PACO CAVALLER (Barcelona)
Con emoción; no vayan a pensar lo contrario. Pero sí, los Mercedes vuelven a dominar con autoridad y a copar la primera fila de la parrilla de salida del Gran Premio de Mónaco. Como viene siendo habitual, un pasito por detrás siguen los Red Bull y, tras ellos, los Ferrari, con Alonso por delante de Raikkonen.
La Q1 de Mónaco es especialmente peligrosa por lo corto y estrecho que es el trazado monegasco. Los pilotos y equipos temen más que nunca la acumulación de tráfico y el ruido de los motores no se hizo esperar. Muy poco tardaron los monoplazas en ocupar las calles del Principado. La mayoría de los coches gastaron un juego de súperblandos en el segundo intento por miedo a que el tráfico les dejara fuera (así lograrían mejores tiempos y ganarían opciones de clasificar para Q2). En esas que el Caterham de Ericsson, tratando de bajar su crono, se encontró con Massa y colisionaron. Fue en Loews. La consecuente bandera amarilla evitó mejorar tiempos a prácticamente todos. Quedaron eliminados Bianchi, Chilton, Kobayashi, Ericsson, Gutiérrez y Sutil o, lo que es lo mismo, los Marussia, los Caterham y los Sauber.

La tensión entre los hombres de Mercedes fue notoria tras el polémico error de Rosberg. | Imagen: formula1.com
En la Q2, Massa no podría ser de la partida por esa colisión en la primera tanda, así que quedaba por saber qué otros cinco hombres iban también a quedar fuera. El súperblando fue, ahora ya sí, utilizado por todo el mundo. El dominio de Mercedes fue aplastante y la pelea entre ellos, ajustadísima, como también lo fue la que mantuvieron entre sí Red Bull y Ferrari, si bien sin opciones de llegar a primera fila. Junto a Massa, también quedaría fuera su compañero Bottas, así como Hulkenberg, Button, Maldonado y Grosjean. Golpe muy duro para Williams, que podría dar un pasito atrás, y Lotus, que no levanta cabeza. Pérez y Magnussen ganan el duelo particular a sus compañeros, lo que supone una clara derrota, especialmente, para Jenson Button.
En Q3, el dominio de Mercedes sería abrumador. Desde el primer intento, lógicamente con la pista repleta de neumáticos súperblandos, los Mercedes, más en concreto Rosberg, marcaron el camino a seguir. Ni de lejos lograban el resto de equipos acercarse a los tiempos de las balas plateadas. El piloto alemán registró un 1:15.989 que le colocó en cabeza, pero su protagonismo no acabaría ahí. Pocas curvas después de lograr ese tiempo, cometió un error que causó una bandera amarilla. Ello supuso que los pilotos que le seguían por detrás (entre ellos su compañero Hamilton) no pudieran bajar sus cronos. La ‘pole’ en Mónaco es más importante que en cualquier otro lugar y la de Rosberg, segunda consecutiva en Montecarlo, no ha estado exenta de polémica. La tensión entre los Mercedes se hizo palpable en el pesaje y la rueda de prensa. Tras ellos, los Red Bull, con un inmenso Ricciardo que sigue mejor acoplado al coche que un Vettel muy incómodo. Alonso sigue abonado a esa quinta plaza, esta vez con Raikkonen pegado a él. Los Toro Rosso de Vergne y Kvyat lograron partir por delante de Magnussen y Pérez respectivamente, por lo que el ruso saldrá justo por detrás del francés. Batallas interesantes esperan el domingo en la salida de Mónaco. ¿Se terminará la paz y el juego limpio en Mercedes? ¿Volverá Hamilton a las andadas? Lo que está claro es que la plata sigue al frente.