El nuevo Barcelona de Ronald Koeman no consiguió pasar del empate contra un Sevilla que apunta a lo más alto. Tras unos primeros 15 minutos que parecían vaticinar un partido de muchos goles al haber anotado uno cada equipo, el marcador no se volvió a mover.
El técnico holandés no rotó (excepto el obligado cambio de Lenglet por la expulsión del otro día) la alineación ni el dibujo táctico de los primeros partidos, algo que quizá les afectó físicamente ya que se veía cansados a los jugadores.
Los futbolistas tienen que adaptarse todavía a lo que les pide Koeman ya que no tiene nada que ver con lo que se venía trabajando desde años anteriores. Más verticalidad sacrificando el dominio absoluto de la pelota y un trabajo defensivo en bloque para anular las embestidas rivales.
El Sevilla, por su parte, hizo todo bien. Es un equipo perfectamente trabajado por Julen Lopetegui que, como ya demostró contra el Bayern de Múnich, es capaz de plantarle cara a cualquier equipo.
Por todo el descontrol en cuanto a fechas debido al coronavirus, la clasificación liguera queda bastante ajustada. Tendremos que esperar a la vuelta del parón de selecciones que viene para ver si al final el Barcelona y el Madrid se separan del resto, o si por el contrario volveremos a tener una liga apretada.
De momento este Barça parece completamente diferente al de años anteriores y como dijo Ronald Koeman después del partido: «Esto acaba de empezar, hay que tener paciencia».