Hasta octavos del Masters 1.000 de Madrid, Dimitrov y el público se cargan a Djokovic en segunda ronda, mientras que Federer sucumbe ante un estelar Nishikori en tercera ronda
Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
Según el diccionario, algo expedito significa libre de estorbos u obstáculos y es así como se le presenta el cuadro a Rafa Nadal (5º) en el Masters 1.000 de Madrid que se está disputando esta semana en la Caja Mágica, porque de los gallitos ya quedaron por el camino el número uno mundial, Novak Djokovic, que no pudo superar su primer partido, mientras que Federer (2º) solamente pudo jugar un partido más. Que Murray (3º), inesperadamente, aún se mantenga en liza no supone, como hecho en sí, nada destacable, por la pobre adaptación del escocés a la tierra batida, aunque demostró facetas interesantes y mejoradas de cara a Roma y París, porque lo que es en este Master primero Mayer (26º) y después Simon (17º) le hicieron sudar de lo lindo. Lo cierto es que Nadal arrolló a sus dos rivales de hasta ahora, Paire (37º) y Youzhny (31º), con un soberbio autocontrol tanto de sus golpes como los de sus rivales y únicamente otro pura sangre como Ferrer (4º) se le presenta como chinita en su andadura en busca de su tercer entorchado en este torneo.
No obstante, lo más destacable de la semana hasta ahora se vivió en la jornada nocturna del pasado martes, cuando Djokovic (1º) y el búlgaro Dimitrov (28º) disputaban una segunda ronda. Parece ser que el forofismo del fútbol llegó también a las gradas de una cancha de tenis y cuando olieron a sangre, el público se dedicó a silbar y a pitar cada golpe en contra del número uno mundial y a animar exacerbadamente al denominado MiniFederer en una clara muestra de defensa de los intereses del ídolo local: doblemente rastrero preferir que un tercero derrote al máximo enemigo a batir y catástrofe para el torneo, que perdía a todo un campeón llenapistas y que podría dar buenas tardes de tenis en varias rondas más avanzadas de todo el torneo. Por su parte, un tipo como Federer (2º), que no jugaba desde Indian Wells, demostró una buena adaptación a la arcilla ante Stepanek (48º) en su primer partido en Madrid pero contra un japonés de oro, que con su cuerpito de poca cosa engaña sobremanera a sus rivales, dejó de remar cuando las cosas se le torcieron en el tercer set; típico en Roger, pero hasta eso se le puede perdonar a un campeón como él.
Escrito al son del ‘Chelsea dagger’ (2006) de The Fratellis.