El Barcelona salió con un nada habitual 3-4-3. Luis Enrique, después de la decepción ante el Alavés, se inventó un sistema donde Rafinha ocupaba el carril derecho y Alba hacía lo propio con el izquierdo. Sin Busquets, la salida de balón en los primeros instantes del encuentro no quedaba definida qué azulgrana buscaría el primer pase. El Leganés vio las dudas y cual equipo inglés en su campo salió a morder obligando a Ter Stegen a jugar en largo. Mucho atrevimiento mezclado con los fallos en defensa hace que el Barça se lleve el partido por 1-5. Messi con un doblete, Suárez, Neymar y Rafinha para los azulgranas, Gabriel lo hizo para el Leganés.
Butarque presionaba. El que mejor aprovechaba las dudas era Machís. El pepinero, consciente del espacio entre Mascherano y Rafinha, se movía como con precisión por la banda izquierda del ataque madrileño.
La primera ocasión de peligro llegó en el minuto 12 a cargo de un remate de cabeza de Medjani. El Barcelona se la jugaba a golpear con más fuerza y en el 15’ cabalgó Suárez por la derecha, con agarrón de por medio, con un semi placaje de la defensa más propio de otros deportes, el uruguayo consiguió ver a Messi y este ante el portero no falló. Una sola llegada, suficiente para adelantarse en el luminoso. Cuando los catalanes no tienen una salida limpia de pelota, siempre aparece el ex del Liverpool para marcar las diferencias. En el 20’ se repitió la historia. El uruguayo centró y esta vez Neymar, con una tijera, no encontró portería.
Si bien el Leganés no tenía ocasiones contundentes, los pepineros cercaban el área deTer Stegen. Gabriel Pires, muy activo en la primera mitad, conectó con un cabezazo sin excesivo peligro en el 26’. A la media hora del encuentro Suárez dobló la ventaja de los azulgranas. Falló en la salida del balón el Leganés, lo que dejó a Messi solo contra dos defensas, pocos para frenar al genio rosarino. Cuando encaró a Serantes, no se lo pensó y se la cedió al uruguayo para que este hiciese su gol. Poco fútbol del Barça, pero mucha efectividad arriba. Tres minutos después, la réplica del Lega fue de Machís. En una doble ocasión el venezolano primero erró ante Stegen y después, sin portero, fue Umtiti el que salvó el gol.
Antes del descanso Neymar hizo el suyo. Messi con un sombrero fabuloso esquivó a su defensor y encontró a Suárez desmarcado, una más de Luis. Este se enfrentó mano a mano a Serantes y sin dudarlo se la regaló a Neymar para que la MSN al completo tuviese un tanto en su haber. Una buena primera parte del conjunto madrileño que, con fallos individuales, se acabó con un marcador muy adversó. El Barça ganaba por su juego en las áreas y no, como suele ser habitual, por el juego de posición.
La segunda parte comenzó con un disparo de Koné que fue a parar al pecho de Ter Stegen. En el 53’ Neymar se fue al suelo. Falta en el centro del campo que sacó rápidamente Alba, mientras el brasileño protestaba, el balón le fue a Suárez que con el exterior se la facilitó al ex del Santos, llegó Bustinza, arroyó y penalti. Messi la puso en la escuadra y 0-4. Luis Enrique movió el banquillo y entraron Alcácer y Arda. Suárez y Rakitic verían el resto desde el banquillo. El Barça ya pensaba en el Atlético. Pero no todos piensan igual. En el 58’ Messi estuvo a punto de cerrar el que sería su segundo hat-trick de la semana. Cuatro minutos después, el argentino la mandó a la madera, tenía ansia de gol. Nunca es suficiente para Leo. Sin embargo, en el 63’ el que haría la maravilla sería Rafinha Alcantara para hacer el quinto. Desde la esquina derecha del ataque recortó, encontró el hueco y le pega tan duro que hace imposible la estirada de Serantes.
A falta de diez minutos, Gabriel Pires la mandó a guardar con una falta prodigiosa, imposible para Ter Stegen. El 1-5 fue de una ejecución extraordinaria. El resto no importaba, todo estaba hecho. Valentía sin premio para unos, efectividad sin juego estático para otros.