vuelta, el partido de este lunes demostró a las claras la enorme distancia que separa hoy por hoy a los dos equipos de las capital del Turia. Uno es cuarto por arriba y otro es tercero por la cola, uno pelea por clasificarse para la Liga de Campeones y el otro lucha por mantener la categoría, uno está en manos de un magnate de Singapur que ha invertido más de 100 millones para hacerse con el control del club y el otro tiene un presupuesto de apenas 30 millones de euros. Y eso sin olvidar las diferencias de historial, masa social y palmarés. Teniendo en cuenta estas premisas, resulta hasta lógica la goleada que le endosaron este lunes los de Nuno a los de Alcaraz. Esperemos que los de Lucas no se queden a la luna de Valencia, superen esta afrenta y sigan compartiendo territorio de Primera con el VCF en los próximos años.
EL SACAPUNTAS
Luis Enrique (sobre la reacción de Neymar): “No me interesan esas chuminadas, tú. Me interesa el fútbol”
Con un par; eso sí, más le vale que el fútbol de su equipo chute porque si no le van a salir las chuminadas hasta por las orejas.