AITOR PLAZA (@AitorPlaza1)
Costa de Marfil vence por 2-1 a Japón en un partido en el que se esperaba más de los nipones y que hasta la entrada de Drogba en el campo no se decidió. Honda adelantó a Japón, pero Bony y Gervinho voltearon el marcador.
El equipo de Zaccheroni y el de Sabri se estrenaron en un horario atípico para ver fútbol en España, pero la televisión japonesa mandó en este caso y el partido se jugó a las 10 de la mañana (hora japonesa). El técnico italiano sorprendió en la alineación al dejar en la banqueta a uno de sus jugadores más creativos en la medular, obligando a sus pupilos a defenderse y salir a la contra. Sabri también varió su idea habitual de juego, que se centra en el desborde por banda y remate en el área. Frente a un Japón replegado buscó un juego más elaborado. La principal sorpresa fue la suplencia de Didier Drogba, que acabó siendo decisivo. La variante táctica le salió bien al comienzo al equipo nipón, que se adelantó con un zurdazo de Honda dentro del área. El país del sol naciente no se había acercado a la portería de Barry, pero la primera vez que lo hizo marcó gol. Los elefantes no fueron capaces de reaccionar al batacazo inicial, solo las galopadas de Yayá Touré causaban temor en el rival. Costa de Marfil no dio señales de verdadero peligro hasta que en la segunda parte entró el hombre que lo cambió todo.
En el minuto 62, Didier Drogba ingresaba en el césped aclamado por la hinchada, su actuación no fue decisiva, pero sí la clave de la victoria marfileña. Su entrada fue el elemento desestabilizador que rompió a los nipones, que hasta entonces habían estado muy ordenados tácticamente. Con el veterano del Galatasaray en punta, Wilfried Bony pudo asociarse con sus compañeros ejecutando siempre un juego inteligente. El mismo Bony empató el partido tras fallar antes varias ocasiones. El cisne negro remató con finura y precisión un excelente servicio de Aurier, cuyo protagonismo con la vuelta al juego exterior iba a ser decisivo. Costa de Marfil asestaba un duro golpe a Japón que se dedicó a defenderse como podía y salir a la contra sin éxito. Dos minutos después del cabezazo de Bony, llegó el de Gervinho. El extremo de la Roma combinó con el ex del Vitesse, que en lugar de devolvérsela abrió a banda para que Aurier pusiese otro centro preciso que el ex del Lille cabeceó a la red con la ayuda del portero. Kawashima fue incapaz de repeler un testarazo al palo corto sin excesiva potencia. Con el 2-1 Zaccheroni buscó la reacción metiendo a Kakitani y a Okubo, dos jugadores con mucho gol pero no resultó.
La victoria de Costa de Marfil se considera justa al ir los elefantes de menos a más durante el encuentro mientras que Japón se mantuvo muy plana esperando algún destello de calidad de sus estrellas. Decepcionó Japón de quien se esperaba y espera más, en cambio, los marfileños si son capaces de alargar su actuación en la segunda mitad a todo el encuentro son una selección con potencial para ser primera.