
Goiko durante el último encuentro. Fuente: www.eldiariomontanes.es
De nuevo un horrible Racing se vio derrotado este pasado sábado, esta vez en el estadio de Gran Canaria frente a la U.D. Las Palmas. El partido no tuvo mucha historia, pues el conjunto amarillo fue muy superior durante todo el encuentro a un Racing ridículo, sin alma, sin intensidad, sin orden, sin absolutamente nada que hiciera pensar ni por un momento en conseguir una victoria, o un rácano empate.
La propuesta inicial de Gay fue un auténtico despropósito, una mala broma, poniendo de nuevo a Óscar Pérez de director del juego, cuando sigue mostrándose incapaz cada partido de ni siquiera acertar en pases sencillos, siguiendo por un debut apresurado de un Tiago Pinto, que si bien estuvo al nivel del resto del equipo, deja claro que no va a aportar nada diferente al equipo, que no mejorará el rendimiento del joven jugador cántabro Docal, que vera cortada su progresión gracias a una pésima decisión de Emilio de Dios reforzando el equipo en donde no hacía falta, y para mi la decisión más dantesca del entrenador madrileño fue la de colocar a Goiko en el lateral derecho, cosa que facilito muchísimo al conjunto canario el ataque por esa banda, aprovechándose de la lentitud y de las poca nociones tácticas en el puesto del jugador vasco, y de hecho por allí llegó el tanto de Vitolo que a la postre, sería el de la victoria.
En definitiva, y yendo más allá de lo duro que puede resultar volver a perder por enésima vez en la temporada más triste de la centenaria historia de este club, el racinguismo esta asistiendo semana a semana a una agonía infernal de ver un equipo que no se merece llamar Racing, dirigido por un nuevo fiasco de entrenador que llega de la mano de un director deportivo que parece más preocupado en mover mercado por mover, que de reforzar las posiciones que verdaderamente se necesitan reforzar para ser un equipo medianamente competitivo en segunda división.
La ruina que sufre la institución es total, pero no económica como muchos pensaréis, pues dinero hay y se mueve, (y sino preguntaros por qué continúan en este club oscuros personajes como los que ocupan los cargos directivos, cuando poco o nada les importa ni el Racing, ni el fútbol en general) la ruina es ética, es moral, es sentimental. Con la pésima gestión de unos, y el ridículo nivel mostrado por los futbolistas de la primera plantilla del Racing, han conseguido que después de 22 jornadas, un equipo histórico, recién descendido y que por lógica debería de tener sus miras puestas en ascender lo antes posible, se vaya arrastrando semana a semana por los campos de España y ya sea colista de la segunda división, y lo que es peor, con serias dudas por parte de todos los que siguen al equipo de poder evitar el descenso de categoría, lo cual tendría unas catastróficas consecuencias.

Foto en Zurich el día de la compra de Ali. Ángel Agudo, Francisco Pernia, Ali Syed y Jacobo Montalvo.
En uno de los últimos artículos que escribía en cronómetro deportivo, os desgranaba la gran depresión que sufre el racinguismo, y en éste desgraciadamente debo ir un paso más allá, pues cada día que pasa se convierte en algo más que eso para el racinguismo, es una total impotencia, rabia y asco por todos aquellos políticos de los tres partidos que se reparten el pastel de Cantabria, PP, PSOE y PRC, que han permitido por acción u omisión que el Racing no sólo cayera en manos sucias, sino que han contribuido a que esta agonía se alargue, y pueda tener el fin más doloroso posible, el de la muerte del club.
El mayor culpable político sin ningún lugar a dudas lo encontramos en el compañero de partido de Francisco Pernia, Ignacio Diego, actual presidente de Cantabria, que tuvo, y aún tiene la posibilidad de acabar con todo esto ejecutando una de las clausulas del contrato de compra venta del club entre Ali, Montalvo y Gobierno firmado en Zurich, por el cual el Gobierno podría recuperar el Racing a precio de mercado, o sea 0€ dado como están las cuentas, y así cederle la gestión a un tercero hasta conseguir la llegada de algún inversor que se haga con el club. Pero esta opción no se hizo, ni se hará, pues el Gobierno Cántabro tan sacudido por escándalos como el de Barcenas, corrupto que era senador del Partido Popular de Cantabria, parece muy preocupado por que alguien pudiese entrar al club, y levantar las alfombras pero de verdad, no como mintió prometiéndolo durante las últimas elecciones el mismo Ignacio Diego.
Con este panorama desolador, se siguen rumoreando las posibles salidas a esta crisis institucional, que amenaza con acabar con la vida del club más querido y representativo de Cantabria. La última, la posible llegada de inversores mediante una ampliación de capital, traídos por Francisco Pernia y con el beneplácito del Gobierno de Cantabria, curioso cuando el mismo Gobierno a otros inversores interesados en la compra del Real Racing Club de Santander se les puso trabas o se les mando a hablar con el encargado, o lo que es lo mismo con Francisco Pernia. Todo esto, claro está, son conjeturas, rumores, habladurías, pero que en un país consumido por la corrupción cometida por los mismos que atentan contra las necesidades primarias de los más desfavorecidos, tienen todos los visos de poder ser reales, y más en una tierra especialmente castigada por la incompetencia de sus políticos como es Cantabria.
Ojalá pudiese escribiros sólo de fútbol cuando lo hago en relación con el Racing de Santander, pero desgraciadamente en Cantabria además de ser malos tiempos para tener pan, como en el resto del Estado Español, también son malos tiempos para tener circo, y me veo en la obligación moral de contároslo.
Felipe de la Torre: @Tiulavara