“Es correcto el análisis de que las grandes vueltas cada vez tienen menos contrarreloj, pero también va un poco en función de los gustos del consumidor”
“La Vuelta nos pilló en plena segunda ola y eso lo complicó todo”
“Ha sido la edición más difícil de organizar sin duda ninguna”
“Hicimos una gran labor de planificación y de sensibilización porque si no es por la autoresponsabilidad de todos, esto no hubiera salido”
“Hubo un trabajo de mucho esfuerzo y muchísima interlocución en el que nos tuvimos que reunir con todas y cada una de las Comunidades Autónomas que nunca agradeceremos suficientemente”
“Una lástima la suspensión del Tourmalet, pero lo importante es que no afectó en el desarrollo de la carrera. Formigal fue un escenario magnífico”
“Trabajamos para recuperar la salida de Utrecht y podríamos hacer etapas en cualquier punto de Portugal”
“Nunca pensamos que la campaña La Vuelta en casa iba a tener tan buena acogida”
ENTREVISTA A JAVIER GUILLÉN (director general de La Vuelta)

ALEJANDRO ROZADA (@alexrozada)
Javier Guillén tiene motivos para estar satisfecho después de gestionar con notable éxito la Vuelta Ciclista a España en plena segunda ola de la era Covid-19 y con restricciones en todas las comunidades por las que pasó la gran ronda española. Reconoce que la segunda ola de la pandemia les complicó mucho las cosas y la edición de 2020 fue la más difícil de organizar, pero gracias a la campaña “La Vuelta en casa”, al esfuerzo conjunto de corredores, organizadores, equipos y aficionados, junto a la interlocución con las Comunidades Autónomas, permitieron que la gran ronda española saliera adelante. Y la audiencia respondió al otro lado de la pantalla demostrando que el ciclismo sigue gustando, y mucho, en nuestro país. No se plantea cambiar de fechas la gran ronda española, asume que la Vuelta podrá pasar por Holanda y Portugal, y descarta incorporar más kilómetros contra el reloj.

– ¿Ha sido esta su temporada más complicada por tener que gestionar la gran ronda española en plena era Covid?
– Sí, sin duda. Ha sido muy complicado, muy difícil. Al principio con muchísima incertidumbre y al final, una vez que pasamos el confinamiento tan general que hubo en España, porque creíamos que podíamos tener una situación más tranquila, pero la Vuelta de este año nos pilló en plena segunda ola y eso lo complicó todo. Sí, se puede decir que ha sido la Vuelta más difícil de organizar sin duda ninguna.
– Pero el reto salió adelante.
– Sí, el reto salió adelante y estamos muy, muy contentos, pero eso no es óbice para entender que, aunque hubiera salido adelante, sea la más difícil. Creo que hicimos una gran labor de planificación y, sobre todo, una gran labor de sensibilización porque si no es por la autoresponsabilidad de todos, esto no hubiera salido. Al final, Unipublic lo único que hizo fue escribir en un papel las normas que había que seguir pero si no se seguía por parte de todos, esto no hubiera salido.
– ¿Fue difícil ponerse de acuerdo con las Comunidades Autónomas y adecuarse a las restricciones de cada una?
– No, no fue difícil, pero sí que fue un trabajo de mucho esfuerzo y muchísima interlocución. Fue un trabajo en el que nos tuvimos que reunir con todas y cada una de las Comunidades Autónomas, lo cual nunca agradeceremos suficientemente porque gracias a esas reuniones presenciales que tuvimos, no solo pudimos explicar el protocolo, sino que también pudimos tener su propio feedback de lo que ellas pensaban y querían. Aunque es verdad que a medida que la Vuelta se desarrollaba, la pandemia cada vez se complicaba más y la relación con las Comunidades Autónomas nos demostró que era muy sólida entre ellas y la Vuelta, pero en cualquier momento sabíamos que esas restricciones podían complicarnos la carrera. Afortunadamente no fue así, pudimos gestionar, pero desde luego, desde el momento que empezó la carrera hasta que terminó, sí que cambiaron mucho las cosas.
– Una lástima la suspensión de la etapa del Tourmalet…
– Una lástima, pero lo importante es que no afectó en el desarrollo de la carrera. Fue una etapa que no hubo que anular en cuanto a etapa, fue una etapa que hubo que sustituir. Ese domingo hubo carrera. Creo que Formigal fue un escenario magnífico. Posiblemente las cosas hubieran sido diferentes si se hubiera hecho la etapa del Tourmalet. Quién sabe si al final no se hubiera tenido que suspender por cuestiones sanitarias, sí que hubiera habido que suspenderlo por cuestiones climatológicas. Del Tourmalet me quedo que es una etapa que volveremos a hacer, me quedo con la extraordinaria respuesta que tuvieron las autoridades francesas con relación a esa etapa, y también me quedo con que, honestamente, en el perfil general de la Vuelta nadie echó de menos la etapa del Tourmalet aunque evidentemente es una etapa que tenemos que volver a hacer.

– También la Vuelta 2020 iba a ser bastante cosmopolita con etapas en Portugal y, sobre todo, el inicio en Holanda y todas ellas tuvieron que cancelarse por la crisis sanitaria. ¿Hay intención de recuperarlas en un futuro no muy lejano cuando la situación lo permita?
– Sí, absolutamente. De hecho con la parte holandesa, lo que es la salida de Utrecht, ya estamos trabajando para tratar de recuperar esa salida. Un escenario posible sería el año 2022, aunque es verdad que no es un año que todavía esté cerrado. Nosotros ya hemos manifestado nuestra intención de repetir esa acción. Ahora mismo la pelota está más en el tejado holandés que en el español. Y en lo que a Portugal se refiere, en cuanto la Vuelta pueda tener un trazado que se acerque a tierras portuguesas, también estaremos porque con Portugal no solo hemos establecido una muy buena relación con todo lo que es el norte (la zona de Oporto y Viseu), sino que a raíz de que las autoridades han visto que la Vuelta puede ir a Portugal tenemos muchísimas más ofertas y ahora mismo podríamos hacer etapas en cualquier punto geográfico o cardinal de Portugal, ya sea norte, sur, este y oeste. Es cuestión de acoplar los recorridos en lo que a Portugal se refiere. Y en cuestión de lo que Holanda significa, lo que las autoridades quieran de nosotros.
– Ya que este año ha sido atípico, ¿se barajaría cambiar de fechas la Vuelta?
– No, absolutamente no. La Vuelta ha tenido este año un paréntesis debido a la pandemia. Si esta pregunta se la hace al Tour de Francia, el Tour le va a contestar que en ningún caso quiere volver a las mismas fechas de 2020. Lo mismo le dirá el Giro de Italia y lo mismo le dice la Vuelta a España. Nosotros, el año que viene, tenemos intención de empezar el 14 de agosto, son nuestras fechas naturales, y para nosotros como organización no hay debate.
“Absolutamente no nos planteamos cambiar de fechas la Vuelta. Lo de este año fue un paréntesis por la pandemia y tenemos intención de empezar el 14 de agosto de 2021”
– La autorresponsabilidad de los corredores, de los equipos en general y de los aficionados. Las imágenes de la subida al Angliru, huérfano de público, ya son historia. Un ejemplo de responsabilidad e incluso educación y civismo.
– Absolutamente. Yo creo que la Vuelta ha tenido muchas burbujas. Ha habido una cuarta burbuja, la del público, y esa burbuja ha respondido fenomenalmente. Nosotros nunca pensamos que la campaña de la Vuelta en casa iba a tener tan buena acogida como ha tenido por parte del público. El hecho de que en L’Angliru, como en cualquier otro puerto, no haya público solo ha sido un síntoma de autoresponsabilidad y cariño hacia la carrera. Es obvio que el público es lo más importante, no queremos volver a tener una Vuelta sin público, pero también es necesario reconocer el extraordinario comportamiento que ha tenido el público. Gracias a que el público no ha ido a visitar directamente a los corredores en uno de los deportes de mayor cercanía que existen, es una de las claves del éxito de esta Vuelta. Si hubiera habido público en las carreteras, posiblemente hubiéramos podido empezar pero seguro que no habríamos podido terminar.
– Y lo más complicado, las burbujas de los corredores, que salieron muy bien. ¿Cómo se gestionaron esas burbujas? ¿Cuál fue el papel de la dirección de La Vuelta y el de los corredores y los equipos? ¿Cómo se lo repartieron?
– Nuestro papel fue establecer un reglamento claro. Establecer cómo tenían que interactuar los equipos con el resto de organización y fue un papel que nosotros teníamos que pedir aislamiento, pero sobre todo dotar de zonas de aislamiento. La organización hizo un gran esfuerzo en que los equipos en los hoteles estuvieran todos en la misma planta, que tuvieran su misma habitación, comedor y que no tuvieran interrelación con absolutamente nadie más, que las zonas de los autobuses de equipos estuvieran perfectamente valladas, que el acceso de la zona tanto del autobús al control de firmas como del control de firmas a la zona de salida, no tuviera contacto absolutamente con nadie… de alguna forma, nosotros establecíamos definir un buen tablero de juego para que luego los corredores pudieran cumplir, con su autoresponsabilidad dentro de esas zonas, y creo que la combinación al final fue perfecta.
– Las audiencias en televisión. En La Covatilla, más de 2.150.000 espectadores. Una cifra de récord. ¿A qué la atribuye principalmente?
– Yo lo atribuyo al interés de la carrera en ese momento, lo atribuyo al interés del ciclismo y de la Vuelta como evento deportivo en televisión, lo atribuyo por supuesto a que el interés del ciclismo está en la montaña y lo atribuyo al grandísimo espectáculo que han dado los corredores en esta Vuelta. Que a nadie se le escape el hecho de que desgraciadamente no ha habido tanto deporte y ha hecho que aquellos que pudiéramos ofrecer deporte en directo, en vivo, hacía que pudiéramos sumar más gente. Yo creo que se dan todas las condiciones para tener público. Es verdad que históricamente la Covatilla, junto con L’Angliru, han sido las etapas que más público nos han dado y por eso siempre han sido dos valores sobre seguro. La Covatilla es la etapa que más audiencia se llevó. Yo creo que en este caso por el interés deportivo, como ya sucedió hace más de quince años que ganó Santi Blanco, pero junto con ella L’Angliru tampoco volvió a fallar porque también estuvipor encima de los dos millones.

– En los últimos años hemos asistido a un recorte progresivo de kilómetros contrarreloj en la práctica totalidad de carreras por etapas. Dado que es una disciplina de bastante relevancia, además de lo importantes que suelen ser de cara a la clasificación general, tenemos muy reciente el ejemplo de la penúltima etapa del Tour de 2020, ¿se plantea la Vuelta a España recuperar más etapas de esta especialidad y de un mayor kilometraje?
– Ahora mismo, no. Yo creo que la Vuelta está bien definida en los kilómetros de contrarreloj y en el número de contrarreloj. Es correcto el análisis de que las grandes vueltas cada vez tienen menos contrarreloj, pero también va un poco en función de los gustos del consumidor. Al final, lo que necesitamos es una combinación entre lo que quiere el espectador, la emoción que podamos establecer en carrera y, sobre todo, en las grandes diferencias o no que pueda hacer una contrarreloj. Yo siempre veo la Vuelta con una contrarreloj, o dos, es difícil que vea tres. Siempre apostaría por una etapa inicial en crono, ya sea equipos o individual, y luego ya una con mayor entidad kilométrica (30-32-36 kilómetros, pero no más, a partir de ahí para gustos los colores). Yo, por supuesto, acepto cualquier tipo de debate pero hoy por hoy las contrarreloj que estamos introduciendo en las grandes vueltas son lo suficientemente buenas como para tener una carrera compensada o nivelada desde el punto de vista de que siempre haya emoción hasta el final. Pero si alguien quisiera apostar por más kilómetros contra el reloj, o más largas, evidentemente es algo absolutamente respetable pero no es el modelo en el que nosotros creemos en este momento.
– ¿Cómo ve el futuro del ciclismo español el director general de la Vuelta?
– Desde el punto de vista de las estrellas, creo que nos va a tocar pasar una época en la que tenemos que entender que hemos sido afortunadamente muy mal acostumbrados en el pasado. Desde luego, si había un país productor de grandes estrellas ciclistas, ese era España y tengo que decir que la gran competencia que hay a nivel internacional nos lo va a poner difícil más allá de que vamos a seguir teniendo gente peleando por las grandes carreras, los grandes éxitos o los pódium. Ese es un apartado: quiénes son los grandes triunfadores de las próximas ediciones.
Y luego está el apartado del caladero del ciclismo en términos generales y ahí tengo que ser muchísimo más optimista porque cada vez estamos teniendo más equipos. Cada vez tenemos más equipos continentales profesionales. El Movistar sigue siendo un extraordinario referente dentro de los grandes equipos del ciclismo, pero luego lo que sería la base del segundo escalón ahí tenemos que estar mucho más contentos que hace cuatro años, que no era tan optimista como ahora, pero ahora tenemos un Burgos BH, un Caja Rural, un Euskaltel Euskadi y recientemente se ha anunciado la entrada en el pelotón de la categoría continental profesional de un equipo como el Pharma.
Al final permite tener muchos equipos españoles que eso da posibilidad de que los jóvenes puedan proyectarse a nivel profesional y, desde esa perspectiva, yo soy optimista. Desde el punto de vista general creo que tenemos una muy buena salud y desde el punto de vista particular, en cuanto a los ganadores, tenemos más competencia pero al final de eso se trata: si queremos ser los mejores tenemos que competir con los mejores y eso es lo que nos va a tocar los próximos años.