Dos goles de Charles dan la victoria al Celta
Los de Pizzi acusan el cansancio de la Copa
Marta Perogordo (@MartaPrgd)
El Valencia se presentaba en Balaídos en busca de la victoria después del buen sabor de boca que había dejado el empate en Copa cosechado frente al Atlético de Madrid. La sorpresa en el once inicial era Canales, a quien Pizzi decidió dar cabida en la alineación, y que tenía la oportunidad de mostrar al técnico su calidad. En los primeros minutos era el Celta el que parecía dominar el balón y el ritmo del encuentro ya que el Valencia mostraba un juego muy lento. Poco a poco el Valencia iba encontrando el balón y encerrado al Celta en su campo, hasta que en una jugada en la que Canales encuentra a Feghouli y, tras un centro de éste al área, un cabezazo de Parejo pone el primer gol en el marcador para los valencianistas, además de consiguir su primer tanto en Liga de esta temporada. Con el gol, el Valencia se iba arriba, presionando a un Celta que parecía estar cada vez más encerrado en su área. Sin embargo, la suerte no estaba del lado del conjunto che. Mathieu, lesionado, debía abandonar el terreno de juego. Pero este no iba a ser el único contratiempo. En la segunda mitad, Ricardo Costa, que también debía ser retirado, y Víctor Ruíz terminarían igualmente con lesión.
En esta segunda mitad las cosas iban a cambiar, ya que el Celta iba a salir a por todas. En busca del empate, los primeros minutos dejaban presagiar que la igualada no estaba lejos. Así fue cuando Charles se quedaba solo frente a Diego Alves y no iba a dejar pasar la oportunidad. Una vez más, las carencias defensivas del Valencia quedaban a relucir. El esfuerzo realizado en Copa les pasaba factura a los valencianistas y el cansancio empezaba a notarse. Además, las lesiones de los dos centrales impedían a Pizzi refrescar la línea de ataque. Con todo en contra, el gol se volía a rondar en la portería del Valencia y así fue como de nuevo Charles iba a marcar para los vigueses, un gol que serviría para dejar los tres puntos en Balaídos.
En un partido sin apenas emoción, los últimos minutos fue una constante ida y venida de un área a otra, con una jugada idéntica en ambas porterías: un balón al palo y un rebote que mandaban arriba del travesaño. Una oportunidad desaprovechada por parte de ambos equipos y una oportunidad desaprovechada por parte de los valencianistas de sumar puntos.