El Real Madrid asesta otro zarpazo al Barcelona y gana el clásico liguero
Los blancos reducen distancias en la clasificación gracias a los goles de Benzema y Ramos
Los azulgranas protestaron un penalti de Ramos sobre Adriano en el último minuto
Por Alejandro Rozada (@alexrozada)
Mal hará el barcelonismo si se escuda en el arbitraje de Pérez Lasa para justificar otra derrota en un nuevo clásico. Cierto es que Pérez Lasa se comió de manera inexplicable un derribo de Sergio Ramos sobre Adriano en el tiempo añadido. Y cierto es que un árbitro no debería ser el protagonista de un partido de la relevancia de un Real Madrid-Barcelona. Pero el Barça comenzó a perder este encuentro el pasado martes. La derrota en el Camp Nou contra su gran rival en el clásico copero es un mazazo de tales proporciones que ha dejado muy tocada a la expedición barcelonista. Lo bueno de caer este sábado es que era un partido con red, exactamente con 16 puntos de ventaja en la clasificación, apoyado en un sólido liderato; aún así, transmite pésimas sensaciones el equipo de Roura, que no termina de dar con la tecla adecuada para dirigir a un bloque tan competitivo. El Barcelona añora a Tito. Incluso a Guardiola.
En un viaje atrás en el tiempo hacia el fútbol de sol y sombra, copa y puro, el de los años cincuenta, el partido se disputó a plena luz del día en la sobremesa madrileña. Eso no impidió a los fieles madridistas llenar las gradas del Santiago Bernabéu. A pesar de la intrascendencia del choque en la lucha por el título, el santuario madridista presentaba un gran ambiente. Eso tiene mérito. Porque el encuentro, por si no era suficiente, se jugó a la hora de la siesta. Y, de postre, el Real Madrid formó con su equipo B, con Cristiano Ronaldo en el banquillo, y hombres como Essien, Kaká, Callejón, Modric y Morata. Al menos vieron a Messi sobre el tapete.
Consciente de la importancia de marcar lo antes posible, el Madrid asestó el primer zarpazo cuando apenas habían pasado cinco vueltas de crono. Morata lo vio claro desde la izquierda y colgó un centro al área de Valdés que Benzema no desaprovechó. Oportuno y preciso en el segundo palo de la portería del Barça estaba el gato francés para marcar un gol que aterrorizó al equipo azulgrana. De repente, otro calambrazo y de nuevo campando a sus anchas los fantasmas de la noche copera del martes en el Camp Nou.
Después del gol, para tratar de relajar un poco las disparatadas pulsaciones que ya presentaba el partido, el Barcelona comenzó a tocar el balón para entonar su particular canción de cuna al partido. Pases y más pases con Busquets como pivote central por el que pasaba todo el juego e Iniesta ejerciendo de base para subir el cuero y acercarse a la zona de peligro rival. El recital de la posesión surtió efecto esta vez y Messi empató con un zurdazo desde el costado derecho del ataque, dentro del área madridista, aprovechando el pase de Alves y ganando la espalda a Ramos. El argentino iguala a un compatriota argentino de renombre, Alfredo Di Stefano, y se convierte con 18 goles en el maximo goleador en la historia de los clásicos. Morata pudo adelantar de nuevo al Real Madrid antes del descanso, pero su cabezazo se marchó lamiendo el lateral de la red de la portería de Valdés. Muy activo el canterano, que cumplió y con creces su papel de acompañar a Benzema en el ataque madridista.
La segunda parte parecía que también iba a discurrir por los derroteros de la calma chicha. Hasta que Mourinho tocó la corneta, retiró del terreno de juego a Benzema y sacó a Cristiano Ronaldo. Para corroborar que le tiene tomada la medida al central catalán, Cristiano provocó la amarilla para Piqué en su primera intervención en el campo. Acto seguido lanzó un obús de libre directo sobre la portería barcelonista, pero Valdés respondió con una parada espectacular emulando la que realizó su compañero Pinto en el partido de ida de la eliminatoria copera, pero en la otra portería. ¿Siesta? ¿Qué es eso? Con Cristiano en el campo es imposible dormirse. Porque no paró aquí y, minutos después, robó en el centro del campo, se fue contra la defensa azulgrana, se escoró y casi sin ángulo sacó un lanzamiento que se fue por el lateral de la red. Hay futbolistas malos, regulares, buenos, muy buenos y luego está Cristiano Ronaldo. El portugués está pletórico y parece decidido a arrebatarle a Messi la supremacía del fútbol mundial.
Pero al contrario que su rival argentino, esta vez no marcó Cristiano. Fue un defensa, Sergio Ramos, el autor del gol de la victoria del Real Madrid. A la salida de un córner botado por Modric, el defensa sevillano cabeceó de manera implacable al fondo de la red de la portería de Valdés. Al portugués le costaba hacerse a la idea de marcharse sin marcar de este clásico. Y estuvo a punto de conseguirlo en el tramo final del partido con un potente lanzamiento de falta, pero el balón se estrelló contra la cruceta ante la impotencia de Valdés. Insistía e insistía Cristiano, pero Valdés se volvería a cruzar después en su camino hacia el gol.
Y con el madridismo agitado celebrando el triunfo, se fue a la contra el Barcelona, se metió Adriano en el área de Diego López y fue derribado por Ramos cuando ya encaraba al guardameta madridista. Penalti. No lo entendió así Pérez Lasa que dejó seguir la jugada ante la indignación de los jugadores del Barça. La indignación fue tal que, al final del encuentro, Víctor Valdés salió disparado desde la portería a por el colegiado para expresarle claramente su malestar por su error. Muecas, aspavientos e insultos del portero azulgrana al que posiblemente le caerá una sanción ejemplar. Entre 4 y 5 partidos. Lógico. Igual de injustificable es el error arbitral como la reacción posterior de Valdés. Un futbolista profesional no puede perder los papeles de esta forma.
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