España 5-8 Estados Unidos, otra vez, como en la final olímpica de Londres en 2012. Se repite el resultado y se repite la superioridad norteamericana que desapareció hace dos años en las Picornell, cuando España pasó por encima de las estadounidenses para terminar siendo campeonas del mundo. Al igual que hoy fue en cuartos de final. Se han tomado una revancha, que esperamos volver a ver en Río de Janeiro el próximo año olímpico.
El combinado español siempre fue a remolque y en ningún momento dio la impresión de poder darle la vuelta al partido. Los motivos y los factores, numerosos. Para empezar, el formato del torneo es perjudicial para toda selección que se proclame campeona de grupo. Los días de descanso en este tipo de competiciones resultan contraproducentes en el frenético de ritmo de competición con el que llegaban las americanas. Pero esto es solo un detalle ajeno al partido, un encuentro que desde el principio se tornó complicado. Se vio que Estados Unidos conocía a la perfección las virtudes de España en ataque y sus deficiencias defensivas, mientras las nuestras sufrían en ambas zonas para poder desarrollar su juego con comodidad. La estrella nacional Jennifer Pareja no ha aparecido por mérito de la robusta y adelantada defensa estadounidenses. Con una línea defensiva muy adelantada han obligado a España a jugar muy lejos de la portería y a tener que lanzar desde lejos o meter balones comprometidos a Maica García en la boya siempre interceptados por la defensa americana. La portera rival Ashleigh Johnson, se ha erigido protagonista con intervenciones de mucha importancia aunque también favorecida precisamente por la lejanía de los lanzamientos españoles, al contrario que las estadounidenses que han encontrado muchas facilidades en defensa anotando la mayoría de los goles desde menos de tres metros de distancia.
España tampoco ha sabido jugar en superioridad. Tres de diez han aprovechado las nuestras que han estado espesas en casi todas las facetas del juego. Rachel Fattal ha vuelto a demostrar porque va a ser la próxima referencia mundial del waterpolo femenino. Con espacios es letal, y hoy España no ha estado bien atrás. A pesar de todo, tras el 1-5 desfavorable de inicio, las españolas se han llegado a poner 4-5 sacando la casta con la que habitualmente juegan nuestras chicas, pero incluso hoy, parecía que Estados Unidos tenía más ganas de ganar que España. Toser Tarragó y Anni Espar tampoco han aparecido, más por mérito del rival que por demérito nuestro. Del 4-5 se pasó al 5-6, hasta que las estadounidenses pegaron el último tirón para matar el partido. Siempre dio la sensación de que en cuanto las americanas apretasen un poquito podrían romper a España por donde quisiesen, y eso es lo que ha sucedido hoy.
España no revalidará su título mundial, pero irá herida a los Juegos Olímpicos de Río siempre que se clasifiquen. En el preolímpico de abril tendrán su última oportunidad. Ahora, a buscar la quinta plaza en Kazán, un premio que sabe a muy poco para un equipo campeón.